El panelista de “Intratables” se hizo cargo de haber sido uno de los que se sumó a la silbatina, al momento en que Jorge Lanata subió a recibir su Martín Fierro.
“Sí, no tengo vergüenza ni arrepentimiento por haberlo hecho, y en el momento que lo hice, porque no lo hice cuando ganó el premio... Igual, yo creo que hubo silbidos, abucheos e insultos en diversos sectores del salón y no sólo en una mesa”. La grieta se sentó a la mesa y cenó bien rico.