Louis Van Gaal, el entrenador de Holanda, disfruta jugando a las cartas con el sistema de juego, por lo que un “comodín” como Dirk Kuyt se convierte en un as.
Estudioso del fútbol como pocos, cambiar la estructura de su equipo de un partido a otro o dentro de un mismo encuentro es uno de los placeres favoritos de Van Gaal. Para ello debe contar con la complicidad de sus dirigidos, y en ese sentido no hay nadie mejor que Kuyt, que se adapta a todas las posiciones.
A punto de cumplir 34 años, alejado de los grandes focos en el Fenerbahçe turco y distante ya su etapa dorada en el Liverpool, el hombre surgido en el Utrecht se hizo un hueco en la lista del Mundial porque cumple con tres preceptos que los técnicos aman: es polifuncional, generoso en el esfuerzo “y tiene un ego muy pequeño”, como escribió Willem Van Hanegem, el 10 de la “Naranja Mecánica” de 1974.
Por eso, ni Van Gaal ni quienes lo conocen bien se sorprendieron cuando el rubio, al que todo el mundo del fútbol tiene como delantero en cualquier puesto de ataque, se ofreció para ocupar un sitio en la defensa. “En realidad, me contestó que ya lo tenía en mente”, cuenta Kuyt lo que le dijo Van Gaal. Y ya lleva dos partidos en el Mundial como lateral izquierdo en la zaga de cinco jugadores que plantea el futuro técnico del Manchester United para iniciar los encuentros.
El veterano Kuyt no se movió del banco de suplentes durante los choques ante España y Australia, por lo que su irrupción entre los titulares ante Chile, con la clasificación para octavos asegurada, pareció más una medida de descanso para los que venían actuando que una prueba efectiva. Por eso, casi nadie tomó en cuenta aquella alineación. Y fue un error. Porque frente a México, y ya con la fase decisiva en juego, Kuyt fue el jugador total.
En el partido de octavos de final y justo el día que cumplía 100 encuentros con la camiseta naranja, Kuyt arrancó en su nuevo puesto de lateral, donde cumplió sin mayores inconvenientes las tareas de contención encomendadas. Pero eso sólo se prolongó hasta que México marcó el 1-0. Entonces, Van Gaal mandó a la cancha al veloz Depay y modificó por primera vez el sistema: de 5-3-2 a 4-3-3 y con Kuyt en el lateral derecho.
El empate no llegaba y en la pausa de hidratación, a un cuarto de hora del final, el ex técnico del Barcelona y del Bayern Múnich volvió a jugar a las cartas: 3-2-2-3 con Kuyt una vez más como clave, ya que pasó a jugar de volante central. Así llegó la remontada que permitió a Holanda pensar en Costa Rica en cuartos y postergar las vacaciones.
