Es una historia ya conocida y que vuelve a la memoria de muchos: corría el año ‘97 y dos personas les ofrecieron a muchos sanrafaelinos la posibilidad de tener una casa propia. Pero el ofrecimiento tenía una trampa, porque les hicieron creer que aquellos que tenían casas del IPV y no pagaban sus cuotas se las iban a quitar y ellos, con la entrega de un monto de dinero para la carpeta, podían adquirirlas. Así, hasta les dieron a elegir casa en los barrios Valle Grande o El Nihuil y muchos se entusiasmaron con la idea. Tanto que pusieron la plata pero los supuestos empresarios se esfumaron con mucho dinero.
Transcurrido el tiempo, ambos estafadores terminaron en la cárcel. Y los vecinos, aunque no recuperaron el dinero, aprendieron a luchar para tener lo que tanto querían: su casa.