La pareja detenida ayer en el Bajo Luján fue imputada por el "homicidio criminis causa" del matrimonio de ancianos, cuyos cadáveres fueron hallados el domingo por la tarde flotando en la planta potabilizadora de Cruz de Piedra, en Maipú. Arrestaron a otro sujeto, a quien le endilgaron el encubrimiento del hecho.
Tras los allanamientos que ayer ordenó realizar el fiscal especial Santiago Garay se logró detener a cuatro sujetos, aunque el arresto del cuarto se informó recién durante esta jornada.
Los tres primeros fueron aprehendidos tras averiguaciones practicadas en la zona donde apareció el Citröen C3 incinerado de Antonio Ortega y Paulina Bransini, ambos de 76 años. "Cuando la Unidad Investigativa iba llegando (a una de las casas allanadas) salió una mujer que inculpó a su marido", confío ayer a Los Andes una fuente policial vinculada a la investigación.
De acuerdo al relato del pesquisa, la mujer confesó que su marido y un cómplice habían asaltado y ejecutado a la pareja. Cuando los uniformados ingresaron a la vivienda, cuya ubicación no trascendió, encontraron algunos elementos que les permitieron vincularlos al hecho. Así, una remera con manchas de sangre y una cartera que sería de la anciana fueron secuestrados. La intención de los investigadores es mostrarle ese elemento a la familia de los ancianos, que se dirigían a comer un asado cuando fueron asesinados, para saber si lo reconocen.
Al imputar a la mujer de 21 años y a su pareja, de 23, por "homicidio criminis causa", el fiscal entiende que los acusados asaltaron al matrimonio de septuagenarios y los asesinaron para ocultar el hecho.
Tras una conferencia de prensa nocturna, autoridades del ministerio de Seguridad y el propio fiscal Garay indicaron ayer que habían detenido a un adolescente de 17 años, hermano del principal acusado, pero –llamativamente- no indicaron que habían logrado arrestar a un cuarto sospechoso.
El muchacho y el otro detenido, de quien no trascendieron datos, fueron imputados por “encubrimiento” ya que los sabuesos no pudieron encontrar más pruebas que los relacionen con el crimen. Sin embargo, se supone que ellos, al menos, sabían del atroz hecho que se habría cometido en cercanías de la gruta de la Virgen de Lourdes, en Luján, donde las víctimas se disponían dar un paseo.
Tras la imputación, ninguno de los cuatro detenidos quiso declarar. De momento, la mujer se encuentra alojada en los calabozos del Centro Transitorio de Detención, mientras que los tres varones fueron enviados al penal.