Cristina Fernández vuelve de Cuba el domingo. Hasta entonces nada se sabrá en el Senado sobre quiénes ocuparán los principales puestos de conducción. La única certeza, claro, es que será ella la presidenta de la Cámara, en carácter de vicepresidenta de la Nación, cargo en el que sucederá a Gabriela Michetti y que asumirá tras renunciar a su banca de senadora nacional.
En la Cámara alta todos los destinos están vacantes. Los más destacados son el de presidente provisional y las presidencias de los bloques Frente para la Victoria y Justicialista, y del interbloque Frente de Todos, que agruparía a ambos y a otros bloques aliados, como Misiones y Frente Cívico por Santiago.
En la discusión también entrarán al menos otras dos presidencias: las de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Acuerdos, encargada de analizar las propuestas de jueces del Poder Ejecutivo.
En el Senado todos coinciden en destacar que Cristina será la reina de la Cámara, no solamente por su figura política sino, sobre todo, porque a ella le responderá una significativa cantidad de senadores: en principio, 16 de los 72, de los cuales cuatro son de La Cámpora: la mendocina Anabel Fernández Sagasti, el porteño Mariano Recalde, el rionegrino Martín Doñate y el fueguino Matías Rodríguez.
A ellos podrían sumárseles los dos tucumanos, José Alperovich y Beatriz Rojkés, quienes integran un bloque propio y, según pudo saber este diario, conversan directamente con la futura vicepresidenta.
Aparte de esos eventuales 18 cristinistas hay otro grupo de al menos 16 justicialistas, conducidos por el cordobés Carlos Caserio, que mantendrán su independencia del bloque K, bajo el paraguas del Bloque Justicialista. Algunos de ellos, no querrían saber nada con el kirchnerismo.
En este contexto, admiten que es casi imposible que vaya a formarse un bloque único del Frente de Todos y aseguran que se armará un interbloque.
Sería, en tal caso, un interbloque de 41 de 72 senadores. Es decir que el Frente de Todos tendrá no solamente mayoría propia para sesionar y para sancionar leyes (excepto aquellas que requieran los dos tercios) sino también para poner los presidentes del grueso de las comisiones. Según calculan, serán al menos 20 de las 36 permanentes.
Del otro lado, Juntos por el Cambio tendrá como máximo 28 senadores y quedarán tres con futuro incierto: el santafesino Carlos Reutemann, el rionegrino Alberto Weretilneck y el sanluiseño Adolfo Rodríguez Saá que, antes de las PASO, expresó y apoyó a Mauricio Macri y después de las PASO dijo que votaría a Alberto Fernández.
Negociación o decisión
Hay senadores que dicen que Cristina decidirá todo y otros que, en cambio, sostienen que todo está siendo conversado con Alberto Fernández.
Uno de ellos es Caserio, quien es definido en el entorno de Alberto como su espada parlamentaria y su más importante dirigente en la Córdoba de Juan Schiaretti, quien tácitamente apoyó a Mauricio Macri en las elecciones.
Del otro lado está la camporista Fernández Sagasti, a quien también se menciona entre los senadores con un futuro rol destacado.
Así como Caserio tiene línea directa con Fernández, la mendocina la tiene con Cristina. Se espera que se resuelva el organigrama.
