No ha podido tener mejor colofón el IX Tour de San Luis. Mark Cavendish (Etixx-Quick Step) se ha tomado la revancha sobre el colombiano Fernando Gaviria (Colombia), su verdugo en Villa Mercedes y Juana Koslay, y se ha anotado la victoria de la última etapa. Las espadas quedan en alto, a la espera de futuras confrontaciones.
El británico ya puede dormir tranquilo. No es que el colombiano le haya perturbado el sueño estos últimos días, pero para un ganador nato como él no es fácil digerir las derrotas. Después de los dos triunfos de Gaviria en el sprint, el triunfo de Cavendish es una gran noticia para el ciclismo.
Mientras que Dani Díaz y el equipo Funvic-Sao Jose no han tenido el más mínimo problema para defender el liderato. Suyo es el título y por supuesto la gloria. Nadie puede discutir sus méritos.
Porque pocas veces la clasificación general hace tanta justicia a lo sucedido en carrera. Y es que si el triunfo de Díaz es incuestionable, también lo es la segunda posición del colombiano Rodolfo Torres (Team Colombia), quien además ha ganado la montaña.
El tercer puesto de Nairo Quintana (Movistar), sin duda el ídolo de la afición que lo acompaña allá donde va, y da prestigio a un podio de muchos quilates y futuro.
Díaz, aclamado igualmente por el público y el primer bicampeón del Tour de San Luis, logró un triunfo muy importante para llamar otra vez a las puertas del ciclismo europeo.
La primera (con 20 años) fue en 2010, cuando defendió los colores de Cafés Baqué, luego en el Footon-Servetto y en La Pomme de Marsella. Con los pies en el suelo, Dani no quiere obsesionarse con ello, “Cuando gané en 2013 también se habló mucho”.
