Dilma Rousseff reelecta en Brasil por ajustado margen

La Presidenta obtuvo el 51,58 por ciento de los votos, mientras que su rival, el socialdemócrata Aécio Neves, logró el 48,42 por ciento. En su mensaje, luego de la victoria en las urnas, hizo un llamado a la paz y la unión de los brasileños

Dilma Rousseff reelecta en Brasil por ajustado margen
Dilma Rousseff reelecta en Brasil por ajustado margen

Los brasileños reeligieron ayer a Dilma Rousseff como presidenta por un ajustadísimo margen, privilegiando su legado de ayudas para los pobres al cambio encarnado por su rival Aécio Neves tras una campaña con más drama y vueltas de tuerca que una telenovela.

Rousseff obtuvo 51,58% de los votos frente a 48,42% de su rival socialdemócrata, con las urnas escrutadas al 99,4%.
Según el Tribunal Superior Electoral (TSE) Neves no tiene chances de revertir el resultado.

“Muchas gracias” por la reelección: "#Dilmais4", escribió Rousseff en su cuenta en Twitter.

Dilma llamó a la paz, la unión y el diálogo y aseguró que tenderá puentes con sus detractores para “cambiar” el país.

“Mis primeras palabras son de un llamado a la paz y la unión”, dijo Rousseff en Brasilia tras ser proclamada vencedora.

“Esta presidenta está dispuesta al diálogo y es éste mi primer compromiso en el segundo mandato”, añadió, y se comprometió a promover una “reforma política” y a “combatir la corrupción” con penas más duras.

En Mendoza el consulado de Brasil informó que también ganó Dilma. Entre los aproximadamente 150 empadronados votaron sólo 90. 55 lo hicieron por Rousseff, 20 por Aécio, 10 en blanco y 5 fueron nulos.

Con el país dividido prácticamente en dos, la elección era considerada un plebiscito de los 12 años del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en el poder.

Durante los ocho años de gobierno del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y los cuatro de Rousseff, más de 40 millones de brasileños han salido de la pobreza e ingresado en la clase media gracias a subsidios para familias pobres, viviendas populares, enseñanza técnica gratuita y cuotas universitarias para negros y estudiantes de muy bajos ingresos.

Rousseff, de 66 años, fue sobre todo la opción de los electores del noreste del país, la zona más pobre que se benefició enormemente con estos programas.

Neves, un ex gobernador y ex senador preferido por los mercados y con fama de playboy, que prometía frenar la corrupción y dar un giro liberal a la economía para que el país vuelva a crecer, conquistó los votos de las clases media y alta del sur que reclamaban un cambio, menos intervención del gobierno en la economía y el fin de la corrupción. Pero no le alcanzó para vencer.

Tras un crecimiento espectacular de 7,5% en 2010, durante el primer mandato de Rousseff la séptima economía mundial ha registrado un magro crecimiento y hasta se frenó en el primer semestre de 2014.

En uno de los últimos giros de la campaña, la revista opositora Veja publicó el viernes el testimonio a la justicia de un acusado que aseguró que tanto Lula como Rousseff estaban al tanto de la corrupción en Petrobras, lo cual es negado tajantemente por ambos.

Indignada por la corrupción de la clase política y la pésima calidad de servicios públicos como salud y educación, más de un millón de personas salieron a las calles de Brasil en junio de 2013 a reclamar cambios.

La popularidad de Rousseff -y de todos los políticos- cayó entonces a sus peores niveles, pero en poco más de un año la mandataria consiguió recuperarse, organizar en 2014 un Mundial de fútbol exitoso y convencer a los brasileños de que le den cuatro años más en el Palacio de Planalto.

Celebraciones

Cientos de personas se aglutinaron anoche a lo largo de la principal avenida de la ciudad de San Pablo alrededor de un camión con enormes bocinas que tocaban la música de campaña de la presidenta Dilma Rousseff , reelegida el domingo para un segundo mandato, tras una reñida y hostil contienda

Weberth Pinheiro Lopes besaba a su novia bajo la lluvia ligera mientras otros asaban carne y vendían cervezas en la calle al son de canciones populares en el noreste de Brasil, donde la presidenta tiene su base de apoyo. “Es un gran alivio. Siento tanta alegría y esperanza ahora”, expresó Pinheiro. “La posibilidad de perder era alta, pero nos unimos y prevalecimos”.

Una "dama de hierro"

Torturada durante la dictadura, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, de 66 años, ha confirmado su fama de dura en una disputada campaña electoral que culminó con su victoria para un segundo mandato.

“La vida lo que pide de nosotros es coraje”, dijo el 1 de enero de 2011, cuando se convirtió en la primera mujer presidenta de Brasil y recibió la banda presidencial de su padrino político, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010).

Durante una durísima campaña, no dudó en acribillar a su adversario acusándolo de querer gobernar para los ricos o de ser nepotista, e insinuó que es agresivo con las mujeres y conduce borracho o drogado.

De voz firme y ronca y pocas sonrisas en público, Rousseff tiene fama de ser una “dama de hierro” que no duda en corregir a sus ministros en público.

Nada que ver con el carismático Lula, que la llevó al poder, el popular mandatario que hacía reír a la platea con sus ocurrencias y despertaba la veneración que suele obtener una estrella de rock.

EEUU: hacia otra relación

La primera visita de Dilma Rousseff, reelecta ayer, será a Washington. Con ello pretende subrayar el fin de las fricciones surgidas el año pasado, cuando se supo que la había espiado la Agencia Nacional de Seguridad. La indignación de Brasilia fue tal que la presidenta decidió suspender una gira de Estado en octubre de 2013.

“En aquel momento, y luego de semejantes denuncias, no era adecuado que ella se entrevistara con el presidente Barack Obama”, recordó el asesor en política internacional de la jefa de Estado, Marco Aurelio García. En julio último, una visita durante el Mundial de fútbol realizada por el vicepresidente norteamericano Joseph Biden permitió a la administración norteamericana expresar una disculpa y restablecer los puentes.

García descartó que existan tendencias antiestadounidenses en la cancillería que conduce Alberto Figueiredo. “Ni por asomo pensamos que EEUU. sea una potencia declinante. Y no lo será por muchas décadas”, arriesgó.

Lo que Brasil busca, según definió, es “una relación de otro tipo”. O sea, equilibrada y no de padre a hijo. Dilma, dijo, defiende una aproximación “respetuosa” entre ambos países y una de las formas para hacerlo, por ejemplo, será aumentar programas de gran interés para el gobierno brasileño como el de Ciencia Sin Fronteras, que beca egresados universitarios.

En relación a la política regional, la presidenta no duda en incluir como una prioridad los acercamientos con la Alianza del Pacífico, que reúne a Chile, Perú, Colombia y México.  La mandataria promueve, en cambio, una revisión sustancial del Mercosur e incluso del Unasur. Definió dos tareas urgentes: tornar al bloque comercial sureño en un elemento “dinamizador” de las economías, para evitar una melancólica desaparición, y propuso abocarse “seriamente” a la “integración de la infraestructura de Sudamérica”.

Como lo ha hecho hasta ahora, Dilma mantendrá “la relación con los vecinos y defenderá la integración”. Para Dilma  “es indispensable incentivar un gran diálogo con nuestros vecinos”, aseguran. CC

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