Mirar para la República Oriental del Uruguay ya es una marca registrada de Godoy Cruz en Primera División. Y la verdad, mal no la ha ido. Por características ultra conocidas, el futbolista uruguayo es el que más se asemeja al argentino.
Es un mercado que los dirigentes del Tomba estudian a diario y que los futbolistas de aquellos lares miran como una vidriera híper seductora. La Bodega se ha convertido en una verdadera legión charrúa.
Y con la llegada de Diego Nicolás Riolfo Pérez, el tropel (que se completa con Leonardo Burián, Felipe Rodríguez y Santiago García) tiene un nuevo integrante.
-¿Cómo te has sentido en tus primeros momentos en Godoy Cruz?
-Primero quiero agradecer la confianza que ha mostrado el club, la gente y el presidente, que se han mostrado interesados en mí y en mi trabajo. Estoy contento, necesito volver a sentirme valorado y he tenido un gran recibimiento. De la ciudad he conocido poco, pero me hablaron muy bien. Y quedé sorprendido con las instalaciones del club, que tiene un gran complejo. Ya me lo habían comentado, pero no me lo imaginaba así, está a la altura de grande equipos de México. Por ahora viene todo bien y espero que de acá a una semana pueda ponerme a punto con lo que están haciendo mis compañeros.
-¿Qué significa que Godoy Cruz haya vuelto a fijarse en vos y por qué no se dio en su momento?
-Fue otro momento en mi carrera. Tenía la posibilidad de jugar Copa Libertadores y también estaba el mercado mexicano, que es donde yo quería llegar. Por distintos motivos no se pudo dar la transferencia, pero sí sabía que había existido el interés. La verdad que recibí muchos comentarios buenos de la ciudad y del club, que justamente es del Interior y yo buscaba tranquilidad para mi familia y no la locura de las grandes ciudades. Además, aquí en Godoy Cruz han jugado muchos uruguayos y les ha ido bien, ojalá yo siga con esa tendencia y lograr todos cosas importantes para el club, que hace años que viene jugando copas internacionales y espero que el año que viene pueda volver.
-¿Has podido hablar con Diego Dabove sobre en qué posición en la cancha te piensa utilizar?
-Por ahora me estoy poniendo a punto físicamente, Diego (Dabove) me dijo que íbamos a hablar en estos días para ver cuál es la idea, todavía no sé con la formación que él va a jugar aunque tengo un panorama de cómo jugaba la Reserva. Me hablaron muy bien del entrenador como persona y como profesional, también de los ayudantes de campo y los profes. En Uruguay me pude destacar por mi posición como mediapunta, pero hoy en el mundo cada vez desaparece más el enganche y he tenido que adaptarme a otros sistemas, sobretodo el 4-4-2, que es donde más me ha costado, aunque puedo colaborar como un doble cinco creador, donde en México en este último campeonato me utilizaron en esa posición. Y si bien tuve poco rodaje, fui aprendiendo. La idea es colaborar donde el entrenador me pida y siempre que sea por la mitad de la cancha, que es donde me siento más cómodo. También en México me pusieron algunos partidos por afuera para encarar hacia el medio y tampoco tengo problemas. Mientras me toque jugar, ahí voy a estar para colaborar.
-Se fue Gastón Giménez y la 10 que usaste en Necaxa quedó vacante. ¿Pensás pedirla?
-Son distintos momentos. Cuando llegué a Necaxa me sentía en un gran nivel, el utilero me ofreció la 10 y la agarré porque justo en Uruguay venía jugando con ese número. Hoy en día busco volver a afianzarme y, como llego a un club nuevo donde hay jugadores que están hace años, voy a esperar a ver si otros jugadores no utilizan ese número. La verdad que es algo que no le he dado mucha importancia en mi carrera y sé que no voy a estar con la 10 porque llegan algunos otros jugadores.
