Es cada vez más común encontrarse con alguien que ha optado por una alimentación vegana, aquella que excluye productos de origen animal. El asunto es que en torno al tema se instalan siempre debates como que se trata de una moda o el hecho de que su sustento sea más un compromiso ambientalista que una garantía de buena nutrición.
Especialistas en la temática consultados por Los Andes opinaron prácticamente en el mismo sentido: es una dieta que requiere aprender a combinar alimentos para evitar carencias, pese a lo cual es habitual que de mediar un seguimiento profesional terminen suplementados.
"Sostengo que una alimentación saludable es aquella a través de la cual los alimentos proporcionan salud al individuo, sin necesidad de suplementar", dijo el médico obesólogo Roberto González, presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición Capítulo Cuyo.
Sin embargo, de acuerdo a su experiencia, "a los pacientes veganos generalmente terminás suplementándolos ya que no logran los nutrientes necesarios para mantener el equilibrio nutricional".
Por eso, subrayó "personalmente no lo sugiero, se corre cierto riesgo de desequilibrio de algunos nutrientes".
Agregó que respeta los motivos por los cuales una persona decide ser vegana , los que según ha podido percibir son muy variados, pero aclaró que los hábitos alimentarios del ser humano son omnívoros, “come lo que cae en el plato”.
Esto se vincula con el hecho de que a través de los diferentes períodos históricos no ha habido siempre la disponibilidad de alimentos que hay actualmente y la abundancia nos hizo selectivos.
Particularmente durante los dos prolongados períodos glaciares, comenzó a incluirse lo que estaba disponible: pescados y mariscos de aguas frías, lo que determinó una adaptación orgánica y cerebral, particularmente apreciable en la mayor extensión del intestino delgado.
Justamente de este tipo de pescados de aguas frías (pescados azules como atún o caballa) se obtienen dos de los mejores tipos de aceites omega 3 poliinsaturados.
Que "en la variedad está la más segura nutrición" es su postura: "naturalmente en esa nutrición tenemos el equilibrio saludable antes de que el ser humano rompiera la ecología con neoalimentos".
Dio como ejemplo la combinación de hidratos de carbono con grasas, de lo que el mercado ofrece una variada oferta pero que sin embargo es una invención de la industria. Aceptó que puede ser muy rico pero que en la naturaleza una combinación similar sólo se encuentra en los frutos secos.
Beneficios
Para la licenciada en Nutrición, Vanina Repun , miembro de la Asociación Argentina de Dietistas "quienes adoptan una dieta vegana/vegetariana no están inspirados por la racionalidad sino por la ética. El criterio racional puede ser útil para evaluar beneficios y dificultades de estas dietas: identificar carencias de nutrientes, vitaminas y modos de suplementación. Pero no es la motivación de un vegano "tener razón" en cuanto al equilibrio nutricional de su opción alimentaria".
En su defensa señaló que las ventajas reconocidas de este tipo de alimentación son su menor aporte de grasas saturadas o colesterol y menor densidad calórica.
Asimismo tienen mayor aporte de carbohidratos complejos (almidón), fibra, ácidos grasos, omega 6, antioxidantes y fitoquímicos. "Numerosos estudios confirman su utilidad para la cura de males propios de la época como obesidad e hipercolesterolemia.
Adaptación
El desafío parece ser la adaptación comprometida para acompañar esta decisión, ya sea por parte del paciente como de los profesionales.
"Los nutricionistas recomendamos que la dieta sea omnívora, hay que respetar a las personas que eligen esta opción y educarlas para que no tengan ausencia de nutrientes críticos como calcio y hierro, los cuales el organismo absorbe mejor si son de origen animal", explicó Cecilia Llaver, decana de la facultad de Ciencias de la Nutrición de la universidad Juan A. Maza.
De acuerdo a lo que plantean, será necesario el asesoramiento profesional de un especialista en Nutrición, al menos al principio hasta que aprendan cómo deben proceder para equilibrar sus aportes.
“Hay que enseñarles a combinar los alimentos para que tengan proteínas de buena calidad, las mejores son de origen animal (carnes, lácteos y huevos)”, manifestó Llaver. Asimismo destacó que esto se logra mayormente combinando legumbres con cereales, frutos secos o vegetales verdes.
Por otra parte reconocen que una gran parte de los veganos suele estar muy informada.
En tanto, Emilia Raimondo, ingeniera química y presidente del Capítulo Argentino de la Sociedad Latinoamericana de Nutrición opinó que avalaría este tipo de dietas en tanto y en cuanto quien la consuma sepa como combinar los vegetales para que las proteínas sean de alto valor biológico.
En general, dijo que a los veganos, “lo que les falta es la asimilación proteica, buscar fuentes vegetales que les aporten calcio (la recomendación es de 1000 mg/día lo que cuesta mucho cubrir con vegetales”, explicó. Además tendrán déficit de zinc por lo que deberán ver qué vegetal los aporta en mayor proporción.
Resaltó que por las probables carencias es mejor una dieta ovo-lacto-vegetariana, en particular aquellas a las que le suman pescado. Recomendó que los veganos se asesoren sobre algas que pueden incluir en su dieta dentro de las cuales existen algunas con mayor aporte de DHA (ácidos grasos esenciales), importantes para el funcionamiento neuronal.
Para Repun, el ejercicio profesional de quienes se vinculan con la nutrición “supone una dimensión ética, la de ponerse al servicio de una mejor calidad de vida, esto es, construir una ciencia consciente de las poblaciones reales y del hecho de que muchas personas adoptan decisiones alimentarias basadas en principios éticos”.
En definitiva, que más allá de lo que consideren ideal puedan dar respuestas a las necesidades surgidas a partir de las diferentes elecciones que hagan las personas.
