Dilema económico - Por Arnaldo Rubén Simoni

Desde el punto de vista social, los precios deben ser justos. Que no sobre ni falte. Que no beneficie ni perjudique a nadie.

Dilema económico - Por Arnaldo Rubén Simoni
Dilema económico - Por Arnaldo Rubén Simoni

Dilema es una situación difícil o comprometida donde hay varias posibilidades de actuación; económica es la actividad social que favorece o perjudica el bienestar.

En consecuencia, dilema económico es una situación social formada por proposiciones contrarias y disyuntivas, tales como aumentar o no, o cuanto, el precio del consumo de energía eléctrica, combustibles o transporte, para mejorar o mantener en buen estado el servicio.

De cualquier manera se perjudica y beneficia el consumidor. Si el servicio no se mejora se perjudica; si aumenta la tarifa, también se perjudica; solo se beneficiaría si fuera posible mantener la tarifa y mejorar o mantener el servicio.

¿Cómo se resuelve el dilema? 

Las tasas, tarifas, o cualquier otro nombre de toda contraprestación por un bien o servicio, público o privado, para el lenguaje económico, es precio, y como tal, un fenómeno que tiene leyes naturales, causa, proceso y resultado o consecuencia.

La economía política, no distingue entre público y privado,  distingue entre hechos positivos y negativos que promueven o traban y perjudican  la actividad económica y con ello mejoran o empeoran la pobreza y el bienestar social.

Los precios y sus respectivos costos, son acelerador y freno de la actividad económica. Cuando la diferencia entre precio y costo  es significativa, se incentiva la producción y cuando es nula o negativa, se frena y/o desmejora la calidad. Dicho proceder es tanto para la empresa privada como pública. Como ejemplo puede citarse la ex Empresa Provincial de Transporte (Trole) de Mendoza.

Si el precio no cubre los costos del producto o servicio, significa que el resultado no es un bien, es un mal, porque son mayores los esfuerzos (costo) que las satisfacciones (precio). Los bienes y servicios no valen porque cuestan, sino que cuestan cuando valen.

Desde el punto de vista social todos los precios deben ser justos. Que no sobre ni falte. Que no beneficie ni perjudique nada ni nadie; lo que implica equilibrio económico, imprescindible para el progreso, desarrollo, armonía y paz social.  Justo en economía es lo que conforma a ambas partes de la transacción, productor y consumidor;  que son los precios que permiten producir y consumir el máximo requerido por la comunidad. En caso contrario el equilibrio es forzoso, es falso y perjudicial.

Escribieron Milton y Rose Friedman en "Libertad de elegir": "El sistema (natural) de precios funciona tan bien que la mayoría de las veces no nos enteramos de ello. No nos percatamos de lo bien que funciona hasta que se estropea, e incluso entonces nos cuesta reconocer el origen del problema".

¿Qué sucede cuando cambia algún precio?

Se afectan todos los precios porque  precio es el efecto de dos variables: la necesidad humana y la escasez de recursos. En consecuencia cuando se afecta cualquier precio, se afecta la demanda del bien de que se trata y repercute inevitablemente en la demanda de los otros, porque los recursos son escasos. Puede ser en forma insignificante, si el cambio así fuera, o provocar crisis mundiales. La del 2008, por ejemplo,  se originó en la reducción de la tasa de interés para facilitar el acceso al crédito hipotecario que luego se aumentó para evitar la especulación y el exceso de construcción. Esta última acción prendió la mecha, los deudores con menos recursos dejaron de pagar sus obligaciones,  después los otros, los bancos, los proveedores, aumentó la oferta inmobiliaria, bajaron los precios, se exteriorizó la crisis: hubo un cambio brusco de las condiciones de mercado.

La grave situación  económica fue ocasionada por no respetar los verdaderos precios y creer que éstos pueden ser conforme opiniones,  creencias, cálculo,  intereses económicos o políticos, sin afectar la situación económica y su trascendencia social.

En síntesis y conclusión, los precios en general y las tarifas en particular, para beneficio de la comunidad, conforme lo expone la ciencia económica, deben tender al punto de reposo, el que satisface ambas partes y genera estabilidad, inversiones, un máximo de ocupación y un mínimo de pobreza.

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