Cuando Roger Federer se enfrente a Novak Djokovic en la final de Wimbledon por segundo año consecutivo, retomarán una rivalidad que fue tan pareja como es posible.
Este es su 40º enfrentamiento y el suizo tiene la ventaja, 20-19. Es la décima vez que chocan desde el comienzo de la temporada, Djokovic va arriba 5-4. Es su 13º duelo en un torneo grande, donde están empatados 6-6, y la tercer vez que se verán en una “gran final”, donde llegan 1-1. Además, es el tercer choque en superficie de hierba, donde cada uno tiene un triunfo.
“Se ha convertido en un encuentro duro. Siempre compite y es complicado vencerlo. No sufrió lesiones y es muy bueno”, dijo Federer acerca de Djokovic, quien lo venció en cinco sets en la final de 2014. “No pienso mucho en el partido en que me venció el año pasado. Estoy contento de estar en una final y contra quien sea siempre se trata de una gran ocasión. El hecho de que Novak sea el número 1 agrega algo extra”.
En la era de los torneos Abiertos, que se remonta a 1968, sólo hay otro duelo que ha tenido más ediciones, el de Djokovic contra Rafael Nadal, que se han enfrentado en 42 ocasiones. El serbio, quien venció a Rafa en 2011 para lograr su primer Wimbledon, dijo que su segundo título, logrado el año pasado fue “aún más especial” porque tuvo que vencer a Federer. “Sabemos lo bueno que es”, dijo Djokovic. “Es el más grande de la historia”.
Si Djokovic supera a Federer, segundo de la preclasificación, tendrá nueve trofeos de majors, uno más que grandes de la historia del tenis internacional, como Andre Agassi, Jimmy Connors, Ivan Lendl, Fred Perry o Ken Rosewall. “Si gano el octavo o el 18 en Grand Slams, sería grandioso”, cerró Federer.