La Cámara baja se aprestaba anoche a aprobar el proyecto de ley que da vía libre al memorándum de entendimiento entre Irán y la Argentina en torno a la causa por el atentado a la AMIA, que obtenía el respaldo del oficialismo y sus aliados así como el rechazo de la mayoría de los bloques opositores.
Para habilitar su tratamiento y garantizar el quórum de 129 presentes, el oficialismo hizo volver a sus bancas a dos diputados que habían pedido licencia y debieron renunciar a sus cargos provinciales -el chubutense Carlos Eliceche y la tucumana Beatriz Mirkin-, lo cual generó la queja opositora y el planteo de algunas cuestiones de privilegio por el episodio.
Aunque en realidad, quince minutos antes de cumplirse la media hora de tolerancia, el Frente para la Victoria celebró tener sentados en sus bancas a 130 diputados, que treparon enseguida a 132, cuando se ubicaron en sus sitios el jefe del bloque, Agustín Rossi, y su vicepresidenta, Juliana Di Tullio. Al momento del inicio formal de la sesión ya había 135 diputados en el recinto.
Al comienzo del debate, el titular de la comisión de Relaciones Exteriores, el mendocino Guillermo Carmona, defendió el proyecto oficial al asegurar que el objetivo “central” del memorándum “es que presten declaración indagatoria los imputados iraníes”.
Confrontó argumentos formulados por la oposición, como cuando aclaró que Irán “es un Estado que no está denunciado en la causa como imputado” y que “no hay posibilidad” que se lo someta, ya que de comprobarse su participación sería una responsabilidad de tipo política pero no penal.
Carmona enfatizó que las alertas rojas de Interpol, que pesan sobre cinco ciudadanos iraníes sospechados por el atentado, “no se pueden modificar sin intervención del juez de la causa”, por lo cual siguen vigentes.
La jefa del GEN, Margarita Stolbizer, acusó, por su lado, al gobierno nacional de “no querer esclarecer los crímenes” productos del ataque terrorista y denunció que se ha sometido la causa “a las necesidades, primero que nada, financieras y fiscales de este Gobierno”.
La fundadora de la Coalición Cívica Elisa Carrió advirtió que es “demasiado peligroso” el acuerdo con Irán y acusó al gobierno de Cristina Fernández de “cambiar la política exterior” en línea con la del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y de “meterse en el conflicto de Medio Oriente con implicancia nuclear”.
El radical Mario Negri afirmó que el entendimiento termina “con uno de los consensos básicos más importantes” mantenidos en esta etapa democrática de la Argentina, que es la “búsqueda de verdad y justicia” por el atentado del 18 de julio de 1994.
En tanto el peronista disidente Felipe Solá sostuvo que la llamada Comisión de la Verdad, que habilita el memorándum, es en realidad “una comisión pseudo judicial” que contará con “un carácter supranacional por encima del Código Penal Argentino”, y acusó al canciller Héctor Timerman de ser “tibio” y favorecer a un “blanqueo” de Irán.
En tanto, el proyecto de ley sobre el acuerdo firmado por Cristina Kirchner y Mahmud Ahmadinejad comenzó a tratarse también ayer en el Parlamento de Irán. El legislador Alaeddin Boroujerdi fue quien difundió el debate parlamentario a través del Teheran Times.
Ahmadinejad envío su proyecto al legislativo tras ver segura su aprobación aquí. En Irán ya estaba prácticamente aprobado porque se trata de un proceso que tiene las características propias del sistema político de la República Islámica de Irán.