Se termina otro año y él nuevamente está ahí. Muchas veces parecía apagado, otras tantas quisieron mostrarle la puerta y despedirlo antes de tiempo.
Pero resurge, juega, se luce, derrocha talento en diferentes superficies y ante todos lo rivales. La vigencia de Roger Federer ha dado un nuevo cachetazo a los pronósticos y a su propio documento de identidad. Ahí está el suizo, con 34 años ante una nueva final del Masters. Eterno, inoxidable.
En las semifinales en Londres, despachó a su compatriota Stan Wawrinka en dos sets. En el primero batalló palo y palo hasta que logró quebrarlo sobre el final e imponerse 7-5. Con la ventaja, se soltó y empezó a desplegar su magia. Así, el segundo juego fue un festival. Ganó el saque de su rival para encaminar el trámite con un 3-0 cómodo y desfiló por la cancha hasta cerrar el partido 6-3.
Ahora Roger va por su séptimo título de maestro nada menos que ante Novak Djokovic, que barrió a Nadal, quiere su quinto título y ser el primer tenista en conseguir cuatro Masters consecutivos.
El serbio consiguió un triunfo soberbio por un doble 6-3 contra Nadal, a quien le ganó por octava v en sus últimos nueve duelos.
Federer y Djokovic, que chocarán en la final, se vieron las caras hace pocos días, en el triunfo del suizo por la instancia de grupos del Masters. En ese partido, Federer terminó con la racha de 38 partidos invicto del serbio con una gran actuación y triunfo por 7-5 y 6-2.
Una hora y 18 minutos fue todo el tiempo que necesitó Novak Djokovic para estar una vez más en la final del Masters. En Londres, el número 1 del mundo y defensor del título se impuso a Rafael Nadal en sets corridos (6-3, 6-3).
No alcanzó que Rafa llegara al O2 Arena de la capital británica de la mejor forma en esta temporada, después de tres victorias en la fase de grupos. A diferencia de lo que le ocurrió con Federer, Djokovic no tuvo fisuras y arrolló al español. El serbio se mostró firme en el saque y dominó a su antojo.
Al primer descanso del partido se llegó con 3-0 para el serbio, que no desaprovechó la ventaja y ganó el primer parcial por 6-3 en apenas 34 minutos. En el segundo, el número uno rompió el saque de Nadal en el quinto juego y encarriló la victoria, abrochada sin conceder ni una sola oportunidad de break a su rival.
A raíz de esta victoria, el historial entre Djokovic y Nadal -que es el duelo más repetido de la historia del tenis- quedó igualado en 23 victorias por lado.
Y, mientras Nole está a un paso de un nuevo título, el español, número cinco del ranking, cerró el 2015 sin ganar ningún Grand Slam -no le ocurría desde 2004-, vivió un año repleto de altibajos y no pudo ni ganarle un set a Djokovic en los cuatro enfrentamientos que jugaron desde enero.