La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sufrió ayer su primer revés en el Congreso con el triunfo de la oposición en la comisión especial que estudiará su destitución.
Cada vez más aislada, Rousseff perdió así su primera batalla en el juicio político lanzado por el evangélico y ultraconservador Eduardo Cunha, su archienemigo y Presidente de la Cámara de Diputados.
Una lista formada por opositores y disidentes de partidos aliados a Rousseff como el centrista PMDB obtuvo 272 votos, mientras que la promovida por aliados de la mandataria obtuvo 199. Una mayoría opositora de 39 diputados de un total de 65 integrarán la comisión.
La presidenta, que cuenta con apenas 10% de popularidad, es acusada de maquillar las cuentas públicas en 2014 y 2015 y de autorizar gastos públicos por decreto sin previa autorización del Congreso.
“Este es un pésimo comienzo para el gobierno”, dijo el experto en ciencia política Rubens Figueiredo, de la Universidad de Sao Paulo. “Con la visibilidad de este proceso, es muy probable que el Congreso actúe en respuesta al deseo de la sociedad” brasileña de que Rousseff se marche, añadió.
La decisión de Cunha de recurrir al voto secreto para elegir a los miembros de la comisión desató discusiones, tumultos y conatos de peleas entre legisladores, algunos de los cuales quebraron urnas.
El hemiciclo de la Cámara fue atronado por gritos de “No al golpe” lanzado por los fieles a la presidenta, mientras los opositores contestaban “Fuera Dilma”.
Coreando “Canta y no llores” un grupo de diputados opositores colocó una bandera de Brasil en el estrado de la presidencia. Otros desplegaron imágenes del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), padrino político de Rousseff, vestido como presidiario.
La comisión deberá recibir los descargos de Rousseff a las acusaciones de malas prácticas presupuestales formuladas por tres abogados. Luego por decisión mayoritaria, deberá resolver si recomienda al plenario rechazar el caso o proseguirlo.
El avance del “impeachment” (juicio de destitución) requerirá el apoyo de dos tercios (342 diputados) del plenario de la Cámara. Al oficialismo le bastan 172 diputados para frenarlo.
El diputado Silvio Costa, afín al gobierno, aseguró que “esta es la oposición más irresponsable en la historia de Brasil” y estimó que los 199 votos conseguidos por la lista pro-gobierno, superiores a los 172 que Rousseff precisa para archivar el proceso en el pleno de la Cámara baja, “están probando que no habrá impeachment, porque ahí la votación será abierta” y no secreta.
Carlos Sampaio, el líder de los diputados del opositor PSDB, celebró no obstante el triunfo de la lista opositora. “Esta comisión tiene representantes de Brasil, personas que representan el sentimiento de la nación, no que representan al gobierno de la presidenta Dilma”, festejó.
El Partido Comunista de Brasil, aliado del gobierno, dijo que ya recurrió a la justicia para invalidar la votación de la comisión.
Brasil enfrenta su peor recesión en décadas y el largo proceso del impeachment puede paralizar el país y agravar la situación económica.
El vice Temer la criticó y le restó su apoyo
Una carta del vicepresidente a la mandataria de Brasil, Dilma Rousseff, sacudió al país ayer, ya que reveló diferencias entre ellos en momentos en que la líder requiere de su apoyo para impedir un juicio político.
El vicepresidente Michel Temer reclamó a Rousseff no confiar en él y enumeró varios episodios en los que Rousseff no lo consultó para nombramientos y reuniones con personas como el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden. La carta fue divulgada ayer por la noche.
Además de vicepresidente, Temer dirige al Partido del Movimiento Democrático Brasileño, o PMDB, uno de los más fuertes en el Congreso. El PMDB forma parte de la coalición oficialista pero en los últimos meses, sus congresistas se han alejado de los intereses del gobierno.
“Siempre estuve consciente de la absoluta desconfianza de usted y su equipo hacia mí y el PMDB”, escribió Temer en una carta que fue publicada por el periódico O Globo.
Temer calificó a la filtración de la carta a los medios de comunicación como un “hecho muy grave”. La carta denota resentimiento de Temer por considerar que fue ignorado por la presidenta en repetidas ocasiones y detalla varios momentos en que Rousseff lo hizo menos.
“Pasé los primeros cuatro años en el cargo como vice ornamental. Usted lo sabe. Perdí todo el protagonismo político que tuve en el pasado y que podría haber sido útil para el gobierno”, escribió Temer. “Fui un mero accesorio”, graficó.