El duelo entre los pilotos del equipo Mercedes, el alemán Nico Rosberg y el inglés Lewis Hamilton, continuó ayer en Mónaco, donde el residente en Montecarlo se impuso a su coequiper y al australiano Daniel Ricciardo (Red Bull).
En el sexto Gran Premio de 2014 no varió lo que se está convirtiendo en regla durante la actual temporada: el doblete para Mercedes.
Sin embargo, hubo una pequeña variación: Rosberg, que partía primero, ganó como en Australia, mientras que Hamilton, que venía de encadenar cuatro triunfos, debió conformarse con ser segundo.
"Lewis manejó muy bien y me metió presión de principio a fin", afirmó Rosberg, magnánimo, intentando reducir la tensión surgida de la rivalidad creciente entre él y su coequiper.
Por su parte, Hamilton dijo lo menos posible porque todavía no había digerido bien el final de la clasificación, en la que hubo polémica entorno a si el incidente de Rosberg fue fortuito o intencionado para impedir al británico mejorar su tiempo anterior.
Esta victoria permite a Rosberg recuperar el liderazgo del campeonato de pilotos por delante de Hamilton, que perdió tiempo al final de la carrera tras sufrir problemas de visión en el ojo izquierdo. Pero, pese a las molestias, consiguió aguantar los ataques de Ricciardo.
El otro piloto de Red Bull, el alemán y campeón Sebastian Vettel, debió retirarse antes de tiempo por un problema en el motor Renault.
Mientras, el español Fernando Alonso (Ferrari) concluyó cuarto.
F1: fue con doble alegría
Aparte de ganar en Montecarlo, donde reside, Rosberg recuperó la cima del Mundial aventajando a su coequiper Hamilton. Fiesta de Mercedes.
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