Ni tratando de recordar sus peores pesadillas, Mario Blanco (47) las puede comparar con lo que le tocó vivir el lunes por la noche en su casa de avenida Alberdi al 1200 de San Rafael. Un ladrón armado lo encañonó, insultó, pateó y después de robarle 100.000 pesos la completó disparándole a quemarropa. Por suerte para el docente, el delincuente dejó de apuntar al pecho para dispararle directo al muslo derecho.
"La plata ya no importa, debo agradecer que todavía estoy vivo", le dijo a Los Andes la víctima.
Blanco es profesor de Historia y Geografía, enseña en seis establecimientos educativos de San Rafael pero además lleva la administración del negocio familiar, que incluye alquileres de departamentos, locales comerciales y también fincas.
El lunes, alrededor de las 22, el profesor decidió guardar su camioneta. El lote que hace las veces de garaje tiene unos 50 metros de largo. Mario entró el vehículo, le puso llave y, cuando volvía para cerrar el portón, un encapuchado armado le salió al encuentro.
"Entró con el revólver apuntando y apenas me vio empezó a insultarme y a decirme 'dame la guita'", contó la víctima.
Ambos caminaron hacia el departamento en la planta alta. Mario primero y el encapuchado lo seguía de cerca, apoyándole el cañón del arma en la espalda.
"Todo el tiempo me insultaba y me decía que le diera la plata. Después de que le entregué el dinero no se quedó conforme y me decía: 'Dame la guita, vos tenés más' y me pateó entre las piernas", relató el hombre.
“No te la vas a llevar de arriba”
Después de revisar el resto de los cajones, los maletines y cuanto recoveco había en la casa, el delincuente se convenció de que el botín eran los 100.000 pesos y decidió escapar.
"Mientras bajábamos la escalera me iba diciendo: 'Esta no te la vas a llevar de arriba'. Lo repitió varias veces pero yo no entendía por qué, si tenía la plata. Cuando llegamos a la puerta, me lo repitió otra vez y me apuntó. Lo único que hice fue tratar de cubrirme con las manos y girar un poco. Por suerte bajó el arma, apuntó para abajo y me disparó en la pierna. Después se fue", comentó.
Mario está convencido de que el asalto "no fue casualidad". "Estuvo haciendo logística, me esperó", analizó y luego, casi como soltando un suspiro, lanzó: "Si me dispara al pecho me revienta, lo tenía a menos de un metro de distancia".
En medio del dolor por la herida que sangra constantemente y el enojo propio de lo vivido, el profesor no quiso pasar por alto que "la Policía y la ambulancia llegaron en un minuto". "La atención fue de primera en el hospital Schestakow y también la predisposición del personal de Investigaciones. En todo esto es algo que no quiero dejar pasar", sostuvo.
Hasta el momento, la Policía realizó cuatro allanamientos en busca del asaltante aunque no dieron resultados positivos. "No fue mucho lo que pudo aportar la víctima ya que el ladrón tenía la cara cubierta pero hay algunas cosas para ver y vamos a seguir con las medidas", indicó una fuente cercana a la causa.