En las vísperas de la reunión clave del viernes de su Comité Central Confederal, la CGT unificada se debate entre la eventual convocatoria a un paro nacional y la postergación de una medida de ese tipo a la espera de resultados en las conversaciones que, de manera reservada, mantienen algunos de sus dirigentes con el Gobierno nacional.
“Como decía (el histórico líder metalúrgico) Lorenzo Miguel, un paro con transporte es un fracaso”, dijo ayer una alta fuente cegetista para ilustrar acerca de que las chances de lo que sería la primera medida de fuerza durante el gobierno de Mauricio Macri son menores a las que se barajaron tras la reunificación, un mes atrás.
La postura dentro de la poderosa Confederación de Trabajadores del Transporte (Catt) no es la misma. Su titular Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato de conducción de la CGT, junto con el secretario adjunto de los Camioneros, Pablo Moyano, participan de la idea de convocar a un paro, mientras que el titular de los maquinistas ferroviarios de La Fraternidad, Omar Maturano, al igual que el de los colectiveros de la UTA, Roberto Fernández, gremios con fuerte dependencia de los subsidios estatales, plantean darse un tiempo para ver si hay respuestas del Gobierno.
Maturano dijo el domingo pasado: “Hasta fines de octubre debemos esperar. Vamos a apostar a una convocatoria al diálogo social. Después, si no hay respuesta seguramente podremos ir a un paro”.
Sin la seguridad de una adhesión de la estratégica Catt, los sindicatos industriales tampoco tendrían razones para ir ya a un paro nacional. El viernes pasado, encabezados por el diputado Héctor Daer, otro triunviro de la conducción cegetista, dirigentes de los sindicatos metalúrgico, textil y calzado fueron recibidos por un grupo de ministros con el de Trabajo, Jorge Triaca, a la cabeza.
Allí recibieron el compromiso gubernamental de no insistir con la ley de flexibilización laboral o de “empleo joven” y de controlar las importaciones.
Otro dato que pesa a favor de la posibilidad de que la CGT no defina un paro nacional es la opinión de la Iglesia Católica. El jefe de sus obispos, monseñor José Arancibia, afirmó el domingo que hay “expectativas promisorias” en el país, por lo que pidió a los líderes sindicales que agoten todas las vías de diálogo antes de “tomar medidas extremas”.
La primera escala de este debate tendrá lugar mañana cuando se reunirá el Consejo Directivo cegetista preparatorio del Confederal del viernes.