Docentes de hoy, “sobreexigidos”

Lejos de limitar su función a la enseñanza de contenidos, los maestros y profesores del siglo XXI deben afrontar los cambios y demandas que impactan en la escuela desde afuera. Estar capacitados, contener y educar en valores se suman a otras obligaciones.

Docentes de hoy, “sobreexigidos”
Docentes de hoy, “sobreexigidos”

Situarse frente al aula y compartir los contenidos de manera ágil, didáctica y adecuada a las necesidades de cada alumno. Conocer las nuevas tecnologías, educar a sus estudiantes priorizando, siempre, sus derechos. Estar al tanto de la actualidad; generar charlas para formar en valores, contener, visualizar posibles casos de maltrato, buscar la forma de solucionar conflictos y actuar conforme a los protocolos establecidos.

Pero la lista de exigencias a las cuales el docente de hoy debe hacer frente para no quedarse por detrás de la realidad, no culmina allí. Ellos, además, son los que tienen que escuchar a los padres y mantenerse capacitados para condimentar cada clase con la cuota necesaria de valores y formación ciudadana. Como si esto fuera poco, al final del día, cada cual debe continuar su tarea en casa, para iniciar la jornada siguiente con un maletín lleno de deberes corregidos y consignas listas para ser impartidas.

A diferencia de los educadores de décadas atrás, los del siglo XXI son quienes se ubican en una ‘bisagra’, marcada por problemáticas que no sólo exceden con amplitud los contenidos pedagógicos. Es que ellos, además, han debido hacer frente a un cambio en la concepción de la enseñanza y también, del significado que ante la sociedad guarda la escuela.

Ahora, en su rutina diaria, afrontan además el desafío de estar frente a niños y adolescentes inmersos en las nuevas tecnologías y, muchas veces,  sobrecargados de información.

Los especialistas en educación confirman de hecho que, ya lejos de aquella escuela concebida como un medio de ascenso social, los docentes han adquirido un rol polifuncional. “Ahora las demandas hacia la escuela son otras en comparación con décadas anteriores e inclusive años, porque los cambios se producen cada vez de manera más rápida”, analiza José Luis Martiarena, experto en educación.

esde su punto de vista, en los últimos tiempos la escuela ha sufrido una desvalorización por parte de la sociedad. Pero además, debido a las necesidades laborales de las familias -que se suman al quiebre de lo vincular- existe un menor acompañamiento de los padres en la formación de los hijos que, en definitiva, debe ser suplido por maestros y profesores.

“Las demandas hacia la escuela son numerosas en la actualidad, por lo que muchas veces se vuelve dificultoso cubrir todos los frentes y al mismo tiempo limitarse a enseñar estrictamente los contenidos”, agrega Martiarena y detalla que para lograr en la actualidad un perfil adecuado a la profesión docente es necesario contar con un alto nivel de especialización.

Todas estas demandas que llegan desde lo social, en suma, conlleva a que en ocasiones la tarea docente quede algo desdibujada. Desde el gobierno escolar consideran que estos desafíos también implican un progreso. “Hoy se apunta a una pedagogía más participativa, democrática y con mayor intervención de los alumnos”, dice la titular de la Dirección General de Escuelas (DGE), María Inés Abrile de Vollmer.

A medida que el contexto hizo surgir mayores requerimientos por parte de la educación formal, también fue necesario contar con educadores más preparados. El Instituto de Formación Docente (antes, el terciario de la escuela Normal), es un claro ejemplo. Hasta hace treinta años, el título de maestro se lograba con cursar dos años más después de terminada la secundaria. Luego, se sumó un año y en la actualidad el título se diversificó a profesorados de cuatro años.

Pero además se agregaron materias a las currículas para contar con educadores más ‘completos’. “Los docentes deben estar preparados para hacer frente a la realidad social que se presenta de manera compleja y cambiante”, asegura la regente de la institución, Miriam Fernández. Allí, cursan 3.900 alumnos, de los cuales la mayoría son mujeres.

En ese sentido, la visión de maestros y profesores coincide. En la escuela primaria Pedro Molina Henríquez, Guaymallén, las maestras aseguran que casi a diario tienen que derivar a los chicos a psicopedagogos o hacerlos revisar por una fonoaudióloga. Esto, debido a que en más de una ocasión surgen casos en que los más chiquitos no logran expresarse bien debido a la falta de estimulación por parte de los padres.

“La comunidad y también la familia ha cambiado mucho. Antes se esperaba que el niño aprendiera a leer y escribir. Ahora es necesario encargarse de muchas otras cosas”, explica una maestra de tercer grado que lleva  25 años en su profesión.

Para Andrea Sánchez, docente de Geografía en diferentes escuelas secundarias, a ella, muchas veces le toca ser “maestra, profesora, amiga y consejera” de sus alumnos/as. “Los chicos también  van cambiando y frente a eso hay que trabajar en valores y acompañarlos”, detalla.

Multas o trabajo comunitario para padres

Ante la desprotección en la que se encuentran los maestros cuando son agredidos en las escuelas, se sancionó en la Legislatura una modificación al Código de Faltas que contempla distintas sanciones para las personas mayores de edad que ofendan al personal docente y no docente.

El proyecto es una fusión de las iniciativas presentadas por los diputados Tadeo García Zalazar (UCR), Jesús Riesco (PD) y el Poder Ejecutivo.

Los agresores deberán cumplir trabajos comunitarios o abonar multas. Si el maltrato es reiterado, el magistrado puede castigar al agresor con días de prisión. “Las agresiones incluyen maltrato verbal, psíquico, físico y acoso”, explicó Tadeo García Zalazar (UCR). Especificó que la norma “apunta a equiparar el rol docente a los de otros funcionarios públicos”.

“También se incorporó una modificación que habla de las sanciones a los padres que no cumplan con sus obligaciones. Por ejemplo, se multará a los padres que no retiren a sus hijos de la escuela”, agregó el diputado radical.

"La DGE deberá abrir en todas las regiones administrativas una oficina de asesoramiento legal para los docentes", detalló. / GS

Reconocimiento a varios educadores

Como parte de los actos provinciales en San Rafael, se realizó un reconocimiento a docentes de los distintos niveles educativos, y se distinguió a Marcela Iris Matei, docente titular de la escuela Héroes de Malvinas de Las Heras, “por su proyecto de alto impacto pedagógico”.

En nivel Primario, fue reconocida Liliana Scariz, de la escuela General Espejo de Luján de Cuyo, “por su asistencia perfecta y trayectoria impecable”. En Secundario, de la Regional Centro Sur, recibió un reconocimiento Graciela Vilches, de la escuela Hermana Mónica Loyarte.

En Educación Artística, Regional Centro, fue destacada María Elena Balladores, directora de la escuela Julián Aguirre de Godoy Cruz, “por su tarea de contención social y gran convocatoria de la comunidad”.

De la Dirección de Educación Superior, se entregó una mención a Mirta Noemí Dicesare a cargo del Instituto de Formación Docente y Técnico Tomás Godoy Cruz.

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