Por ahora, están garantizados los vuelos y los trinos de los pájaros, al menos en el corto plazo. Porque a juzgar por los peligros de la contaminación, los cambios de ambiente, la destrucción de ecosistemas por medio de urbanizaciones desmedidas, sumado a la caza y venta ilegales de aves, las cosas no serán tan sencillas en el futuro para la vida animal.
Por eso adherimos a los esfuerzos de inspectores de la Dirección de Recursos Naturales Renovables (DRNR), dependiente de la Secretaría de Ambiente, secundados por la Policía Rural, que mantienen la cuota de procedimientos para combatir la comercialización no permitida de pájaros y otros ejemplares.
En los últimos días fueron recuperados 260 alados que estaban a la venta en la Feria del Usado de Guaymallén, en abierta contravención con las leyes ambientales y de protección de nuestra avifauna.
Hasta el momento, más de 800 animales han sido rescatados del tráfico ilegal en numerosos operativos dentro del territorio provincial, producto de la caza y la captura ilegal.
Los especialistas de Fauna de la Dirección de Recursos Naturales explican que las aves más perseguidas para ser exhibidas entre rejas son, entre otros, los siete cuchillos o pica huesos, jilgueros, diucas, zorzales y cardenales amarillos, animalito este último que se encuentra en peligro de extinción por el tráfico ilegal de su venta como mascota y por la pérdida de ambiente.
Con el último operativo se suman más de 800 animales rescatados del tráfico ilegal en el año, en distintos procedimientos en el territorio provincial.
La acción arranca luego de un trabajo de inteligencia por parte del personal de Fauna, que logra identificar aquellos puntos de venta dentro del predio que estaban cometiendo el ilícito. Se procedió entonces a la incautación de los especímenes cautivos, entre ellos pichones, juveniles y adultos, y se labraron actas a cada infractor.
Pero, pasado un tiempo, las acciones prohibidas vuelven a la práctica y todo el mecanismo de captura y encierro de ejemplares se pone otra vez en marcha. Por eso se hace necesario impulsar el estudio poblacional de las especies y desalentar el mascotismo de las aves mediante la educación ambiental, que no sólo intenta enseñar cómo funciona la Naturaleza sino que también pone de manifiesto la compleja trama de las actividades humanas y su impacto sobre la vida silvestre. Por otro lado, se puede aplicar a esta realidad la premisa que se utiliza con los elementos robados y puestos a la venta: no comprando se limitaría este tráfico injusto de vida animal.
Asimismo, sería propicia una presencia constante por parte de los organismos de control en el medio y la consiguiente adopción de medidas sancionatorias. Eso significa más presupuesto para estas actividades de control y represión, y más capacitación de quienes las llevan a cabo.
En armonía con todas estas acciones de protección que se realizan en el territorio, está en curso la Primera Semana contra el Tráfico Ilegal de Fauna Silvestre, que tiene carácter binacional, ya que reúne a clubes observadores de aves, los COA, de nuestros país y Uruguay.
La pretensión es que cada vez más personas se sumen a la causa conservacionista, imbuidos de criterios ecológicos que permitan mantener el equilibrio natural en la provincia y no ser puente de un catálogo futuro de lo que “ya no existe” en materia de animales en nuestros campos, en nuestros ambientes naturales.
