Su carisma y talento para describir aquellas cosas simples de la vida lo han llevado a ser hoy un artista popular. Y es gracias también a su rol actoral en cine y televisión, pero sobre todo gracias a la autenticidad de una música que busca ser fiel consigo mismo, con sus estadíos evolutivos y los de su público que hace casi tres décadas no le pierde pisada.
Diego Torres parece no dejarse apurar por el reloj de la fama ni buscar el exitismo a cada paso. Su camino va al ritmo de sus ganas, esa energía siempre positiva que transmite en el contacto cara a cara con su gente y que se percibe como el reencuentro con ese amigo que hace años no vemos pero con quien la relación permanece intacta.
Porque hace ocho años que no pisa Mendoza y un poco más que no sale de gira por el país. Su último disco lo publicó en 2015 ("Buena vida") y recién a fines del año pasado entregó el single "Un poquito" junto a Carlos Vives, que lleva más de 25 millones de reproducciones en Spotify; y este 2019 regaló "Esa mujer" que habla sobre la igualdad de género.
Así, tomándose su tiempo, logró agotar varios Luna Park en mayo pasado, emprendió un tour latinoamericano, ahora visita ciudades argentinas, en noviembre girará por España y en diciembre enfrentará un nuevo desafío en su carrera musical: hacer un concierto sinfónico con orquesta colombiana en Bogotá.
Lo que preparó para el show de este jueves 17 en el auditorio Bustelo es un viaje por sus hits, lo nuevo, una versión acústica de temas como “Penélope” y hasta un homenaje a Carlos Gardel.
"¡Qué lindo Mendoza! Vayan preparando las botellas de vino que ya voy para allá. Me están esperando mis amigos mendocinos, tengo un primo... así que contento de volver después de tantos años", abre el diálogo Diego Torres y se presta a la charla telefónica volviendo el cronómetro a cero, sin contratiempos y desnudando su personalidad más allá del personaje que ahora le toca interpretar.
-Esta gira te está devolviendo a las provincias argentinas…
-Sí. Estoy feliz porque era una cuenta pendiente para mí volver al interior de mi país, visitar ciudades, reencontrarme con la gente, volver a lugares que hace mucho tiempo no voy como Salta, Tucumán, San Juan que hace más tiempo que no voy como a Mendoza que siempre me tira. Es algo muy importante para mí porque mi camino empezó así, dando vueltas por mi país. Esa necesidad del reencuentro con el público que hace tantos años me viene acompañando me pone muy feliz.
-¿Qué sentís que le das a este público para que siga fiel a tu carrera, a pesar de que no te vean cara a cara todos los años?
-Creo que la relación se ha dado con el tiempo, inició hace muchos años con mis primeros pasos como actor. Luego también en la música. Me conocen de niño, me depositan parte del cariño que le tenían a mi madre (Lolita Torres). Es una historia muy larga la que me une a mi público. Por eso era muy importante volver a verlos. Y en este tiempo transcurrido estamos unidos a través de un montón de canciones, de discos, de películas en el medio que van conectándome con la gente. Después de tanto tiempo nos hemos tomado un cariño mutuo. Hay un amor que se da a través de los años y que, conmigo, creo que se da no por una canción que pegó o una película en particular; siento que hay un cariño de persona que para mí es algo especial y me importa más porque soy -antes que nada- una persona sociable, y no solamente vale el trabajo que uno pueda hacer desde la música. La relación con el público se hace cada vez más sólida, vamos creciendo juntos de alguna manera, y hoy van a verme en familia, con sus hijos que ahora también ellos se conectan con mis canciones. Eso le da sentido a mi vida, porque esa es la vida, ir creciendo juntos.
-También, y quizás por eso, un show tuyo pueda ser disfrutado por varias generaciones a la vez, es que te ocupás de no encasillarte en un género. ¿Esa apertura musical será la clave de tu permanencia?
-Siempre estoy muy abierto a la música, poniendo las energías más en lo que hago que en las críticas o los prejuicios que siempre existen y que los sufren los que critican o prejuzgan más que uno. Uno pone los huevos, otros cacarean (ríe). No soy un baladista tradicional ni tampoco un artista urbano. Tengo mi lugar en la música y lo he ido encontrando a mi manera, con músicas que me gustan como el reggae, el funk, ritmos de Latinoamérica e instrumentos diferentes fusionados en una misma canción como el bandoneón que está en “Usted” y hoy se repite en “Esa mujer”. Estoy mucho en esos detalles, con esos arreglos que trabajo junto a mis productores. Siempre he sido inquieto por renovarme, es una necesidad mía, no podría hacer sonar una canción como la hice sonar hace 20 años. No me sale. Siempre estoy preocupado en eso, sin perder mi identidad, mi manera de escribir, de cantar, de encarar la música. Y renovarse uno es también renovar a la gente que te escucha.
-Es eso lo que te llevó también a ser reconocido en los países hispanohablantes…
-Vengo de dar una vuelta divina por Chile, Guatemala, Uruguay, Perú, en noviembre tenemos una gira por España, diciembre tengo Colombia. Es un año intenso, de mucho trabajo. Y preparo especialmente el concierto del 4 de diciembre en Bogotá, Colombia, porque será un concierto sinfónico, con la Sinfónica de Colombia, dirigido por el maestro colombiano Julio Reyes Copello que ya había trabajado conmigo en el disco anterior (“Buena vida”, 2015). Así que estoy muy activo, recorriendo muchos lugares.
-Entre tantos vuelos, ¿la familia cómo se acomoda?
-En general voy y vuelvo a casa permanentemente. Es una necesidad estar en casa, cerca de los míos, de las cosas cotidianas que me gustan hacer. Estar cerca de mi hija (Nina), que ella me vea, llevarla al colegio, a entrenar fútbol, yoga, gimnasia artística o llevarla a la escuela de música, lo que sea. Trato de combinar esos tiempos también. Armo la agenda como puedo, con esas prioridades. Porque la familia es primordial para mí, es mi pilar.
-Estarás girando por el país justo en este mes de las elecciones y en plena crisis económica. ¿Cómo lo vivís personalmente?
-Es un octubre intenso en la Argentina, pero creo que la gente encuentra en la música o el entretenimiento un poco de aire fresco. Y ese es mi oficio, llevarlos a pasear a través de las canciones por diversas emociones, hacerlos pasar un buen momento. Eso me planteo en el armado de un show. De eso se trata nuestra relación cada vez más linda, más sólida.
-Tus canciones transmiten, en su mayoría, un mensaje de optimismo, alentador. ¿te lo proponés a la hora de escribirlas o te salen naturalmente?
-No sé (silencio). Lo más importante es que las canciones le hagan vivir a la gente un momento especial. Eso es lo que vale y lo que trato de cuidar. Y las canciones reflejan ese espíritu guerrero, de lucha, esperanzador, de buscarle la vuelta a las cosas para atravesar las piedras en el camino como todos las atravesamos en la vida. Desde “Tratar de estar mejor” que traslado mi personalidad, mi impronta, mi espíritu a cada canción, donde la familia es fundamental para mí más allá de cualquier desafío artístico.
Ficha
Diego Torres – Gira Nacional
Día, hora y lugar: Jueves 17 de octubre, a las 22 Auditorio Ángel Bustelo (Virgen del Carmen de Cuyo 610).
Entradas: $800, $1200, $1500, $1800 y $2200. A la venta en Maxi Mall (San Martín 1468, Ciudad) o a través de www.tuentrada.com
