Una taxista fue condenado a 18 de prisión al ser encontrado culpable del asesinato de otro taxista, tras una cinematográfica persecución que comenzó en un cabaret de la cuarta sección de Ciudad y terminó en calles del centro. Además, al delincuente se le revocó el beneficio de prisión domiciliaria por lo que fue directamente a la cárcel.
Ayer la Primera Cámara del Crimen -conformada por Víctor Comeglio, Lilia Vila y Lucía Motta- condenó a Alberto Darío Rodríguez Mansilla (50) como partícipe primario en el homicidio de Marcos Félix Cortez (61), ocurrido el 10 de octubre de 2011.
El fiscal de Cámara Javier Pascua, en sus alegatos había solicitado la pena de 19 años para un delito que tiene penas que van desde los 10 años y ocho meses a 25 años de prisión.
Pascua también había solicitado al tribunal que le quitaran la prisión domiciliaria que el hombre tenía pese a haber estado prófugo. Según el fiscal existía riesgo de que el hombre volviera a escaparse tras la condena. El argumento para la domiciliaria era que "las cárceles son inseguras".
Por su parte, los defensores Diego Lavado y Lucas Lecour solicitaron la absolución, por la duda, del taxista o bien que se lo condenara por el mínimo que permite el delito. Además sostuvieron que no había justificación para que le quitaran la prisión domiciliaria.
El fiscal argumentó que la versión de Rodríguez no era creíble si se le contraponía el recorrido marcado por el GPS del taxi que conducía.
También dio cierto valor a la declaración del hijo de la víctima, quien iba con su padre en un Peugeot, cuando fueron atacados desde el taxi que conducía Rodríguez.
Los defensores, en tanto, respondieron enumerando una serie de diez contradicciones en las tres declaraciones que hizo el hijo de la víctima.
También sostuvieron algunas dudas que surgieron durante el debate, en relación a la calificación del delito y a la posibilidad de que el taxista hubiera sido amenazado por sus acompañantes para perseguir al Peugeot, impidiéndole también activar el botón de pánico.
Persecución y tiros
Si bien Rodríguez recibió una durísima condena, tras el juicio oral no quedó muy en claro cómo fue asesinado Cortez ni cuál fue el motivo de la violenta agresión.
El 10 de octubre de 2011, el taxista Marcos Cortez recibió un disparo mortal mientras era perseguido por varias personas que iban en un taxi. Cortez y su hijo Marcos Alejandro Cortez (32), habrían estado en en el cabaret Taxi-Girls, ubicado en las calles Federico Moreno y Ayacucho, en Ciudad.
Al salir se inició una discusión con unos vecinos del local nocturno. Estos vecinos les tiraron, desde el balcón, macetas, ladrillos y hasta algunas sillas.
Pero estas mismas personas declararon a la policía haber visto a Cortez y su hijo irse en un Peugeot 206 color bordó. Detrás y en persecución, salió un taxi que conducía Alberto Rodríguez.
Según el hijo de la víctima, fueron tiroteados tres veces durante la persecución, la última de ellas en Rioja y Catamarca. Pero las pericias establecieron que el tiroteo se produjo en Ituzaingó y Chacabuco.
El joven declaró que su padre le dijo antes de morir que había sido "el pelado del 059", señalando a Rodríguez, que manejaba un taxi con ese número de aditamento.
Además indicó que en el taxi iban varios delincuentes y, luego de que el taxi los encerrara, se bajaron y dispararon contra su auto. Una de las balas le dio a su padre en la nuca y murió minutos más tarde en el hospital Central.
