Diciembre, mes que vivimos en peligro

Balances, Fiestas, previa de vacaciones, momento de cambios e incertidumbre... y también saqueos y violencia social se sumaron para que, una vez más, viviéramos un final de año "cargado". Según un sondeo nacional, para los argentinos es el mes más difícil

Diciembre, mes que vivimos en peligro

El último mes del año parece ser para los argentinos una bisagra. Es en esos días cuando, por lo general, las personas se enfrentan consigo mismas, evalúan hasta qué punto las metas que se habían prefijado se cumplieron y, al mismo tiempo, buscan proyectarse de cara a un nuevo ciclo. En el medio, las Fiestas obligan a muchos a reencontrarse con la familia y buena parte gasta dinero extra para solventar las compras y hacer regalos.

Es el momento, también, en el que las familias planifican las vacaciones pero aún es necesario atender a las obligaciones laborales. Miles de personas corren de un lado a otro para llegar a tiempo y en la atmósfera -perciben algunos- se respira un ánimo de impaciencia e, incluso, malhumor.

La hipótesis que indica que durante diciembre el clima social en nuestro país es más complejo en comparación con los restantes meses del año, quedó reafirmada en una encuesta realizada por una consultora privada, cuyo objetivo fue analizar cómo los distintos aspectos de la vida personal, familiar y laboral tienen influencia en el ánimo de las personas.

"Nos preguntamos qué sucede en Argentina durante el mes de diciembre. Es como si en ese mes la opinión pública estuviera más nerviosa, más crispada. A eso hay que sumarle los problemas de coyuntura que tienen influencia directa en el ánimo de las personas", explica Jorge Giacobbe, director de Giacobbe y Asociados SA.

Para corroborar que hay malestar en la sociedad, los encargados de efectuar el sondeo encuestaron a 500 personas de ambos sexos y de diferentes edades. El cuestionario se pudo contestar desde el 26 de diciembre de 2013 hasta el 2 de enero de 2014, a través de un panel on line. El objetivo, explica Giacobbe, fue sacar "una foto" dentro de un proceso social.

Entre las conclusiones que aparecieron reflejadas a partir de la consulta a la población surgieron dos. La primera da cuenta de que fue mínimo el porcentaje de personas que no mostraron signos de conflictividad y la segunda indica que existe una profunda necesidad de la población de expresar su malestar con los hechos que vienen sucediendo en el contexto político, social y económico del país.

Vale destacar que, de hecho, diciembre no sólo estuvo marcado por una histórica ola de calor. La crisis energética, la inflación, los cortes de agua y luz y los saqueos ocurridos en Córdoba (y las posteriores repercusiones en otras provincias, incluida Mendoza) ocuparon buena parte de los comentarios que los encuestados podían efectuar al pie del cuestionario.

Benito Parés, doctor en psicología, concibe que si bien el último mes del año tiene sus particularidades, en realidad "no existe un mes más difícil que otros". Más bien, cada época del año plantea diferentes problemas. "Creo que todos los meses son conflictivos. En este momento estamos viviendo muchas situaciones de incertidumbre institucional. Esto lleva a una sensación de conflictividad e inseguridad, porque las normas sociales son las que están en crisis", asegura el experto.

Balance poco optimista

Para obtener una visión sobre el estado de ánimo de la población, quienes elaboraron la consulta ordenaron las preguntas en cuatro ítems: el habitual balance de fin de fin de año, la actividad laboral y los ingresos, las fiestas de Nochebuena y Año Nuevo y la planificación de las vacaciones.

Así, por ejemplo, 54% de los encuestados consideró que 2013 fue un año "malo o muy malo", mientras que al 45% el balance le dio un resultado "bueno o muy bueno". En ese sentido, los más optimistas fueron los jóvenes de 18 a 35 años, en tanto que los mayores a esa franja etárea obtuvieron una mirada más negativa.

En cuanto al cumplimiento de las expectativas planteadas a principio de año, 57% expresó que se cumplieron algunas, en tanto que 21% dijo no haber cumplido casi ninguna y sólo 10% señaló que se cumplieron todas y casi el mismo porcentaje afirmó no haber logrado ninguna.

En lo laboral, la mayoría de los encuestados (37%) mencionó estar peor o mucho peor a fin de 2013 que a principios de éste. En el polo opuesto, 28% dijo sentirse mejor o mucho mejor en su trabajo. "Se percibe una mayor pero leve tendencia en el público femenino a utilizar respuestas extremas, y de los masculinos a refugiarse en "estoy igual", se apunta entre las conclusiones de este estudio.

La inestabilidad laboral fue otro punto analizado en la investigación. A la pregunta "Usted siente que en diciembre puede verse afectada su estabilidad laboral?", 64% respondió que no y 33% que sí. Por otra parte, mantener el nivel de vida le costó, casi para tres cuartos de los encuestados (72,5%), mucho esfuerzo.

El dilema de las Fiestas

La encuesta para medir el clima social en diciembre incluyó preguntas relacionadas a las festividades de fin de año. Resultó que la gran mayoría (93%) dijo haber pasado, por ejemplo, la Nochebuena con su familia íntima o bien, ampliada.

En tanto que 3% pasó la Navidad sin ninguna compañía, y solamente el 2 % se reunió con amigos. Sin embargo, hubo un 27% de los encuestados que manifestó el deseo de pasar esa noche con otras personas, siendo los más disconformes las personas de edades medias y los más jóvenes.

Por su parte, el 54,4% de los encuestados pasó el Año Nuevo con su núcleo íntimo familiar, mientras que el 25,6% lo hizo con la familia ampliada y hubo más personas -en comparación con Navidad- que recibieron 2014 con sus amigos. Por otra parte, 27% de los encuestados manifestó haber preferido compartir esa noche con otras personas.

Existe, entonces, aproximadamente un 27% de la población disconforme con las compañías con que festeja cada una de las Fiestas, que no son exactamente los mismos. En ese sentido quedó reflejado que un cuarto de la población ocupó un lugar en la mesa que no era el deseado.

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