La distinción otorgada a la Provincia por una de las publicaciones más prestigiosas en materia de vinos, constituye un reconocimiento a la excelente labor que está desarrollando la industria en conjunto con la actividad oficial, pero a la vez es un desafío hacia el futuro, en razón de que surge la obligación de mantener ese lugar destacado.
Para Wine Enthusiast Magazine, Mendoza es uno de los 10 mejores destinos de turismo del vino en el mundo y la calificación surge de la visita realizada por el editor de la revista para España y América Latina, considerado como uno de los críticos más reconocidos del mundo, luego de realizar un periplo que contempló hoteles, bodegas, el Memorial Sanmartiniano y los emprendimientos que fueron premiados en el concurso Best of Mendoza’s Wine Tourism.
El periodista no hace más que reflejar lo sucedido en nuestra principal industria de base agrícola durante los últimos 15 años y destaca la construcción de hoteles de categoría, la arquitectura de primer nivel en bodegas y la evolución de la gastronomía, a lo que le suma el marco espectacular de la montaña.
Su afirmación, al indicar que la provincia “es ideal para los que gustan de la aventura en sus viajes, es un rasgo auténtico que hoy Mendoza tiene para ofrecer”, constituye la mejor publicidad que la provincia puede obtener para los amantes del vino a nivel mundial, a la vez que indica que el malbec es el “embajador” en el mundo y el mejor vehículo para mostrarse. Debe recordarse también que esa misma publicación otorgó el premio al mejor enólogo del mundo en 2012 al mendocino Jorge Riccitelli.
El cambio que ha tenido la industria vitivinícola local durante las últimas dos décadas ha sido espectacular. De aquellos viejos bodegones, con grandes piletas donde se elaboraba esencialmente vino de mesa, se pasó en poco tiempo a bodegas en las que la arquitectura juega un papel fundamental, a la incorporación de acero inoxidable, a tecnología de punta y a una industria que sabe que el buen vino surge de un buen viñedo, lo que genera que el trabajo en el campo también tenga su valor esencial.
En esas condiciones, la Argentina pudo competir en el mundo y lograr un lugar destacado entre los productos con mejor relación precio-calidad; el consumidor local también resultó favorecido, porque ahora cuenta con una oferta amplia de vinos de calidad, aun en los vinos de precios más accesibles.
Paralelamente, los empresarios comprendieron que la incorporación de la gastronomía en las bodegas les generaba un doble efecto: en primer lugar la fidelización de sus clientes y en segundo término, la generación de ganancias que les permite un mayor ingreso a través de la presencia de visitantes.
Si bien se trató de emprendimientos individuales, se trabajó en conjunto en iniciativas interesantes, como la incorporación a la oferta turística de los Caminos del Vino, del Rally por las bodegas o de la Música por los caminos del vino, por señalar sólo algunas de ellas. El turista, entonces, se encuentra con una amplia oferta durante todo el año, que supera a aquella única iniciativa que consistía en la Fiesta de la Vendimia, como sucedía décadas atrás.
El Gobierno, durante las distintas gestiones, se sumó a la iniciativa privada y ha otorgado un valor importante a la conformación del mix bodegas-turismo, lo que obligó inclusive a elevar el rango de jerarquía, pasando de aquella Dirección, a Subsecretaría y ahora a Ministerio para enfrentar los nuevos desafíos.
Es mucho y muy importante lo que se ha logrado pero hay que seguir trabajando. Es necesario mantener la distinción obtenida porque ha quedado demostrado que la vitivinicultura es vino, es turismo y es prestigio a nivel local e internacional.
