Las dificultades que las mujeres víctimas de violencia de género encuentran para radicar una denuncia es uno de los aspectos sobre los que llaman la atención las organizaciones que trabajan sobre el tema.
La fundación Aequitas lo hace en Mendoza desde el año pasado junto a un equipo de profesionales de diferentes ramas que han llegado hasta barrios vulnerables y además brindan asistencia sobre este tema a quien lo solicite.
Manuel Giménez, presidente de la entidad, contó que han comprobado que hay serias dificultades para que la víctima de violencia de genero logre hacer la denuncia.
“En la seccional de policía o la delegación municipal del barrio muchas veces se relativiza y rara vez llegan al área de la Mujer”, indicó. Dijo además que los esposos suelen enterarse antes de que sea radicada, lo cual atribuyó a que en esos ámbitos “el clientelismo político aceita los vínculos”.
Con la misma dificultad se tropiezan las víctimas de todo el país, en particular, aquellas que se encuentran en segmentos de mayor vulnerabilidad.
Así lo aceptó Fabiana Túñez, directora ejecutiva de la Casa del Encuentro, una organización nacional que además tiene un observatorio para la elaboración de datos estadísticos y que visitará la provincia mañana (ver aparte). Comentó que las víctimas suelen acercarse a las comisarías por tratarse del lugar más cercano, pero allí no siempre hay personal preparado para asistirlas mientras que los casos de violencia psicológica suelen ser subestimados.
“En algunos sitios o barrios como todo el mundo se conoce se tiende a evitar que se sepa por vergüenza, temor a represalia o porque hay gente en pareja con policías o funcionarios.
Además para los más pobres trasladarse a lugares alejados (para consultar o iniciar trámites) es otra de las trabas” y también faltan recursos del Estado para favorecer que estas mujeres pidan ayuda.
Que las intenciones de la mujer de tomar medidas queden al descubierto complejiza su situación debido a que generalmente no tienen otro lugar donde ir a dormir y su hogar se convierte en el lugar más inseguro para ellas.
Esto hace que eviten radicar la denuncia. Es por eso que Giménez mencionó la postergación de la creación de refugios para protegerlas, tal cual estaba estipulado en la ley 26.485 que apunta a la erradicación de la violencia contra la mujer.
Éste es uno de los tantos aspectos de esta norma, reglamentada hace dos años que no se han cumplido y que serían de mucha utilidad. Rescató que “hay que reconocerle al gobierno nacional que en los últimos diez años haya avanzado sobre este tema”, pero por otra parte la aplicación quedaba en manos de los gobiernos provinciales que no han estipulado en sus presupuestos los fondos para su implementación.
En el mismo sentido se hizo hincapié en los pocos subsidios que hay disponibles para que las afectadas puedan reiniciar su vida lejos del victimario.
Otro aspecto que surge de esta problemática es la falta de participación en las actividades que la involucran. Por una parte, en los barrios donde se busca llegar a las mujeres, no suelen participar por temor o porque sus parejas o familiares no se lo permiten. Giménez mencionó que incluso cuando algunas se suman, ven a sus esposos merodeando las inmediaciones.
Pero en otros ámbitos donde no hay víctimas implicadas también suele ser difícil lograr adhesión en particular por parte de los hombres.
Cada treinta horas
En la Argentina, se produce un femicidio cada treinta horas mientras que más de 4 millones y medio de mujeres, 10% de ellas, es víctima de algún tipo de violencia, tal cual se concluye en los informes del observatorio mencionado.
Las edades en que más se produce la violencia extrema, es decir que puede llevar a la muerte, es entre los 18 y los 50 años, “aunque hay casos registrados desde los tres meses a los 90 años”, rescató Túñez.
“Si a eso le sumamos las víctimas colaterales que son los hijos se entiende por qué es un tema de derechos humanos del cual hay que ocuparse cuanto antes”, apuntó.
En 70% de los femicidios, los victimarios son la pareja o ex pareja, mientras que el resto es debido a abuso sexual seguido de muerte o perpetrado por otros familiares o conocidos.
Giménez explicó que esto está relacionado con la mentalidad patriarcal y machista. “Hay un problema cultural instalado en la sociedad argentina que es el de percibir a la mujer como un ciudadano de menores condiciones que el varón, se observan serios indicios de discriminación que persisten aun en el ámbito laboral, gremial, político y social donde muchas veces no se respeta el cupo o no acceden a altos cargos.
A eso se suma la impronta de la publicidad sexista que cierra un marco cultural que secundariza a la mujer eso hace que se legitime culturalmente el ejercicio de la violencia domestica”, detalló.
Por este motivo -la naturalización-, para las mujeres afectadas muchas veces es difícil identificar situaciones de maltrato económico o psicológico, antesala de la violencia física, por lo cual aseguran que es fundamental que haya herramientas del Estado, en particular campañas que ayuden a instalar el tema y permitan generar conciencia.
La doble cara del violento
Celos, control, descalificación, humillación son señales de un vínculo de violencia, pero con síntomas que no siempre son identificados. “Cuando empieza el control a través del teléfono o las redes sociales, dicen dame la clave como prueba de amor, te controlo por la inseguridad para poder cuidarte o sostienen que lo hacen porque ‘te quiero solo para mí’, esas son argumentaciones propias del violento que generalmente tiene dos caras y aparece frente a la sociedad como buen padre y buen esposo”, detalló Fabiana Túnez.
Uno de los puntos fundamentales a reconocer es que de acuerdo a lo estipulado en la ley 26.485 toda mujer tiene derecho a realizar una denuncia ante cualquier tipo de violencia sin la necesidad de presentar testigos.
Para ello puede dirigirse a la comisaría o a una fiscalía. Además tiene a su disposición la línea 144 que brinda orientación, es gratuita y funciona todo el año.
La organización local Aequitas busca detectar casos, dar información para que las mujeres puedan identificar situaciones de riesgo y actuar en consecuencia además de brindar la asistencia necesaria en particular para vehiculizar la articulación con áreas de la Justicia. El teléfono de contacto es el 4230472.
Convocatoria
El Observatorio de la Casa del Encuentro presentará en Mendoza el informe de femicidios en Argentina 2013 y el libro “Por ellas. Cinco años de informes de femicidio” que fue financiado por la Fundación Avon, la embajada de EEUU en Argentina y el Centro de Informaciones de Naciones Unidas.
Será mañana, a las 19.30, en el Auditorio Adolfo Calle de diario Los Andes y está destinado tanto a quienes trabajan la temática como a todas las personas interesadas. La entrada es gratuita.
El libro está disponible para ser descargado completo on line en www.porellaslibro.com. En tanto, el informe se encuentra en www.lacasa del encuentro. org.