Diego Paolantonio, el estilista de El Porvenir

Campeón de Primera B, y va por más. Nos habló de sus roles: padre, peluquero y técnico.

Diego Paolantonio, el estilista de El Porvenir
Diego Paolantonio, el estilista de El Porvenir

Cómodamente sentado en su peluquería, en calle Las Heras entre Coronel Plaza e Independencia, escuchando la radio (de fondo sonaba Soda Stereo) y a la espera de los primeros clientes, Diego Paolantonio, el técnico campeón de la Primera B sanrafaelina con El Porvenir, recibió a Más Deportes para desgranar su rica historia como jugador y ahora técnico, desde hace cuatro años.

Aún retumban en sus oídos el "vení, vení, cantá conmigo que un amigo vas a encontrar, que de la mano del peluquero, todos la vuelta vamos a dar". El hit futbolero que inunda cada estadio del país, también se escuchó en las canchas de San Rafael, se hizo más fuerte en el estadio de El Tropezón, cuando El Porve se consagró campeón por primera vez en su historia, aunque también fue entonado en la cena de los campeones.

El peluquero o estilista de El Porvenir, Diego Alberto Paolantonio, no deja de sorprenderse por el canto de sus jugadores e hinchas, aunque no es para menos por lo conseguido en estos dos años en el club. Él no quiere abrir sus ojos en algunos momentos de la charla. Parece no querer despertar de un sueño que se hizo realidad. Y piensa: "Cuando llego a El Porvenir es porque Carlos Arija me fue a buscar y yo ya no estaba más en Rincón del Atuel, por que decidieron cambiar de rumbo, consideraron que era caro, aunque no fue el motivo real. Eso no era verdad. Está más que claro. Si yo tenía muchas pretensiones no podía ir a la B a dirigir El Porvenir (sic)".


Su “bendición”. Diego y su hijo Faustino, a quien denomina con esa palabra. Otro seguidor de El Porve. | Gentileza
Su “bendición”. Diego y su hijo Faustino, a quien denomina con esa palabra. Otro seguidor de El Porve. | Gentileza

Luego de hablar con Arija,  el DT se contactó con Gastón Ureta y de ahí en más nació ese idilio entre dirigentes, cuerpo técnico y jugadores que tan buenos frutos viene dando en este corto recorrido. "A Gastón no lo conocía, pero era amigo de mi hermano, que también es peluquero. Recuerdo -y hay fotos- que cuando estuvo en los 18 de mi hermano, mi mamá se acordaba, pero yo no. El fútbol quiso que nos encontráramos y considero que de ambas partes hay satisfacción por el trabajo que estamos desarrollando. Tenemos una relación excelente y sabrá él hasta donde quiere llegar con este proyecto. Nosotros estamos muy comprometidos".

“Arreglamos y el primer año fue difícil, duro, pero después  terminamos bien. Aún no podemos creer todo lo que nos pasó en este tiempo tan corto. Lo terminamos contra El Tropezón por que los jugadores siempre creyeron, fue un partido complicado. Estábamos nerviosos y no concretábamos lo que se generaba. Pero más me costó creer que Constitución en su cancha perdiera, pero no por San Luis, porque no es casualidad que este equipo que juega bien sea el único que le ganó a los dos ascendidos”, agregó el DT estilista.

En el medio de la charla, su  sobrina y su hijo hacían de las "suyas" en la peluquería y la nota se vio interrumpida por largos minutos. Paolantonio dejó de lado el rol de entrevistado y se situó en su papel de papá primerizo. Después de ello, el DT hizo una comparación entre su oficio de peluquero y técnico, por lo que la pregunta obligada fue:

-¿Es más difícil cortar el pelo o ser técnico?

-Depende. Quizás es más difícil cortar el pelo, aunque si tenés buenos jugadores no pasa nada, es más fácil ser entrenador. Todo depende de los futbolistas, y a este campeonato lo ellos. El técnico aporta solo algunas cosas”.


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-¿Fue un año muy fructífero?

- En todos los sentidos. El club se preparó para esto. Trajo jugadores, invirtió en un predio, ropa, inferiores y si no hubiésemos ascendido, no sería un fracaso. Gastón (Ureta) siempre nos dijo que si este año no ascendíamos, no había problemas, era un proceso largo, aunque estaban todas las condiciones para volver a la A.

-¿Cómo te imaginás el futuro en Primera A?

-Creo que el año que viene vamos a sufrir menos que este en el sentido del juego. Las canchas son mejores y el nivel en Primera es otro. La B es dura, todos los equipos tienen actitud y ganas, pero también mucho desorden y eso hace que no se pueda jugar muchas veces como uno pretende.

