Por Dis Int. Florencia Suarez Apatye
Entrar a este restó es ingresar en la pasión de Ana, su dueña. Ella construyó este espacio desde cero con la colaboración de sus seres más queridos. Cada detalle en su interior está cargado de anécdotas que fueron sucediendo en su proceso hasta su poético resultado.
La composición del local tuvo como premisa la nobleza de los materiales; madera y hierro se utilizaron en bruto. Una doble altura, le da la impronta necesaria y la luz natural ideal para que cada rincón demuestre su personalidad.
Pero el alma de Josefina es su cocina: un espacio abierto integrado al local, donde los aromas y especias se dejan ver detrás de una gran barra iluminada.
El lugar invita a disfrutar la estadía. La premisa de los materiales en bruto otorga una ambientación única. Los pisos tipo calcáreos, con distintos dibujos, le aporta vida y la sensación de estar en un lugar que siempre estuvo. La barra extensa, invita a pasar un largo momento.
La puerta de acceso al local es una gran obra de arte. Compuesta por maderas de distintos tipos, colores y tamaños brinda una bienvenida especial a Josefina.
Además, como se repetirá a lo largo del espacio, encontramos varias esculturas y obras de arte.
La cocina es un espacio abierto, integrado y que interactúa con el resto. La división de ese espacio está compuesta por una barra que se retroilumina. Se ubicaron dos lámparas de estilo industrial, en cada extremo de la mesada.
Detalle de las luces sobre la escalera. Una composición de lámparas de filamento colgantes. Sobre el fondo, el interesante recurso gráfico típico del lugar.
Detalle de las lámparas tipo taller que cuelgan sobre la barra.
Detalle del manijón de la puerta de acceso a la cava. Hecho a medida a partir de materiales habituales de construcción. Su acabado es en óxido.
La cava se encuentra suspendida sobre la larga barra de la planta superior. Un espacio vidriado que desde cualquier punto del local se puede ver.
Debajo de la cava se ubica una extensa barra. Armada en zoita, la combinación con el hierro de la estructura y las lámparas tipo taller, componen un entorno que invita a disfrutar un buen trago.
En el muro, frente a la barra, paneles con frases e imágenes con frutos de estación son el recurso gráfico que se repite en otros sectores, convirtiéndose en un emblema dentro del restaurante.
Su tipo de iluminación, genera un espacio íntimo y confortable.
Arquitectura - Interiorismo: Arq. Carolina Ochoa
Agradecemos a: Josefina Restó