La policía realizó cinco allanamientos en "campamentos" gitanos y aprehendió a 16 personas entre las que estaría una banda que habría estafado a unas treinta víctimas que les compraron autos pero nunca lograron que se los entregaran.
Ayer a las 7, persona de Delitos Económicos y de Investigaciones irrumpieron en cinco propiedades ubicadas en el Acceso Este a la altura del Carril Rodríguez Peña.
Los allanamientos fueron ordenados por los fiscales de Guaymallén, Juan Manuel Bancalari y Gonzalo Marzal, quienes están investigando treinta denuncias de personas estafadas por una familia cuyo apellido es Esteban.
Algunos de los denunciantes son personas de otras provincias que llegaron hasta Mendoza para comprar autos a precios más bajos que los que se manejan en el mercado actual.
"Hasta el momento hemos allanado cinco propiedades, hemos aprehendido a 20 personas, entre ellas a una mujer. Cerca de 17 personas son de la familia Esteban y las personas buscadas son 8. La mitad de los detenidos no tienen documentos y muchos tienen los mismos nombres y apellidos por lo que siempre resulta difícil identificarlos", explicó uno de los uniformados que trabajó en el operativo.
Hasta el mediodía de ayer, la Justicia había secuestrado cuatro camiones, cuatro camionetas 4x4, dos autos Gol y un Fiat 147 que habían sido comercializados pero no entregados.
Algunos clientes estafados llegaron hasta las viviendas de los gitanos para ver si podían recuperar los autos que habían comprado.
Modus operandi
Según la versión de los denunciantes, los vendedores publicaban avisos en los clasificados de diarios locales y de otras provincias, vendiendo autos de todo tipo -algunos de alta gama- camionetas 4x4 y camiones.
El "gancho" de los avisos era el precio: "una camioneta que vale 200.000 pesos, la ofrecían a 150.000 y además daban la facilidad de pagarla en tres cuotas", explicó un uniformado de Delitos Económicos.
Cuando el cliente pagaba el precio total o la mitad, comenzaban los problemas: los vendedores decían a los compradores que volvieran al otro día porque el vehículo tenía un problema "de papales", o una deuda en la Afip. Entonces el comprador debía pasar meses tratando de que le dieran el vehículo o bien le devolvieran el dinero o al menos parte del dinero entregado.
Si el cliente insistía, comenzaban las amenazas. Justamente eso le pasó a un comprador que había llegado desde Bahía Blanca: los gitanos lo amenazaron, lo subieron a una camioneta y lo llevaron hasta la Terminal, donde le compraron un pasaje a Buenos Aires. El hombre se bajó en San Martín y allí denunció la maniobra.