El 31 de mayo de cada año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Mundial Sin Tabaco con el fin de poner de relieve, en la población, los riesgos asociados con el tabaquismo y abogar por políticas eficaces para reducir su consumo.
El lema, para este tan difícil 2020 en nuestro país y el mundo, es “Tabaco y cardiopatías” y promueve que los gobiernos expliciten a la población las medidas que adoptan a fin de reducir los riesgos para la salud causados por el consumo de tabaco fumado y no fumado.
La dedicada médica neumonóloga Leila Matar, con base de acción en el Hospital Luis Lagomaggiore, nos recuerda que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo, y el consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco ajeno, contribuyen a casi 12% de las defunciones por cardiopatías.
Además, el consumo de tabaco es la segunda causa de enfermedades cardiovasculares, después de la hipertensión arterial.
Otros datos que asustan revelan que la epidemia mundial de tabaco es responsable de más de 7 millones de defunciones, 900.000 de las cuales corresponden a personas no fumadoras que respiran humo de tabaco ajeno.
Cerca del 80% de los más de 1.000 millones de fumadores que hay en el mundo, viven en países de ingresos medianos y bajos, que son los que soportan la mayor carga de enfermedad relacionada con este producto.
La buena noticia es que los fumadores que dejan el hábito a cualquier edad tienen menos riesgo de muerte prematura por enfermedades asociadas al tabaquismo que los que continúan fumando.
Dejar de fumar mejora la calidad de vida y los beneficios comienzan a sentirse progresivamente.
En Argentina, mueren cada año 45.000 personas por esta causa del consumo de cigarrillos.
Según la ya citada Organización Mundial de la Salud, el tabaquismo es la primera causa de muerte prevenible.
Estadísticas que no son actuales pero sí de hace un par de años, que podrían mantener sus indicadores, revelaban que la prevalencia de consumo de cigarrillos en los últimos treinta días, en personas mayores de 18 años, daban estos registros: Argentina, 22,2%; Cuyo, 24,6%; Mendoza, 26,8%.
La población de 18 años o más que fumaba y que pensaba dejar de hacerlo, por frases o imágenes impresas en los paquetes de cigarrillos, daban estos valores: Argentina, 43,1%; Cuyo, 44,9%; Mendoza, 46%.
En la actualidad la más que preocupante situación sanitaria que atravesamos por el Covid-19, agrava la situación, ya que es lógico deducir que fumar posiblemente estará asociado con un peor pronóstico de la enfermedad.
En tal sentido, los profesionales resaltan el impacto negativo del consumo de tabaco en la salud pulmonar y su asociación causal con una gran cantidad de enfermedades respiratorias, entre las que se incluye, por supuesto, el pernicioso virus en circulación.
Por la prohibición de concentración de personas, el Ministerio de Salud de Mendoza, los hospitales (Lagomaggiore y Central), obras sociales y nosocomios privados, se han visto privados de realizar consultorios externos y otras prácticas médicas para ver el estado de la función pulmonar de quienes se acercan a realizar los controles.
No obstante, se ha apelado a la difusión a través de los medios de prensa procurando que el asesoramiento y las recomendaciones de los médicos puedan aumentar la probabilidad de que un fumador que desea abandonar el tabaco, lo consiga.