-¿Es un plus sumarte a un grupo donde hay conocidos y compatriotas como Burián, el Morro y Felipe Rodríguez?
-Con Leo (Burián) jugué en Wanderers, somos amigos, nos llevamos muy bien y hemos compartido grandes momentos en Uruguay, justo en la Copa Libertadores donde pudimos avanzar de fase y quedamos eliminados con Racing, pero hicimos una muy buena Copa. Y al Morro (García) y a Felipe Rodríguez los enfrenté: al Morro en Uruguay y a Felipe en México, tengo excelente relación con los tres. Al Morro lo estoy conociendo más porque a Felipe lo conocía un poco, pero bien. Los uruguayos en el mundo nos llevamos bien porque somos pocos, je.
-¿Cómo calificás tu experiencia en el fútbol mexicano?
-En el primer semestre, que fue cuando llegamos a semifinales del campeonato, tuve bastante rodaje y me sentí importante para el equipo. En el segundo semestre jugué más que nada la copa y algunos partidos de Liga, donde pude hacer algún gol pero tampoco fueron muchos minutos. Y en el último semestre hubo un cambio de entrenador y no me tuvo muy en cuenta; jugué tres o cuatro partidos. Y si bien tenía contrato y estaba muy cómodo en la ciudad y en el plantel me trataban muy bien, necesitaba volver a sentirme jugador y querido. Creo que este club tiene las cosas como para que yo vuelva a despegar y a recuperar mi nivel. Hay un gran grupo, joven sobre todo y siento que acá puedo volver a estar en el nivel con el que me fui a México. La experiencia fue bárbara, no tengo nada para recriminarme y aprendí mucho. Es una liga potente, con jugadores de selección en todos los equipos y eso me ha hecho crecer. Estoy contento de estar acá y espero tratar de estar la mayor cantidad de tiempo para poder afianzarme.
-¿Cómo pensás que será tu adaptación al fútbol argentino?
-La Liga Argentina la sigo desde chiquito. Me tocó vivir en Argentina durante gran parte de mi infancia y me gusta mucho. Es una liga muy competitiva e intensa físicamente, por eso quiero hablar con los profes para ponerme a punto porque acá no podés trotar ni jugar si no estás al cien por ciento. Por suerte cuando jugamos Copa Libertadores con Wanderers en 2015 me tocó enfrentar a Boca y a Racing y fueron los partidos en los que me sentí mejor. Sé de la intensidad, pero también puede ser un fútbol que se adapte a mis características. Estoy contento por el desafío, la he respetado mucho durante toda mi carrera a esta liga y al observarla mucho durante tantos años tenía el objetivo de jugar en Argentina.
-¿Estás para jugar el domingo contra Boca?
-Me siento físicamente bien, me he entrenado todo el año en México y he jugado hasta el último partido en México, que fue el 18 de noviembre y me tocó jugar. Me siento bien para jugar, pero también entiendo que hace un mes que estuve en Uruguay un mes sin entrenarme y me va a llevar un tiempo adaptarme. Mis compañeros ya tienen una semana arriba de pretemporada y va a depender de lo que me pida Diego (Dabove). El objetivo es llegar bien al partido con Chacarita.
Su infancia cerca del Monumental
El fanatismo de Diego Riolfo por el fútbol argentino tiene su origen en la década del 90. Su padre padre trabajaba en una empresa aérea y lo trasladaron a Buenos Aires.
"Vivíamos en Belgrano, cerca de la cancha de River. ¿Si iba a ver a River? No, je. Mi madre es fanática, muy hincha de River, mi padre es fanático de Rosario Central y mi hermano, que nació en Argentina, es de Boca. Mis padres son uruguayos, pero son muy futboleros y siempre les gustó el fútbol argentino. Viví hasta los 7 u 8 años en Belgrano y por eso tengo un aprecio importante por este país. Por eso hay muchas cosas que me ponen contento de haber llegado a Argentina".