Se le nota en el andar, entre desfachatado y cadencioso, que Diego Simonet ya marca diferencias en el modo de desplazarse. En cancha, ni hablar: encara, mete la finta, amaga, se crea el espacio y tiene la audacia y tenacidad suficientes como para buscar la penetración por cualquier grieta que pueda dejar la defensa rival.
El "Chino" es talento puro, revestido por la determinación y actitud que agrandan sus ya reconocidas cualidades. Un jugador de clase y de alto nivel.
En su entrevista con MÁS Deportes, el "fuoriclasse" del seleccionado argentino se mostró optimista y a la vez cauto para referirse al gran duelo de octavos contra Francia. Además, demostró un grado alto de autocrítica al juzgar cómo se está desarrollando su Mundial.
- ¿Cómo se mentalizaron para enfrentarse con Francia luego del gran festejo por el monumental triunfo sobre Rusia?
- Primero, dándonos cuenta que habíamos alcanzado el objetivo que habíamos venido a buscar, el de clasificarnos a octavos. Segundo, aprendiendo de los errores, que son los que te pueden dejar fuera del Mundial.
- ¿De qué manera describís tales errores?
- Y...por ejemplo el de perder pelotas tontas o el de sumar exclusiones, como me pasó a mí. Por esos errores nuestros perdimos contra Alemania y Polonia. Ahora debemos estar concentrados en no cometerlos si es que queremos seguir.
- Argentina atravesó un pico de desconcierto cuando Sebastián (Simonet, su hermano) vio la roja, pero ¿pensás que el equipo dio su primera señal positiva contra los rusos cuando supo cómo suplirlo?
- Con la exclusión de Sebastián parecía que se venía el mundo abajo, aunque en esos momentos difíciles pasó como en todo el Mundial: salió a flote ese plus anímico que nos hizo recuperar en el peor momento. Fu garra, temperamento, huevos...como se le quiera llamar.
- ¿Preferías a Francia o a Suecia como rival en octavos?
- Quizás a los suecos, porque ya les habíamos ganado y en este Mundial se podía repetir. A Francia, si le ganamos, será un batacazo. Nos conocemos bastante entre todos con los franceses. Eso puede ser una ventaja a la hora de jugar. Son completos, pero los partidos hay que jugarlos. Ellos saben que no será igual como en los amistosos que perdimos.
- ¿Cuáles son las claves para que se genere esa posibilidad de dar un batacazo?
- Nosotros deberemos contar con una defensa muy concentrada en todo momento, Eso, sumado a la eficacia que podamos darle al contraataque será la clave para sostenernos. Defensivamente, Francia es fuertísima. Son enormes, defienden bien y tienen grandes individualidades en el ataque. Por eso, debemos disminuir el margen de error si es que queremos seguir con vida.
- ¿Que visión tenés acerca del Mundial que estás jugando?
- No tuve un gran Mundial hasta ahora. Sé que me equivoqué contra Alemania y eso se terminó pagando caro. Contra Rusia metí, por suerte. Y también siento que el equipo confía en mí y eso me permite tener un mayor grado de seguridad.
- Encima, te toca jugar ahora contra adversarios que te conocen de la liga francesa...
- Sí, me conocen del Montpellier y yo los conozco también. Eso tiene que convertirse en un plus a favor porque me aumenta la confianza a la hora de enfrentarlos en el uno contra uno.
- ¿Qué autocrítica hiciste sobre momentos clave de los partidos de la primera fase?
- No anduve contra Alemania, donde el arquero de ellos me tapó pelotas de gol. Repunté ante Rusia, que se me abrió el arco. Con Polonia me pasó lo mismo que a todos: nos faltó calma para cerrar el partido cuando lo teníamos a favor. Reconocerlo me hizo bien y nos hizo bien a todos, por eso reitero que tenemos que aprender de los errores para corregir esas equivocaciones.
- ¿Cómo te imaginás el partido contra Francia?
- Si mantenemos el resultado gol a gol van a ponerse nerviosos y ahí los podemos sorprender cerca del final. Va a ser un duelo muy físico, porque a ellos les gusta el roce y van al choque. Si seguimos en este nivel de juego le podemos hacer partido a cualquiera, inclusive a Francia.
- ¿Y cómo creés que Francia opina de Argentina?
- Ellos saben que el nuestro es un equipo que se puede meter hasta donde no hay espacios y que vamos a bancarnos los golpes porque es nuestra manera de jugar. Tenemos que ser maduros para olvidarnos del arbitraje, además, y si esto se da, ¿por qué no soñar con pasar de ronda?
