Divorcio, famoso futbolista y las excentricidades de los repatriados en hoteles de Mendoza

Aseguran que hay situaciones de todo tipo y muy difíciles de controlar. En la provincia hay más de 500 personas en 4 hoteles. ¿Quién paga?.

Divorcio, famoso futbolista y las excentricidades de los repatriados en hoteles de Mendoza
Divorcio, famoso futbolista y las excentricidades de los repatriados en hoteles de Mendoza

El 20 de marzo el país cambió y comenzamos a transitar la "nueva normalidad" de la que tanto se habla y de la que tanto se desconoce. Ese día comenzó a regir el Aislamiento, Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) decretado por el presidente Alberto Fernández. Unos días antes, los mendocinos ya vivíamos con algunas restricciones como el cierre de las fronteras.

La cuarentena obligatoria sin precedentes sorprendió y elevó el estrés en casi todos los habitantes, estado motivado por la incertidumbre del "qué pasará". Dentro de este escenario se generó otro aún más angustiante: los mendocinos que estaban fuera de la provincia no podían regresar a sus hogares.

Con el correr de los días, y de la famosa curva de contagios, los gobiernos fueron habilitando operativos de repatriación para los viajeros. Sin embargo, una vez en destino, los agotados repatriados tenían que sortear un estricto protocolo más en su larga odisea: 14 días de aislamiento obligatorio, para descartar o confirmar que estaban infectados de coronavirus.

Durante la primera etapa de la cuarentena, en nuestra provincia se analizaban los casos de cada pasajero y, si tenía un domicilio apropiado para pasar el aislamiento, se le daba la posibilidad de elegir entre un hotel o su domicilio.

Luego esa medida se endureció. El gobernador Suárez anunció que toda persona que ingresara a la provincia tendría que pasar las dos semanas de la cuarentena en uno de los 4 hoteles alquilados por la provincia, a un "precio mucho menor al habitual", según confirmaron fuentes oficiales.

Comida, hospedaje, traslados y todo lo necesario lo cubre el Estado provincial, pero en esa oportunidad Suárez confirmó que en el caso de que el pasajero pudiera solventar esos gastos, según sus ingresos, lo tendría que hacer. Esto ha generado el reclamo de un grupo de repatriados.


    Mariana Villa / Los Andes
Mariana Villa / Los Andes

Según el diputado provincial Mario Vadillo (Protectora), quien solicitó al Gobierno la posibilidad de que los viajeros nacionales puedan pasar la cuarentena en su casa y que los que provienen de otros países puedan elegir el hotel según su poder adquisitivo, la estadía promedio cuesta alrededor de $2.400 el día, es decir $33.600 los 14 días.

En este momento hay más de 500 mendocinos divididos en los cuatro hoteles de Capital. El ministerio de Salud coordina las acciones sanitarias, el de Turismo los traslados y efectivos de la Unidad Policial de Asistencia al Turista (UPAT) controlan el cumplimiento del aislamiento y asisten en operativos de llegada de contingentes y de traslados de casos sospechosos.

La importancia de estas tareas en conjunto quedó en evidencia del caso confirmado en la provincia número 82. El hombre llegó de Brasil infectado de Covid-19 y gracias a estas tareas no tuvo contacto con ningún mendocino y ya está internado en el hospital Lencinas.

Vida en cuarentena: entre la comodidad y las exigencias “desubicadas”

Es lógico que estar encerrado en una habitación de hotel por 14 días luego de venir de un largo viaje no es sencillo para nadie. Por esto se trata que los huéspedes estén los más cómodos posibles y analizan cada requerimiento particular. Sin embargo, algunos viajeros pretenden ser tratados como estrella de rock.

Los repatriados tienen que limpiar su habitación para evitar el ingreso de algún empleado del hotel. El ministerio de Salud provee de lavandina, detergente y todos los elementos de desinfección. Este kit se le deja en la puerta de cada habitación, junto con sábanas limpias y toallones cada 3 días. Además, lógicamente, de las viandas de las comidas diarias.

