El serbio Novak Djokovic jugará el próximo domingo su segunda final en Roland Garros, tras haber derrotado en semifinales al letón Ernets Gulbis por 6-3, 6-3, 3-6, 6-3 en dos horas y 34 minutos.
Será una nueva oportunidad para el número dos del mundo de sumar el único Grand Slam que no tiene en su palmarés, lo que le igualaría con el británico Fred Perry, los estadounidenses Don Budge y Andre Agassi, los australianos Rod Laver y Roy Emerson, el suizo Roger Federer y español Rafael Nadal.
Con esta final, Djokovic se convierte en el tenista que juega al menos dos finales de los cuatro Grand Slam, junto con Agassi, Federer, Ivan Lendl, Nadal y el australiano Ken Rosewall.
Además, el jugador serbio puede reconquistar el número uno del mundo que tuvo entre noviembre de 2012 y septiembre de 2013, para lo cual debe ganar la final del domingo.
Su adversario en la final saldrá del duelo entre el español Rafael Nadal, actual número uno del mundo, puesto que perdería si no accede a la final, y el británico Andy Murray, octavo del ránking.
Djokovic cedió el segundo set del torneo ante un jugador que alcanzó su techo en un Grand Slam en estas semifinales, pero que dejó en el camino a dos top 10, el checoTomas Berdych, y sobre todo, el suizo Federer.
El serbio fue de más a menos y estuvo a punto de complicarse el partido a causa del calor.
"Los dos primeros sets han sido muy buenos para mi, luego él cometía menos errores y me resultaba muy difícil mantener la concentración por las condiciones climáticas", afirmó el serbio desde la pista, enrojecido por el calor y jadeante por la fatiga.
Ganó fácil los dos primeros sets, en los que Gulbis fue incapaz de concretar ninguna de las bolas de partido de que dispuso, mientras que Djokovic presionó constantemente el saque del letón.
El panorama cambió en el tercer set, sobre todo porque el calor que hizo en París, donde se alcanzaron los 27 grados, comenzó a hacer mella en los dos tenistas, pero sobre todo en Djokovic, que bajó el pistón de forma ostensible.
Gulbis dispuso de varias oportunidades para romperle el servicio, pero no lo logró hasta el octavo juego, cuando se colocó con 5-3 y servicio, ocasión que no desperdició para alargar la contienda.
Molesto, Djokovic rompió su raqueta contra la arcilla, pero entendió entonces que había que ponerse el traje de trabajo para cerrar el partido. Se colocó una visera para protegerse del sol y rompió en el segundo, aunque Gulbis recuperó en el siguiente.
El letón fue paulatinamente marchándose del partido, por el cansancio, el calor y la creciente desconcentración, mientras que Djokovic, pese a la fatiga, se mantuvo entero.
El serbio volvió a hacerse con el servicio de su rival en el octavo juego del cuarto set y firmó así su clasificación para la final.