-¿De dónde venís?
-De la peluquería.
-Pero tengo entendido que vos te cortás el pelo solo…
-La llevé a mi vieja. Ella es muy coqueta. Tiene la suerte de tener la piel de una mujer 20 años menor y, pese a que está grande, siempre encuentra ánimo para ir a hacerse el pelo…
-Y eso que no estás con demasiado tiempo libre porque estuviste y estás laburando en dos películas…
-Sí, exacto. El 4 de enero se estrena una de ellas, que se llama “El club de los 27”, y es de Nicanor Loreti, el mismo director con el que ya había trabajado en “Kryptonita”, la adaptación de la novela de Leo Oyola.
Es una película que tiene bastante que ver con el cine fantástico, aunque arranca como un thriller. Está relacionada con la muerte de varias estrellas de rock que murieron a los 27 años, pero esa muerte es puesta en duda. Yo hago de un policía que investiga el caso, un policía de brigada, bastante cachivache.
-De nuevo un policía, como en "Kryptonita"…
-Sí, pero son distintos. Ese era como un “guasón” que también era cana y corrupto…
-¿Y el punto de partida de la trama cuál es exactamente?
-El suicidio de un roquero imaginario de acá que, obviamente, tiene 27 años.
-¿Y la otra película?
-Y ahora estamos terminando el rodaje de “No llores por mí Inglaterra”, de Néstor Montalbano, y calculo que se va a estrenar en mayo, antes del Mundial. Es una película que se sitúa en las invasiones inglesas de 1806, donde hay un tipo que es una suerte de “busca”.
También está el famoso Beresford, a quien agarramos justo esperando a las tropas y, en esa espera, comienza a armar una especie de distracción entre la población de acá. Esa distracción, previsiblemente, es el fútbol. Luego la película deriva hacia otros lugares, uno es un barrio llamado “Desembocadura”, que es el barrio de los trabajadores, y otro es “La ribera”, un barrio de pitucos.
También hay un partido de fútbol entre criollos e ingleses que desemboca en un gran quilombo, y hay un indio que es un poco como un Maradona (por lo habilidoso para el deporte) que va a ser una carta de triunfo para los criollos. Como te darás cuenta, hay muchas cosas, como en todas las películas de Néstor.
-Debe estar bueno el hecho de que hayas trabajado con los dos directores, no hay tanta novedad…
-Bueno, sí, Montalbano, además, es amigo de años. De todas maneras, como digo siempre, después del montaje uno aprecia mejor cómo quedó la cosa. El cine tiene esa cualidad medio mágica para mí, porque durante la lectura del guión y el rodaje puedo intuir cómo va a quedar la película, pero hasta verla en la pantalla no hay nada seguro.
-¿Quién hace el personaje de "el busca"?
-Lo hace Gonzalo Heredia y funciona como el argentino típico que trata de negociar al modo de Guillermo Cóppola.
-¿Y el tuyo?
-Mi personaje es un tipo que pertenece al barrio de los más humildes y que termina siendo el director técnico del equipo de los criollos. Es, al mismo tiempo, un tipo que termina entendiendo el juego propuesto por los ingleses y comienza a agregarle cosas típicamente nuestras, pareciéndose un poco a Sampaoli, el director actual de la Selección.
-¿Y qué grado de reconstrucción histórica hay?
-El vestuario y los decorados son de época, el lenguaje no se aproxima siquiera. Es una hibridación entre pasado y presente que a Néstor se le da bien. Imaginate que la banda sonora es de El Mató a Un Policía Motorizado, pero filmamos mucho en Colonia para que haya arquitectura afín a esos tiempos...
-Bien, terminado el recuento de las películas donde muy pronto vamos a poder verte, nobleza obliga a preguntarte por el programa de tele…
-Está la idea de hacer, para 2018, doce episodios, tal vez de media hora, pero no sé aún si por internet o por alguna señal. Gracias al programa se generó una relación muy sólida con la gente, una relación que me parece que excede el entretenimiento, porque hay como un código común que va bastante más allá de ver algo para divertirse.
