La cama es para las parejas sinónimo de muchas cosas. De amor sexual, por supuesto, pero también de descanso, cercanía intimidad. Para muchos, en la postura que los miembros de una pareja adopta para dormir está cifrada en buena medida la clase de relación que la pareja lleva adelante.
Los especialistas en "lenguaje corporal" aseguran que según la posición frente al otro, la postura de brazos o la cercanía, estamos diciendo mucho sobre cómo consideramos nuestra relación.
Diversos estudios realizados por expertos en lenguaje corporal y psicólogos, lograron descifrar lo que revela de nuestra relación cada una de las posiciones más populares que adoptamos para dormir. Aquí van las conclusiones.
La posición “cucharita”
La psicóloga Corren Sweet asegura que es la postura elegida por el 18% de las parejas y consiste en abrazar por la espalda a la otra persona contactando ambos cuerpos. Una práctica cómoda y cálida que denota la protección de uno de los miembros hacia el otro.
Sexualmente es una postura que demuestra que el "envuelto" es más vulnerable al sexo, aunque también le dice al otro que confía en él.
Esta postura también tiene inconvenientes: el que recibe el abrazo puede tener mucho calor bajo el brazo de su protector, mientras que quien cubre la espalda de su pareja puede perder la circulación del brazo que coloque debajo.
La “cucharita desunida”
A medida que la relación madura, tendemos a buscar más espacio propio y prima tener un sueño reparador, pero a la vez no queremos renunciar al contacto con nuestra amada o amado.
En estos casos se recurre a la cucharita (abrazar por la espalda a la otra persona) pero tan solo apoyando la mano. La ausencia de contacto entre los genitales y el la espalda demuestra que el deseo sexual se estabilizó y se buscan otras cosas. Se busca una pareja más asentada.
Frente a frente
Es una de las posturas más íntimas de todas y suele usarse luego de vivir emociones intensas como al principio de la relación o luego del sexo.
Lo interesante de esta postura no es solamente si la practicamos o no, sino cuánto tiempo permanecemos con ese grado de contacto.
Si se deshace a los 10 minutos quiere decir que la pareja tiene una relación sólida e independiente. Es muy poco común que ambos miembros abandonen la postura a la vez –se da apenas en un 8% de los casos– pero estás en ese porcentaje, significa que hay un compromiso e independencia similar en la relación.
Por el contrario, si ambos mantienen esta postura toda la noche, puede querer decir que la pareja está demasiado enredada y que son muy dependientes el uno del otro, hasta el punto de no poder ni siquiera dormir separados.
Darse la espalda
Con esta posición, a pesar de que la primera impresión sea la de que no hay amor, no es así. En realidad esta postura demuestra que la relación va sobre rieles.
Las parejas que optan por dormir así son las más seguras de sí mismas y las que están realmente conectadas, es decir, son una pareja cercana y a la vez independiente. El 30% de las parejas confiesan que es su posición preferida.
Si hay contacto de sus espaldas o colas también denota que se sienten cómodos o relajados el uno con el otro, habla muy bien de su relación.
Cabeza sobre el pecho
Una postura muy romántica, pero muy incómoda. No hay nadie capaz de resistir toda la noche de esa manera, al menos que quiera terminar con un tremendo dolor cervical o sin sentir uno de sus brazos. A pesar de esto, es una forma linda forma de demostrar confianza e intención de reforzar la relación. Por ello, es frecuente en parejas que acaban de empezar o para momentos en los que se busca un momento más tierno.
Unidos por los pies
Es la posición más picante aunque no lo parezca. Según los expertos, tener piecitos juntos indica que se busca conexión emocional o sexual. Pero no te preocupes si después de eso no empieza una noche de sexo desenfrenado. A lo mejor tu pareja está dormida y el jugueteo es completamente inconsciente.
Hay que tener cuidado con esta postura si solo uno de los dos es quién entrelaza las piernas o los pies, ya que podría ser un síntoma de que se siente rechazado y de que cree que no puede obtener nada más de su pareja. Una especie de premio de consolación para lograr el cariño o el contacto que no logra de otra forma.
Acorralado
Si uno de los dos se despatarra en la cama ocupando todos los rincones y nos acorrala hasta el límite, el mensaje es claro para los expertos: estás ante una persona egoísta. Uno de los dos domina el espacio y la relación, mientras el otro adquiere un rol secundario.
Si sos de los que ocupa la parte cercana a la cabecera sos el dominante en la relación y contás con una gran autoestima. Por el contrario, si te agazapás en una esquina y con la cabeza más baja estás demostrando sumisión y falta de confianza.