La extinción de la "Legión" de tenistas argentinos que acaparó títulos y elogios a nivel mundial durante la década de 2000, y la ausencia, año tras año, del tandilense Juan Martín Del Potro, se sumaron para que el Argentina Open alcanzara una década sin títulos de un jugador local, desde que alzó el trofeo el cordobés David Nalbandian en la edición 2008.
Esa final del 24 de febrero de 2008 que el "Rey David" le ganó al misionero José "Chucho" Acasuso por 3-6, 7-6 (7-5) y 6-4 fue la última coronación de un argentino. Luego sobrevinieron siete campeones españoles, incluído el gran "Rafa" Nadal en 2015, más el austríaco Dominic Thiem en 2016 y el año pasado el ucraniano Alexandr Dolgopolov.
Sin dudas, la negativa del crack tandilense Del Potro, actualmente noveno del ranking mundial, a jugar el ATP porteño conspiró en contra de un campeón local.
El tandilense, brillante campeón de la Copa Davis en 2016, ganador de veinte títulos en el circuito, incluido el US Open 2009, jugó una sola vez el Argentina Open, en la edición de 2006 cuando tenía apenas 17 años y cayó en la ronda inicial ante uno que era realmente bueno en polvo de ladrillo, el español Juan Carlos Ferrero, ex número uno del mundo.
La enemistad de Del Potro con Martín Jaite, el director del Argentina Open, desde que tuvieron desencuentros en la Copa Davis, cuando el ex tenista era capitán en 2012, fue un factor clave para que el tandilense tachara para siempre de su calendario el ATP porteño.
Esa decisión coincidió con la extinción de"'La Legión" ya que se fueron retirando de a uno, y el último sobreviviente fue Juan "Pico" Mónaco, quien alcanzó la final en 2015 pero se topó con Nadal; ganarle a "Rafa" una final en polvo de ladrillo es casi tarea imposible.
"Lo que pasó con la 'legión' fue algo extraordinario, no creo que se repita en Argentina ni en ningún otro país del mundo. Teníamos cuatro tenistas en el 'top ten' y siempre alguno llegaba a las finales o ganaba títulos. Creo que esa es la principal explicación de por qué no volvió a ganar nadie el Argentina Open. No creo que vuelva a darse algo así", explicó a Télam Gastón Gaudio.
El "Gato", campeón del Argentina Open en 2005, fue junto a Nalbandian y Guillermo Coria, los máximos exponentes de la "Legión" que se completó con Juan Ignacio Chela, el misionero Acasuso, Guillermo Cañas, Mariano Zabaleta, Mariano Puerta, Agustín Calleri y Franco Squillari.
Gaudio, ganador de Roland Garros en 2004, deleitaba al público con su revés exquisito y generaba las mayores ovaciones en la cancha central del Buenos Aires.
Es que el torneo, que hoy se quedó sin Federico Delbonis, el último argentino en carrera eliminado en semifinales, había coronado a Coria en 2004, luego lo sucedió Gaudio tras imponerse en la final sobre el cordobés Puerta, más tarde llegó el título de "Pico" Mónaco en 2007 y por último el de Nalbandian.
"No es fácil ganar acá en Buenos Aires, más para un argentino que tiene que sobrellevar muchas presiones. Estos últimos años sin la 'Legión' hubo cuadros durísimos, estuvo Nadal, ahora Thiem y también pasaron por acá el suizo Wawrinka y el japonés Nishikori", opinó el "Negro" Zabaleta, consultado por Télam.
"No hay que volverse locos ni darle demasiadas vueltas al tema. Antes Argentina tenía diez jugadores buenos en condiciones de ganar el título, y ahora serán cuatro o cinco", añadió Zabaleta.
Otra explicación es que Argentina contempló tres coronaciones seguidas de un gran especialista en canchas de polvo de ladrillo como el español David Ferrer, campeón en forma consecutiva en 2012, 2013 y 2014, hasta que decidió no venir más al torneo cuando perdió el año pasado en octavos de final con el "Gladiador" Carlos Berlocq, ya en el ocaso de una carrera brillante en la que conquistó 27 títulos.
"No es casualidad que no haya hace una década un campeón argentino. Es un llamado de atención, creo que hay que comenzar a trabajar más, a preparar jugadores para que se inserten en el circuito y ganen torneos o lleguen a las instancias finales", respondió a Télam el riocuartense Calleri, de 41 años y ahora candidato a presidente de la AAT en las elecciones para renovar las autoridades que se efectuarán en abril próximo.
El "Gordo" Calleri perdió una final increíble en 2002 con el chileno Nicolás Massú, cuando se imponía por 6-1, 5-2 y tuvo dos match points (su rival sacaba 15-40 abajo), pero cayó derrotado por 1-6, 7-6 (7-5) y 6-2.
"El tenis argentino disfrutó de una camada muy exitosa que se terminó y no hubo continuidad en cantidad ni en calidad de jugadores. Además, vinieron especialistas en polvo de ladrillo como los españoles y fue lógico que se lleven los títulos, recuerdo el caso de Mónaco que jugó un torneo bárbaro pero le tocó Nadal en la final, ahí no podés hacer nada", añadió Calleri.
Lo cierto es que el público porteño presenciará mañana una final entre un austríaco y un esloveno, y deberá esperar otro año para soñar con la coronación de uno de los argentinos, y también que es una lástima que el único distinto, el que puede ganarle a cualquiera en el circuito, el tandilense Del Potro, le haya dado definitivamente la espalda al Argentina Open.