El hotel aporta el personal de recepción para atender cualquier urgencia y  trabajadores que se encargan de repartir todos los días estos suministros. Los hoteles cuentan con la custodia diario de personal de la UPAT.

La vida en estos hoteles es muy distinta al exterior y se viven situaciones de todo tipo.

Mugrientos

Muchos de los aislados no tienen los hábitos de higiene mínimos para transitar una cuarentena “saludable” y el personal tiene que insistir en que realicen la limpieza. “Viven entre su propia mugre y no limpian nada”, contaron a este diario fuentes que viven de cerca estos operativos.

Desde Covid-19 hasta un dolor de muela

Los policías son el nexo para coordinar trasladados a centros asistenciales ante alguna urgencia de los hospedados. Se han montado operativos de traslados de urgencias diversas.

Desde el caso confirmado número 82, pasando por el traslado de ayer de una bebé de 1 año con fiebre que fue llevada al Notti junto a su madre, hasta un dolor de muela: “Una joven avisó que no soportaba el dolor en una de sus muelas, era de noche, se le dio un remedio para calmar la molestia y al otro día la retiraron del hotel, la llevaron al dentista y la volvieron a dejar”.

Luna de miel, cuarentena y ¿divorcio?

El caso de una pareja de repatriados activó las alarmas del personal del hotel. Los jóvenes acababan de regresar de su luna de miel de Brasil, llegaron “enamorados”, pero el encierro provocó que la convivencia cambiara a un estado de violencia peligroso.

Ambos manifestaron no soportarse más el uno al otro y la Policía pidió a personal del hotel que les diera una habitación a cada uno.

Un jugador de fútbol de Primera división

Un jugador de fútbol de la Primera división del fútbol argentino se encuentra aislado de manera preventiva en un hotel mendocino. El deportista solicitó poder salir al gimnasio para mantener su físico, pero el pedido fue denegado. A cambio, accedieron a facilitarles pesas para que se ejercite en la habitación.

Esto generó otro inconveniente. Sus vecinos no soportan el constante “clap, plaf, pum” de las pesas golpeado el piso.

Grandes pretensiones

Muchos de los repatriados son “personas de alto poder adquisitivo que llevan meses recorriendo varios países y vienen acostumbrados a hoteles de 5 estrellas”, confió una de las fuentes consultadas.

Al legar a Mendoza pretenden las mismas comodidades, lógicamente imposibles de igualar. “Muchos tratan mal al personal, exigen una habitación mejor, salir a jugar al casino, “room service” a cualquier hora, mucamas que limpien y ordenen su habitación. No comprenden la situación, piensan que siguen de vacaciones”.

¡Quiero mi vino!

Personal hotelero tuvo que lidiar con un abogado que los amenazó con demandarlos sino les dejaban pasar la caja de vino que le había llegado a la recepción. Otro hizo un escándalo porque no podía acceder a su whisky importado favorito. Otro pidió a los gritos sus cajas de cerveza.

“Se les permite beber alcohol pero se autorizan cantidades razonables y se controla que no haya consumo excesivo”, relataron.

Amor de balcón a balcón

Adolescentes ocupan un gran porcentaje de los repatriados. Los jóvenes transitan el aislamiento como “un viaje de egresados: música alta, gritos, risas y chamullo de ventana a ventana”.

Algunos adolecentes se han enamorado de balcón a balcón y se han prometido comenzar una relación en “libertad”.

Cumpleaños feliz

La gran mayoría está muy agradecido por el trato recibido y entable una cierta amistad con los trabajadores de los hoteles. Esto lo demuestra el cumpleaños de una mujer, quien fue sorprendida por los trabajadores con una torta y una videollamada con sus familiares.

Noches agitadas

Otro de los inconvenientes más comunes son los fugitivos nocturnos, quienes aprovechan la oscuridad y el escaso personal para deambular de habitación en habitación. “Es muy difícil de controlar”, sentencian quienes lidian con los repatriados día a día.

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