Un estudio realizado por investigadores de una organización internacional logró demostrar que quienes dominan el bilingüismo utilizan para cada lengua diferentes redes del cerebro, en particular cuando en una de ellas no coinciden la escritura con la fonética.
Especialistas del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL) de San Sebastián (País Vasco) analizó a 36 personas perfectamente bilingües y mediante resonancia magnética estudiaron el comportamiento de su cerebro al leer uno y otro idioma. Estas personas habían comenzado con el aprendizaje de la segunda lengua en torno a los 6 años.
Tomaron en cuenta que se tratara de una lengua opaca, en la que no coinciden la escritura y la pronunciación (como el caso del inglés) y otra transparente, en la que estos aspectos coinciden (como el español).
Gracias al procedimiento pudieron apreciar cómo en este tipo de bilingües se activan distintas redes neuronales.
El estudio fue difundido en Cerebral Cortex (publicación especializada de la Universidad de Oxford) y replicado por el sitio Sinc de difusión científica en español.
Este último detalla: “La neurociencia tiene bien identificadas dos redes neuronales que se activan durante la lectura. Por una parte se encuentra la ruta dorsal, implicada en la fonología (encargada del sonido de las letras); y por otra la ruta ventral, que tiene una función ortográfico-semántica (para descifrar las letras y su significado)”.
Desde esta perspectiva se aclara que hasta ahora se pensaba que dichas redes se activaban de manera diferencial en monolingües a partir de lo cual se señala que la novedad del estudio es haber podido demostrar la importancia de la ortografía de la lengua en la activación de las redes neurales en bilingües. Esto en tanto se trate de una lengua opaca o transparente.
En el caso de las personas estudiadas que tenían como lengua materna el español apreciaron que al leerla se activaban en ellas redes similares. Sin embargo al leer la segunda lengua, que no coincidía entre todos ellos, las redes activadas fueron diferentes.
“Mientras que en los bilingües vascoparlantes se activa más la red dorsal, relacionada con la fonología, en los bilingües angloparlantes trabaja más la red ventral, encargada del significado”, refiere la publicación.
Plasticidad cerebral
Sinc Myriam Oliver, Manuel Carreiras y Kepa Paz-Alonso son quienes lideraron el trabajo. Destacaron que este conocimiento tendrá impacto en los procesos de aprendizaje de los idiomas, algo que adquiere especial relevancia en un mundo que se torna cada vez más bilingüe.
De hecho, es cada vez más común que en segmentos socioeconómicos medios o más altos se introduzca a los niños en el bilingüismo desde le nivel inicial.
Aprender otro idioma "tiene muchísimos beneficios, mejora la plasticidad cerebral y el aprendizaje en particular", dijo Laura Rodríguez del departamento de Neurociencias de la facultad de Medicina de la UNCuyo, esto en particular cuando son de diferentes raíces.
La psicopedagoga Laura Guevara apuntó en el mismo sentido al señalar que favorece la plasticidad neuronal mientras que incorporar aprendizajes de distinta índole lo que facilita la posterior adquisición de nuevos conocimientos. Esto porque los últimos se van vinculando con los anteriores como si fuesen una estructura.
Por su parte, el neurocirujano y magister en Neurociencias, Fabián Cremaschi señaló que los beneficios de aprender idiomas "están muy estudiados, no hay ninguna duda y es una recomendación que le damos a los pacientes para estimular el cerebro, está dentro de la gimnasia mental" como el aprendizaje de un instrumento musical.
El cerebro es un músculo y como cualquiera de ellos mientras más se lo ejercite mejor será. Detalló que mejora la memoria a corto y largo plazo, la atención y la conectividad de las neuronas; podría hasta inclusive enlentecer el envejecimiento cerebral: “si se entrena, mejora todo”.
El profesional contó que en 1996 presentó en Estados Unidos un estudio suyo sobre el idioma japonés que apuntaba en el mismo sentido que el mencionado: según el tipo de idioma que se incorpore se estimularán diferentes áreas.
En los niños
Los especialistas consultados reconocen que el aprendizaje del idioma es más sencillo si se incorpora desde la infancia, en particular en cuanto a la adquisición del acento, tal cual la tendencia actual.
Sin embargo, para Guevara esto no es algo generalizado. Desde su punto de vista “depende de las teorías que sigan en la clínica o lo que uno elija para su hijo”.
Consideró que si bien implica incorporar competencias, en algún punto también se pierde la noción de la niñez al sobrecargarlos de actividades y exigencias, llenándolos de contenidos y dejándoles poco espacio para la sociabilidad, el juego y el aburrimiento que aportan elementos para el desarrollo.
Por otra parte, tampoco lo creyó indicado en chicos con problemas de aprendizaje ya que esto implica mayor exigencia.