Desde hace una semana, Diego Guzmán (38) es intendente de La Paz y ocupa estos primeros días en habituarse: busca dar forma a su propio gabinete y en su despacho trata de acomodar el cuerpo a un sillón mañoso, que durante más de 20 años solo conoció dos siluetas: las de los hermanos Sergio y Gustavo Pinto, que de manera sucesiva gobernaron desde 1995.
El 23 de abril Gustavo Pinto terminó con esa dinastía cuando juró como senador. Así, su lugar en la comuna lo ocupó el presidente del Concejo, Guzmán, que en un mismo acto asumió su banca y, con apoyo del bloque oficialista, se hizo cargo de la presidencia, una jugada armada meses antes con la que Pinto dejó al frente del municipio a una persona de confianza, formada en su gestión.
"Tuve una primera reunión con los directores y les he pedido compromiso, voluntad y principalmente orden", enumera Guzmán, que llegó a la intendencia con la ventaja de haber sido funcionario -una experiencia que le permite conocer buena parte de la maquinaria municipal-, pero con el peso de la sombra de los Pinto.
"Han sido muchos años gobernados por un Pinto; acá, la juventud no ha conocido otro intendente", dice un empleado con diez años de antigüedad en la comuna, apenas la mitad del tiempo que gobernó el 'pintismo'.
Diego Guzmán está casado y tiene tres hijas. De joven estudió Periodismo en San Luis, aunque prácticamente no ejerció; dice que de ese oficio conserva la curiosidad y quienes lo conocen cuentan que le gusta aprender, preguntar y buscar consensos. "Gustavo Pinto era más capitán y Diego es de trabajar en equipo", diferencia alguien que conoce a ambos.
Y es probable que a esas herramientas deba apelar Guzmán más de una vez, porque aunque el radicalismo conserva mayoría en el Concejo, el bloque no cuenta con los dos tercios que le permitirían aprobar, por ejemplo, un pedido de endeudamiento. "En el Concejo estamos cinco a cuatro, seguimos siendo mayoría, pero es cierto, habrá que dialogar", admite. "De todos modos, no me preocupa. Estoy abierto al diálogo, es mi forma de trabajar y el peronismo lo sabe".
Guzmán milita desde pibe y dice que con 13 años ya se arrimaba a la juventud radical. Su primer cargo fue el de concejal: encabezó la lista en 2003, cuando Sergio Pinto buscaba una nueva reelección. Luego fue titular de Desarrollo Humano de la comuna, diputado provincial y director de Educación y Promoción Social en La Paz. Finalmente se postuló para concejal en la última elección, la misma que llevó a Gustavo Pinto a ser senador.
“En estos veinte años La Paz creció mucho en infraestructura, incluso durante los gobiernos peronistas de (Celso) Jaque y (Francisco) Pérez, en los que la Provincia no bajó obras y acá se avanzó con recursos propios”, asegura Guzmán. “Por eso es importante mantener las cuentas en orden y tenemos que seguir por ese camino: asfalto, viviendas, agua, cloacas, apoyo a la ganadería que ha crecido mucho y un empuje a la agricultura, en donde tenemos nuevos proyectos”.
-Pero apenas tendrá poco más de un año para gobernar. ¿Ha pensado en ir a elecciones en 2019 y tener cuatro años para mostrar su propia gestión?
-Sí claro, esa es una posibilidad latente. De todos modos, hay tiempo y hoy tenemos que trabajar -cierra Guzmán, que antes de arrancar su gobierno, el lunes, hizo un viaje a Villa de la Quebrada, en San Luis, con la idea de rezarle al santo del que es devoto y al que visita cada año. “Fui a pedirle que me acompañe, que me ilumine”.
Reclamos de la oposición peronista
Juan Bautista es concejal e integra el bloque peronista. Dice que "en los últimos 14 años, el oficialismo nunca contestó un pedido de informe" y asegura que esa "ha sido una característica del gobierno que se fue y esperamos que Guzmán tenga otra actitud. La tarea de la oposición es controlar pero no puede hacerse si no tenemos acceso a los expedientes".
La oposición también criticó la política laboral del municipio, a la que considera "inexistente. Acá no se promociona la creación de fuentes de trabajo genuinas y todos dependen del Estado. La ganadería ha crecido, pero eso es trabajo para media docena de productores y lo que necesitamos son políticas que generen fuentes de trabajo".
Más allá de las críticas, el bloque peronista señaló su deseo de un "mayor diálogo con el Ejecutivo", y le deseó a Guzmán "una buena gestión".
