Con la declaración de uno de los imputados -el policía Martín Berdejo (30), de la división Escuchas Telefónicas- comenzó ayer el juicio por un doble crimen ocurrido en Vistalba, donde fue asesinada una pareja de ciudadanos chilenos relacionados con el narcotráfico internacional.
Desde ayer, Berdejo y su amigo, el ex empleado judicial Maximiliano Guerra (30), son juzgados en la Cuarta Cámara del Crimen por el homicidio de Oscar "El Vinchuca" Guzmán (68) y Carmen del Pilar Honorato (65), quienes fueron ejecutados entre el 7 y el 13 de octubre de 2013. Ambos imputados podrían recibir la pena de prisión perpetua, ya que la carátula del caso es homicidio criminis causa y robo agravado.
Durante la jornada de ayer, los jueces escucharon el testimonio de Berdejo, quien ofreció una declaración extensa y, por momento, confusa y que en nada se parece a la versión ofrecido por el fiscal especial Santiago Garay, investigador de este doble homicidio.
Según Garay, Berdejo conocía todos los movimientos del matrimonio, pues participaba de las escuchas telefónicas. Por eso, junto a su amigo Guerra, habrían planeado el doble homicidio para ocultar el móvil del crimen: robar. Pero Guerra dejó una huella dactilar en el lugar, y Berdejo utilizó su propia arma para ultimar a las víctimas.
Señaló a policías chilenos
Según Berdejo, los "posibles" autores del crimen fueron unos policías chilenos que trabajaban de forma encubierta en nuestro país y que conocían el largo historial de matrimonio, cuya hija estaba casada con un italiano relacionado con la mafia. Estos uniformados habrían recibido la ayuda de Maximiliano Guerra, quien les fue presentado por el propio Berdejo.
"Soy incapaz de matar a dos personas indefensas y de avanzada edad. Yo fui el primer sorprendido por esas muertes", comenzó diciendo el uniformado.
Luego de explicar al tribunal que él localizó la dirección exacta de la casa del matrimonio trasandino, indicó que las escuchas que realizaba la policía local -tarea que él mismo hacía- eran conocidas por todos sus compañeros, quienes sabían "que no tenían dinero para comercializar droga".
En relación a los casquillos de su pistola que fueron encontrados en la casa de Cerro Aconcagua al 2600 de Vistalba -una prueba que lo compromete directamente- indicó que fueron "plantadas" por unos policías chilenos, agentes encubiertos que habitualmente venían a la provincia a realizar distintos trabajos.
"El motivo por el cual mataron a los Guzmán no fue por robo porque no tenían dinero para llevar droga a España", afirmó.
Para sostener esta versión, Berdejo explicó que él había llevado a los chilenos a un bar de Arístides Villanueva, donde trabajaba como mozo su amigo Maximiliano Guerra. Y que fue, justamente Guerra, quien los acompañó hasta la casa, luego de que el policía imputado les facilitara una especie de mapa para llegar hasta la vivienda donde vivía el matrimonio.
En cuanto a los casquillos, Berdejo sostuvo que fueron robados de su auto, donde él los había dejado olvidados.
Además indicó que en entre el día en que fueron asesinados los chilenos y el día en que se descubrieron los cadáveres, su arma estuvo en poder de su hermana y luego en su casa de Tunuyán.
"Alguien se los quería sacar de encima. Ellos (los policías chilenos) pudieron dejar la evidencia para llamar la atención sobre un policía", indicó.
El debate continuará hoy, con la declaración de Maximiliano Guerra.