La Cámara de Diputados le dio esta madrugada media sanción a una impactante reforma electoral que instaura la boleta electrónica –para abandonar en 2017 el voto de papel, que rige desde hace 104 años– y la paridad de género para los cargos electivos: en los hechos, que la mitad de las candidaturas a diputado y a senador deberán ser ocupadas sí o sí por mujeres.
Por ambos cambios, es la reforma más importante desde la instauración del voto femenino, el 23 de septiembre de 1947, y desde la sanción de la Ley Sáenz Peña, en 1912, que trocó el voto cantado por el sufragio universal, secreto y obligatorio.
A las 2 de la mañana, la reforma electoral —una de las principales promesas de campaña del presidente Mauricio Macri— fue aprobada en general por 152 votos afirmativos contra 75 negativos y 3 abstenciones. Pero la votación artículo por artículo se extendió un par de horas más.
Diputados de Cambiemos y del massismo con diálogo permanente con el líder del bloque PJ-FPV, Miguel Ángel Pichetto —conduce a 38 de los 72 senadores—, afirmaron a Los Andes que la norma será convertida en ley "dentro de dos semanas".
Si la norma tiene sanción definitiva en el Senado, en las próximas legislativas los ciudadanos de todo el país ingresarán a un cuarto oscuro en el que la oferta electoral estará en una computadora. A través de ella elegirán a sus candidatos. Imprimirán una boleta que al salir introducirán en una urna. El conteo será doble: informático y manual.
Además, las listas de postulantes a senadores y a diputados, parlamentarios del Mercosur y eventuales convencionales constituyentes estarán conformadas por hombres y mujeres de “manera intercalada desde el primer candidato hasta el último suplente”.
La paridad de género es un avance sobre la ley ya vigente de Cupo Femenino, que establece al menos un 30 por ciento de participación femenina en las boletas. Hoy hay 98 diputadas de un total de 257 (38%). Y 30 senadoras sobre 72 (41%). Según el Censo 2010, el 53% de la población es femenina.
En este contexto, el Senado aprobó ayer el proyecto de ley de paridad de género en las listas electorales con 57 votos a favor y dos en contra, y lo giró a la Cámara de Diputados. Fuentes del oficialismo minimizaron la importancia de esta sesión del Senado y la atribuyeron a “una interna del peronismo” con el fin de “no perder protagonismo político” en el día de la protesta nacional contra la violencia de género.
Las PASO finalmente se mantendrán abiertas, tal cual son ahora, luego de que el macrismo diera marcha atrás durante la madrugada en su intento de que fueran cerradas.
En la madrugada, el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, intentó infructuosamente introducir en la reforma electoral un artículo para aumentar la cantidad de diputados nacionales: aunque tenía el apoyo del jefe de bloque macrista, Nicolás Massot, la propuesta fue rechazada por su par de la UCR, Mario Negri, quien consideró inoportuno aumentar el gasto que supondría tener más de 300 legisladores de los 257 actuales en momentos de crisis.
Durante el debate en Diputados, el macrista Pablo Tonelli defendió la boleta electrónica al señalar que “hoy el robo de boletas se ha extendido demasiado y es un verdadero flagelo a la hora de votar, y en algunos casos puede llegar a alterar el resultado de la elección”.
En la vereda de enfrente, la kirchnerista Diana Conti había anunciado que su bloque rechazaría la reforma electoral, aunque aclaró que “unánimemente" apoyarían "con toda su fuerza la paridad de género”. Así ocurrió: el FPV-PJ aprobó únicamente los artículos relacionados con esta modificación, al igual que el trotskismo.
Con la reforma electoral aprobada hoy se terminan las candidaturas múltiples. Los que participen de la elección deben hacerlo para una sola categoría de cargos y no se admitirá la participación de un mismo candidato en forma simultánea en candidaturas nacional y provincial o municipal.
La media sanción de Diputados establece también que se realizarán tres auditorías a la votación: una, antes de la elección; otra, el día de los comicios, y otra, después del cierre del acto electoral y antes del escrutinio definitivo. La Cámara Nacional Electoral deberá aprobar y auditar el sistema, para lo cual elaborará un presupuesto que elevará al Poder Ejecutivo. Fuentes judiciales señalaron que las autoridades “quieren que la ley salga”, aunque advierten que hay numerosas dudas sobre su aplicación.