El seleccionado argentino de fútbol estuvo más cerca de la tragedia de lo que sus integrantes pudieron haberse imaginado. Tanto como 18 minutos.
Ese fue el tiempo que podría haber volado de más el avión de la compañía aérea Lamia, el mismo de la tragedia de Chapecoense, cuando transportó a Lionel Messi y compañía desde Belo Horizonte a Buenos Aires en la última doble fecha de Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Rusia 2018.
El diario Folha do San Pablo publicó el monitoreo de Flight Radar 24h, que señala que el vuelo del seleccionado nacional entre las capitales de Minas Gerais y la de nuestro país fue de 4 horas y 4 minutos. El avión Avro RJ85 de lamia tenía una autonomía de 4 horas y 22 minutos.
Las leyes argentinas señalan que una aeronave debe tener combustible para volar 45 minutos más del tiempo estipulado para el trayecto que debe completar.
Es decir que, aún teniendo el máximo de combustible posible, el mencionado avión no era apto para un vuelo tan largo como el que tuvo que hacer la delegación albiceleste.
No era la primera vez que Lamia usaba criterios osados. Se registra que la aerolínea voló, con ese avión, dos veces por encima de su autonomía antes del trágico accidente, con viajes entre Cochabamba y Medellín (4 horas y 27 minutos) y Medellín y Santa Cruz (4 horas y 32 minutos).
El último vuelo, el que se llevó la vida de 71 personas, duró 4 horas y 42 minutos.
“Se movía mucho, tenía ruidos por todos lados y los problemas de espacio eran evidentes, tanto que había inconvenientes para acomodar el equipaje de mano en los compartimentos dentro de la cabina”, habían señalado desde la mismísima Asociación del Fútbol Argentino al describir lo que se vivió en ese momento. Problemas menores a la luz de lo que pudo haber sido otra tragedia.
El plantel completo viajó en el vuelo de vuelta, en las primeras horas del pasado 11 de noviembre. En el de ida, en el mismo avión, solamente habían ido siete jugadores desde Buenos Aires, ya que el resto de los muchachos que fueron convocados por el entrenador Edgardo Bauza llegaron a tierras brasileñas directamente desde Europa.
Según señaló la agencia AP, la cotización de Lamia para estos vuelos fue de 99 mil dólares, la más barata. Desde la AFA desmintieron que fuera la de menor precio.
Lo cierto es que aquel vuelo no sólo dejó disconformes a los jugadores, sino también, inseguros. Tanto que que señalaron que hacía mucho ruido y que no parecía confiable. Por eso, el vuelo a San Juan para enfrentar a Colombia el 15 del mismo mes fue en la empresa Andes.
Funcionaria pide refugio en Brasil
La técnico de la Administración de aeropuertos de Bolivia que examinó el plan de vuelo del avión Lamia donde viajaba la delegación del Chapecoense y murieron 71 personas pidió refugio en Brasil temiendo posibles represalias en su país, donde ya está siendo procesada.
“Celia (Castedo) pidió refugio en Brasil ayer en Corumbá perteneciente al estado de Mato Grosso do Sul, fronterizo con Bolivia”, informó ayer una portavoz del Ministerio Público de la capital brasileña.
La solicitud de la ya exfuncionaria de la AASANA (Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea) se tramita en secreto, ya que Castedo teme posibles consecuencias en Bolivia contra ella o su familia, indicó la misma fuente.
La Fiscalía brasileña no explicó, por ello, los motivos que movieron a Castedo a pedir refugio en el país del que procedían casi todas las víctimas del accidente donde falleció la mayoría de integrantes de la delegación del Chapecoense.
El humilde equipo revelación de la Copa Sudamericana viajaba a Medellín para disputar la ida de la primera final continental de su historia, un sueño que rompió la tragedia que sigue estremeciendo a Brasil.
Tras su petición de refugio, Castedo podrá permanecer legalmente en el gigante sudamericano hasta que se entreviste con el organismo del ministerio de Justicia que analiza las solicitudes (Conare), un proceso que podría extenderse durante un año.
Con su nuevo estatus, Bolivia deberá pedir a las autoridades brasileñas su extradición en caso de que determine que la conducta de Castedo -quien supuestamente hizo observaciones al vuelo siniestrado de Lamia- fue negligente al autorizar su salida del aeropuerto de Santa Cruz el pasado lunes.
El gobierno boliviano encontró indicios de irregularidades en el funcionamiento y operaciones del avión, según el ministro de Obras Públicas y Servicios, Milton Claros.
Como primera medida destituyó a altos funcionarios aeronáuticos y abrió querella contra Castedo, de momento la única procesada por el siniestro.
Una de las principales hipótesis que se maneja es que el avión se precipitó a tierra porque se quedó sin combustible a poco de llegar al aeropuerto de Rionegro, que sirve a Medellín.
Por su parte, desde Lamia dijeron en Bolivia que la nave, un BA-146 modelo RJ85, debió haberse reabastecido de combustible en el poblado boliviano de Cobija, en el extremo norte de aquel país, para continuar su ruta hacia Colombia.
El Piloto estaba procesado y con pedido de captura
Los días después de la tragedia de Chapecoense pasan y se siguen descubriendo irregularidades en el vuelo que dejó un salvo de 71 muertos. Ahora, el señalado es el piloto, quien estaba procesado y tenía una orden de arresto en su contra.
El boliviano Miguel Quiroga había dejado la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), por lo cual estaba procesado.
“El capitán Quiroga, que fue piloto del avión que se accidentó, tenía un juicio con la Fuerza Aérea Boliviana, incluso contaba con un mandamiento de apremio”, dijo el ministro boliviano de Defensa, Reymi Ferreira.
Ferreira explicó que Quiroga y otros cuatro militares que abandonaron la entidad son procesados por esa razón, pero evitaron ser detenidos presentando recursos legales de amparo constitucional.
Si bien en algunos casos se puede justificar la salida de la FAB antes de cumplir el tiempo establecido, el caso de Quiroga no había sido aprobado. Quiroga volaba con Lamia desde 2013.