Un dibujo poco usado

Paolantonio disfruta cuando su equipo plasma en cancha lo que se practica en la semana. Dice que no traiciona sus raíces y que le gusta tener orden del medio hacia atrás y ser protagonista en campo rival. Por eso elige el 4-3-1-2 como esquema táctico. "Si tenés un enganche es mejor, porque te da soluciones que otros jugadores no lo hacen. En el armado de este plantel me ahorré tiempo porque conocía a muchos de los jugadores. El resto fue trabajo, sacrificio de todos, y ser conscientes de que podíamos ascender".

Otras tareas

La charla se extendió y estuvo cargada de matices. Sus clientes empezaron a llegar y el fútbol, como no podía ser de otra manera, fue el tema de abordaje. Pero no era todo. Sus labores de padre y tío, todo a la vez, deja en evidencia lo mucho que disfruta Diego de lo que hace, de lo que la vida le dio. Su hijo Faustino (1 año y 5 meses), producto de la relación con su esposa Aldana Amaya, también es motivo de orgullo para el DT, quien mientras nos habla, le corta el pelo a un conocido.


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Lo marcaron como DT

Paolantonio, por último, se refirió a los entrenadores que lo marcaron en su carrera y de los que sacó un poco de todo: "Miguel Buxó y Jorge Julio, dos maestros". Su vida no es sólo fútbol y peluquería. También lo es ser padre de la "bendición", como llama a Faustino, a quien cuida en las tardes porque su esposa trabaja.

Más de un cuarto de siglo ligado al fútbol

Surgió futbolísticamente de Sierra Grande, Río Negro, donde nació hace 43 años. Empezó jugando las infantiles y en otras categorías, hasta los 15 años, en el club Buta Mahuida. Y a esa edad llegó a San Rafael porque sus padres, originarios del departamento, se quedaron sin trabajo en la mina que era explotada por Hipasam S.A. Ya en nuestro departamento, Paolantonio se fue a probar en Huracán. Pasó por varias divisiones hasta que le tocó debutar en la Primera del Globo, donde se mantuvo hasta 1997, cuando junto a Pipo Tobares emigraron al gran equipo que formó Chacras de Coria, bajó la otrora presidencia de Eduardo Bauza.

En 1999 volvió a Huracán, ese mismo año se fue Pacífico de General Alvear de la mano de Miguel Ángel Buxó, y ahí estuvo hasta el 2000. Terminado dicha competencia, retornó al fútbol capitalino, más precisamente a Gimnasia y Esgrima. Luego tuvo un paso Gutiérrez Sport Club, y en 2003 se convirtió en jugador del Deportivo Guaymallén, en cuya institución volvió a encontrarse con Buxó. El éxito perseguía a ambos. Venían de ser campeones en Alvear y también dieron la vuelta con el Cacique en la Liga Mendocina. Su recorrido por el fútbol de la LMF prosiguió por Algarrobal y el Atlético Palmira, donde cuenta que jugó muy poco porque no se le pagó lo acordado. Y desde ese 2005 empezó a trabajar de peluquero.

Fue un año duro y decidió regresar a San Rafael para jugar en el Deportivo Argentino, donde le ganó la final de la B a Rincón del Atuel, y ascendió de categoría. Pasó a Villa Atuel hasta el 2006 para jugar el viejo Argentino B. Luego, en el 2008, jugó para el Verde, al año siguiente lo hizo otra vez en Argentino 2009, la campaña 2010  ascendió con Las Paredes, y en el 2014 jugó para el Atlético Pilares, en cuyo club finalizó su carrera futbolística, para empezar a desandar su profesión de DT. Detrás de la línea de cal, comenzó en Rincón del Atuel hasta el 2017, donde a poco de iniciarse el Federal B y tras haber salido campeón por primera vez en su historia, el club decidió cambiar de aires. El 30 de julio de 2018 llegó a El Porvenir de la mano de Arija, y tras un año y meses, consiguió el ascenso tres fechas antes de terminar el torneo, y luego el título.

Sierra Grande marcó la niñez del peluquero y entrenador

La historia oficial cuenta que Sierra Grande fue creada en 1890, para atender a los ganaderos y visitantes de la zona, y que en 1944 se descubrieron yacimientos de hierro en sus alrededores. De todas maneras, las principales páginas de esta localidad rionegrina empezó a escribirse en 1969, cuando la empresa Hipasam SA se instaló allí y comenzó a realizar la explotación del citado metal. Era una empresa del Estado que durante más de 20 años hizo florecer a este poblado del sureste de la provincia de Río Negro. Tanto, que llegó a convertirse en la mina de hierro más grande de Sudamérica. Sus 96 kilómetros de túneles y más de 500 metros de profundidad daban trabajo a miles de habitantes. Sin embargo, la época floreciente para esta empresa se acabó y, con ella, también la vida del pueblo. En 1991, durante un cambio en materia de política económica, el Gobierno nacional de turno decidió, mediante un Decreto Presidencial, sellar su cierre. Desde ese momento, muchos habitantes emigraron, entre ellos la familia Paolantonio, dejando a la ciudad como si se tratara de pueblo fantasma.

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