Son cientos los maradonianos que hacen fila sobre la Calle 4. Todavía faltan algo más de dos horas para que las puertas de la sede del Club Gimnasia y Esgrima La Plata se abran, pero la cola ya da la vuelta a la manzana. Hay de todo. Los hinchas del Lobo son mayoría, claro, pero también están los otros. Los que van a asociarse exclusivamente por amor a Diego. Porque Maradona es eso: es amor y es pueblo. Es el abrazo fraternal del fanático tripero con el resto del mundo futbolero. El único ser humano capaz de unir a (casi) todos los argentinos bajo un mismo grito sin importar la camiseta que tenga puesta.
En la ciudad de las diagonales el furor por la llegada del Diez no cesa. Ya son más de mil los maradonianos que se han subido al barco y se pronostican muchos, muchísimos más. No sólo por las largas filas que hay a toda hora en la sede para hacerse socio sino porque las casillas de correo del club han colapsado con pedidos que llegan desde todas partes del mundo a través del sitio web oficial, donde uno puede asociarse llenando un formulario y abonando la cuota social mediante una reconocida plataforma de pago.
Italia, España, Nueva Zelanda, Australia. Las solicitudes llegan desde todos lados y en todos los idiomas. Es que la revolución Maradona no entiende de fronteras. En la Municipalidad de La Plata, de hecho, ya se frotan las manos por el crecimiento que estiman en lo que respecta al turismo, con el impacto que eso genera en el comercio en general.
Antes de que fuera oficializado como DT, Gimnasia tenía 27.000 socios activos. Una quinta parte más de la capacidad actual del estadio, que, según el sitio oficial del club, está habilitado para 21.500 personas. Con este aluvión de nuevos asociados habrá que ver si finalmente se sostiene la idea de jugar en el Bosque como quiere Diego y todo el pueblo tripero o si muda la localía al estadio Ciudad de La Plata. Lo cierto es que Maradona ya está en el banco de Gimnasia. Y en la ciudad la mano de Dios ya se siente...