La disputa entre
Ernesto Sanz
y
Julio Cobos
por la distribución de cargos en el Congreso Nacional reflotó la interna radical que, entre cruces y amenazas solapadas, podría hacer peligrar la estabilidad partidaria, luego de la buena performance que logró la UCR en los comicios legislativos de octubre.
Molesto con la estructura partidaria que lo dejó sin la titularidad del bloque de Diputados nacionales al que aspiraba, Cobos -quien viene de una importante victoria electoral en Mendoza-, busca su revancha y se apresta a dificultar el ascenso de Sanz al frente del Comité Nacional de la UCR.
Es que el exgobernador y diputado electo se siente "traicionado" por su coprovinciano y competidor interno en la carrera presidencial, con el que había acordado una distribución "equilibrada" de los cargos en el Congreso, señalaron desde el entorno de Cobos.
La decisión de
Ricardo Alfonsín
de declinar su intención de competir por la titularidad del Comité Nacional, le había dejado a Sanz el camino allanado para reemplazar en el cargo al electo diputado nacional por Santa Fe,
Mario Barletta
, el próximo diciembre.
Pero los cobistas acusan a Sanz y a su aliado
Gerardo Morales
, quien presidirá el bloque en el Senado a partir de diciembre, de haber hecho una "maniobra" para ubicar al cordobés
Mario Negri
en la jefatura del bloque en la Cámara baja y se proponen, ahora, forzar una votación en el plenario de delegados previsto para el 13 de diciembre próximo.
"Los delegados de Mendoza no vamos a votar a favor de Sanz porque no tiene el equilibrio necesario para presidir el partido", confirmó la senadora nacional cobista
Laura Montero
, quien, tras endilgarle a su compañero de bloque haberse "autoproclamado" presidente del Comité Nacional, no descartó una alianza entre su sector y el alfonsinismo de cara al plenario.
Cobos regresará a Buenos Aires esta semana para delinear la estrategia que le permita reposicionarse en el escenario partidario.
Montero acusó al tándem
Sanz-Morales
de haberle tendido una "una trampa" a Cobos: "Le dijeron agarrá la presidencia (del bloque) en pos del equilibrio interno, cuando ya tenían sus jugadores accionando para imponer su número en favor de Negri", quien se impuso al frente de la bancada con el apoyo de 24 de los 37 diputados que la integran.
En verdad, los cobistas piensan que la movida tenía como "único propósito" hacerle pagar al exvicepresidente el "costo político" de una derrota interna, en el marco de la inicial competencia entre los mendocinos por la candidatura presidencial de la UCR.
En el alfonsinismo, en tanto, aguardan expectantes lo próximos movimientos de Sanz, quien prometió una "distribución equitativa en la conducción partidaria que represente a todos los sectores internos", según aseguró a esta agencia el diputado nacional
Miguel Bazze
.
Más allá de ello, el sector liderado por Alfonsín mira con recelo el avance del sanrafaelino en territorio bonaerense, que -con el apoyo de la facción que responde a
Federico Storani
- busca lograr un armado propio en el principal distrito electoral del país, de cara al 2015.
Fuentes del sector admitieron que en un encuentro que mantuvieron Alfonsín y Morales la semana pasada, el reelecto diputado bonaerense reclamó que Sanz se mantenga "neutral" frente a la convulsionada interna radical en la provincia.
Es que la conducción alfonsinista de la UCR bonaerense debió soportar por estos días los reproches del espacio conducido por Storani y
Lepoldo Moreau
por el "fracaso electoral" del binomio integrado por
Margarita Stolbizer
y
Ricardo Alfonsín
en los comicios legislativos de octubre y la importante fuga de dirigentes al massismo.
"Si Ernesto no cumple con lo que prometió va a tener una sorpresa el 13 de diciembre", lanzaron desde el alfonsinismo, y aseguraron que "muchos delegados no se sienten contenidos“ en la candidatura del mendocino al Comité Nacional.
"Seguramente vamos a hablar con la gente de Alfonsín", afirmó Montero, quien arriesgó la posibilidad de que Sanz no alcance en diciembre la mayoría de delegados para alzarse con la presidencia del Comité Nacional o que el senador nacional no pueda lograr el quórum necesario para que sesione el plenario.
Para Montero, "hay mucho malestar en varios integrantes del partido con lo que ha ocurrido, incluso dirigentes que Sanz cuenta como propios, a quienes no les ha gustado la avanzada y la actitud prepotente con la que se manejó esta situación".
Algunos cobistas y alfonsinistas admiten por lo bajo que el senador cuenta con el respaldo de 50 de los 94 delegados en condiciones de votar, aunque especulan con que una "ajustada" victoria podría "restarle legitimidad" al mendocino y obligarlo a una actitud "más negociadora" en el frente interno.