“Un proceso de diseño diferente donde se generan propuestas únicas que son propias, de desarrollo local y fuera de las grandes tendencias comerciales que se ven a nivel nacional”, fue el concepto de diseño de autor que se plasmó en la charla debate sobre el diseño de indumentaria y textil que organizó ayer la Asociación de Diseñadores de Mendoza (Adimza) en la Universidad de Mendoza.
Es que en la provincia este tipo de iniciativa está creciendo a pasos agigantados de la manos de jóvenes creadores que ponen “toda la carne al asador” para dar vida a colecciones únicas que tientan a los mendocinos.
Los datos oficiales arrojan que son 110 los emprendimientos de indumentaria y confección registrados en la provincia, pero se calcula, según las convocatorias de la feria Indigna, que hay por lo menos 300 diseñadores independientes, entre hacedores y artistas que fabrican ropa, accesorios y calzado.
Algunos de ellos tienen sus propios locales y otros comercializan sus productos a través de atelieres o showrooms privados. A medida que aumenta esta oferta, el público local va descubriendo una nueva opción a la hora de vestirse y asiste de forma masiva a ferias, eventos y desfiles donde puede encontrar estas propuestas.
Federica Monge fundó hace tres años su marca Mucha a través de la cual comercializa prendas para mujer con estilo urbano y toques de noche. “Empecé con una socia, pero luego continué sola. En mayo, presenté mi quinta colección que fue otoño-invierno, ahora estoy trabajando en lo que es primavera-verano”, comenzó a relatar la joven.
En el tiempo que lleva en el negocio ha podido notar cómo ha crecido el interés de los mendocinos por sus productos y los de su tipo. “Ha cambiado muchísimo la percepción del público en el último año, ahora está recibiendo nuestras propuestas de otra manera, se nota mucho el interés que hay del mendocino de consumir el diseño local”, aseguró. Además lo que ella ha podido apreciar que cada vez más gente participa de distintos eventos relacionados con el consumo de moda.
Ella explicó que a medida que las marcas se van insertando en el mercado deciden abrir su propio local, pero hay otras que eligen la venta en ferias o en sitios más privados.
“Por ahora yo tengo mi atelier en el que hago ropa a medida y vendo parte de mi colección. Pero a la vez distribuyo en algunos locales de acá en los que venden multimarcas”, contó la chica que estudió diseño gráfico en la UNCuyo y que se ha formado en producción de moda, marketing, comercio, imagen y estilismo.
Con respecto a los precios de venta, Federica recalcó en la necesidad de que la gente sepa “que no por ser mendocino tiene que ser barato”. Esto es así, según explicó, porque las prendas son de buena calidad y llevan detrás todo un trabajo proyectual y creativo. “Se apunta a una calidad y nivel altos y queremos que se evalúen a la hora de comprar”, expuso.
Esta visión de auge de la actividad también fue compartida por Agustín Viancarlos uno de los miembros de ‘Plataforma G’, sitio que apunta a potencias a diseñadores emergentes e insertarlos en el mercado. “Nosotros consideramos que con acciones muy concretas estamos asistiendo a un crecimiento del diseño mendocino”, remarcó a la vez que informó que en la plataforma trabaja con 17 emprendimientos de indumentaria que apuntan a la continuidad.
“Hoy en día, el consumo de imagen como parte de la cultura es una cosa que existe, hay demanda y necesidad del mercado de nuevas propuestas”, manifestó. De hecho, para él, existe una especie de ruptura de la hegemonía de la moda en Mendoza. “Era una visión bastante obsoleta y está cambiando”, detalló. De todas maneras, Agustín reconoció que todavía se les hace difícil a los diseñadores mendocinos competir con la moda industrializada de Buenos Aires. “Porque por ahora el diseño local está basado en pilares que se están empezando a construir”, precisó.
Alejandra Pérez, una de las creadoras de la feria Indigna, también aportó su opinión al respecto: “Hay un crecimiento cada vez mayor y más rápido en diseño independiente”, subrayó la joven emprendedora. Ella recuerda que la primera feria que organizó junto a sus compañeras en 2007 contó con 30 emprendedores y que en la actualidad de sus convocatorias participan más de 300 hacedores y artistas que fabrican ropa, calzado y accesorios.
Para ella, ya se puede hablar de una continuidad en el rubro. “Hay gran cantidad de atelieres y lugares donde se consume el diseño independiente, además de locales de ropa ya posicionados que se animan a incorporar indumentaria local”, comentó.
Si bien es consciente que hay diseñadores independientes que abandonan la provincia para probar suerte en otro lado, sobre todo en Buenos Aires, señaló que hay muchos otros que deciden quedarse. "Son los que apuestan a la provincia y los que la posicionan como una punto importante", aseguró. Lo fundamental, según su visión, es que se siga trabajando en el área para hacerla crecer aún más. "Es necesaria la capacitación académica, la capacitación de oficio, la comercialización, que todo se mantenga así y siga creciendo", cerró.
Allá por 2001
En la apertura de la charla de Adimza sus organizadoras contaron que el crecimiento del diseño independiente tomó fuerzas a raíz de la crisis de 2001. “En el contexto del ‘corralito’ y de la crisis general hubo un despegue en el área de la creatividad y el diseño de autor creció”, dijo Julia Villegas, una de las disertantes.
Ella dio a conocer que a través del censo del Idits 2004 se detectaron 110 empresas en la provincia dedicadas a la indumentaria y confección. Ese número se desagrega con 80 destinadas a indumentaria y calzado, 20 a textil e industrial y 10 sector cuero.
“Allí no están incluidas las empresas que no están registradas legalmente y tampoco se incluyeron proveedores y productores por lo que se calcula que este número podría ser mucho mayor”, expuso la joven licenciada en diseño y miembro de Adimza.
Otro punto interesante que destacó fue el perfil universitario de los emprendedores y aseguró que 52% de las personas que trabajan en la industrial textil son egresados universitarios, 36% tiene formación terciaria, 8% técnica y 4% sin formación. “Dentro de los profesionales no sólo figuran los que han estudiado diseño de indumentaria, sino otras ramas como, por ejemplo, artes plásticas”, detalló. Entre las marcas mencionadas en la charla están Mucha, Margot, Blac Le Cat, Alfonso, Leo Peralta y By Poupee.
Discusión de un tarifario
En la charla organizada por Adimza a la que asistieron estudiantes, diseñadores y emprendedores, se ahondó en la necesidad de implementar un tarifario para cuantificar el valor del diseñador de indumentaria como profesional. “Ponerle valor a la hora profesional es muy importante para los actuales y futuros egresados”, aseguró Susana Cabrera, presidenta de Adimza.
En esta oportunidad, se presentó una propuesta de tarifario elaborado en Buenos Aires por la diseñadora Silvia Barretto.
“Lo vamos a consensuar con los profesionales de Mendoza, docentes y no docentes para ver si necesitamos hacerle modificaciones y la idea es publicarlo antes de fin de año”, remarcó la titular de la organización. El objetivo es brindarle a los profesionales una herramienta de utilidad, tal como se hizo con la creación del tarifario para el diseño gráfico. “Mendoza tiene un desarrollo de diseño de indumentaria muy importante por lo que es importante ir introduciendo mejoras para su futuro desarrollo”, cerró.
