Una distinción que ratifica la calidad de nuestros vinos

Un vino mendocino logró la calificación de mejor vino tinto seco del mundo, en un exigente concurso internacional. Ratifica así la calidad del varietal emblemático mendocino y permite mirar con optimismo el futuro si se dan las condiciones económicas para

Una distinción que ratifica la calidad de nuestros vinos

La calificación de "mejor vino seco del mundo" obtenida por el malbec de una bodega del sur mendocino no hace más que ratificar el prestigio alcanzado por los vinos argentinos a nivel internacional. Fortalece además le percepción, de parte de los consumidores más exigentes, en el sentido que el malbec es la variedad emblemática de la Argentina y abre expectativas más que favorables para el incremento de las exportaciones, una vez que mejoren -como se espera- las condiciones de competitividad en los mercados externos.

 El Bianchi Reserva Malbec logró la máxima calificación en el Vinalies Internacional 2014, que organiza la Unión de Enólogos de Francia, un concurso por demás exigente del que participan más de 3.500 muestras de 41 países, calificadas por un jurado internacional de 150 integrantes. No fue el único vino argentino premiado sino que nuestro país consiguió también 4 medallas de oro y 9 de plata. Cabe señalar además que el cepaje ha recibido otras importantes distinciones, como sucedió en 2004 cuando la prestigiosa publicación Wine Spectator calificó con 90 puntos un malbec 2002; un 2003 se hizo acreedor de una medalla de plata en la London Wine International.

 El malbec es una cepa proveniente de Francia, que encontró en Mendoza el lugar ideal para el desarrollo de todo su potencial. Fue el malbec, junto al torrontés, entre los blancos, el que abrió las puertas a los vinos argentinos para su consideración internacional. Primero a través de los concursos y, una vez conocido, logró su inclusión en las góndolas de los supermercados y vinerías.

 Varios hechos puntuales pueden ser tomados para graficar el prestigio alcanzado por el varietal a nivel internacional. Así por ejemplo, un empresario norteamericano, amante de los vinos y sorprendido por las cualidades del malbec, decidió invertir en Mendoza, adquiriendo un predio y construyendo una bodega en La Carrodilla para elaborar sus propios vinos. Por otra parte, a punto tal ha llegado el prestigio del cepaje que otros países, incluyendo algunos del Viejo Mundo vitivinícola, han implantado malbec para ampliar su portafolio de vinos. Sin embargo, en ningún lugar, fuera de Mendoza, se potencian al máximo las cualidades del varietal.

 Vale también señalar que el varietal forma parte de un todo en el que participan los ingenieros agrónomos en el cuidado de las fincas (los expertos señalan que un buen vino nace en el viñedo), a lo que se suma la incorporación de tecnología de punta en bodegas y la tarea desarrollada por los enólogos, cada vez más exigentes en la obtención de los mejores productos. No por casualidad un enólogo mendocino, Jorge Riccitelli, fue calificado como el mejor enólogo del mundo en 2012, por una prestigiosa publicación especializada de Estados Unidos.

 La distinción alcanzada por el malbec de San Rafael ha ratificado que los vinos argentinos están en condiciones de competir en calidad con los mejores del mundo. Precisamente la excelente relación precio-calidad de los productos argentinos le sirvieron para incrementar exponencialmente las exportaciones durante casi dos décadas, aunque en los tres últimos años, como consecuencia de equivocadas políticas económicas implementadas a nivel nacional, ese crecimiento se convirtió en una meseta primero, y en una caída de las exportaciones, después.
Es de esperar que, con reglas más claras y estables, la salida de vinos argentinos al exterior recupere su cauce normal. Condiciones tienen de sobra.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA