Don Andrés García (84) es de esas personas con los que vale la pena sentarse a hablar durante horas. O mejor dicho, para sentarse a escucharlo. Y no en cualquier lugar, sino en lo posible rodeado por la Cordillera de Los Andes, para ir intercalando miradas con él y paneos de esas postales de picos que parecen tocar y hasta clavarse en el cielo.
Don Andrés -no a cualquiera le cabe el título de Don, hay que ganárselo- es mendocino y hace 69 años su vida y la montaña son más que sinónimos: son una única cosa. Como cada 5 de agosto, se celebra hoy un nuevo Día del Montañés y qué mejor forma de conmemorarlo que con las anécdotas e historias de este hombre que, lejos de alejarse de la montaña, sigue dedicándole su vida como jefe de Seguridad de Montaña (con gran conocimiento sobre avalanchas) en Penitentes.
“Empecé a ir con 15 años. Vivir en Mendoza y que esté la montaña siempre que mirás al oeste es algo que motiva. La montaña me ha dado mi familia, porque a mi esposa la conocí acá. Tengo 7 hijos y algunos también viven de la montaña aunque ahora están en Europa. Literalmente la montaña es mi vida”, resume Don Andrés, quien a sus 30 años decidió dedicar su vida profesional a la que era (y es) su pasión.
Memorias de un montañista
Con 15 años fue el Cerro Arco (1.670 msnm) la primera cumbre que Andrés García subió. Por estos días es uno de los cerros preferidos y más visitados en Mendoza, pero en 1948 el andinismo o el trekking no tenían todavía el público masivo de hoy.
“Hablaba permanentemente con un grupo de andinistas y ellos me iban recomendando. Así fui descubriendo otros cerros, desde el Arco fui viendo el resto de la precordillera y me fui metiendo más. Así llegué al Cordón del Plata. El Aconcagua también lo subí, pero ya de grande”, recuerda el hombre, quien hoy celebrará su día en Penitentes.
“Había muchas montañas para subir y las fui descubriendo. Algunas fueron el Cerro Negro o Pabellón (6.150 msnm), el Gemelos Sur, el Campanario y el Nevado del Portillo, que lo ha subido muy poca gente.
Fueron entre 10 y 11 cumbres de más de 5.000 msnm las que pude hacer. Incluso, el Cerro Ibáñez lo subí en los ‘70 y recién pudieron volver a hacerlo 33 años después”, recuerda manteniendo la parsimonia y la humildad que le destacan todos los que lo conocen.
Ya en 1962 comenzó a trabajar en San Carlos, haciendo ascenso y descenso de picos con gente de Tupungato. “No he podido salir del país para hacer montañismo, siempre me faltó un poco de plata”, reconoce entre risas. “Pero eso me ha permitido que conozca casi a la perfección y de memoria la montaña mendocina”, agrega.
Fuera de Mendoza incursionó en Bariloche y en el Mercedario (San Juan). “Hace unos 10 años con (el montañista) Fernando Grajales hicimos la experiencia 360° en la Cordillera de La Ramada (San Juan), pasamos 5 días y fue una experiencia única e inolvidable”, sigue Don Andrés.
Anécdotas en la altura
Pedirle a una persona que ha pasado casi toda su vida en la montaña que recuerde anécdotas en ese escenario no es tarea fácil. No porque no las tenga, sino porque -todo lo contrario- son miles, y es difícil elegir una con la que pueda quedarse por encima de las demás.
“Todavía me queda la emoción de haber empezado subiendo un cerrito de 1.800 msnm y saber que pude hacer grandes cumbres”, resume.
Ante la insistencia para rememorar algunas, García recuerda la recomendación que hizo sobre no construir un refugio de Guardaparques en Horcones. Y cómo lo construyeron igual y se lo llevó una avalancha en 2009: “Habían previsto colocarlo en un determinado lugar, y yo recordaba que en 1955 -mientras estaba haciendo el Servicio Militar- vi cómo caía una avalancha que se llevó unos medios de elevación en ese mismo punto. Entonces recomendé que no lo hicieran, pero como ya estaba previsto y definido lo pusieron en el lugar. Y hará unos 8 años cayó una avalancha que arrastró todo y a todos quienes estaban en el lugar. Por suerte no pasó nada grave”.
Y a continuación explica con la sabiduría del buen montañés: “Las zonas de avalanchas tienen recurrencia en el tiempo. En algunos lugares de Europa hay pueblos que se están instalando en sitios que son de avalancha, pero que como hace cien años no pasa nada se ubican sin preocuparse. Eso es muy grave, porque en cualquier momento puede caer una nueva”.
Su memoria vuelve luego a los años ‘70, a la mencionada expedición al Cerro Ibáñez: “Fueron 3 días en los que estuve escalando por hielo y ya estando arriba tuve algunos problemas de salud, vinculados con el frío. Por suerte tuve compañeros bastante duros y que venían del Himalaya, ellos se las arreglaron para bajarme sin ningún problema. Uno era quien estaba al frente del Club de Andinistas en ese momento, Francisco Guimón. Era un vasco cabeza dura y muy fuerte”.
En plena conversación y con tanta experiencia desparramada, resulta inevitable la pregunta sobre cómo percibe a la montaña y al montañismo hoy. Más teniendo en cuenta que Don Andrés sigue en vigencia: “La gente toma conciencia de lo que es, de dónde está. Todo el equipamiento ha evolucionado un montón, antes salías con zapatos de cuero y sin interiores. Y los percances eran inevitables ante cualquier contingencia. Ya llevo muchos años acá, pero a quienes recién están descubriendo y experimentando en este mundo les diría que se preparen muy bien físicamente. Es muy común encontrar chicos que quieren arrancar por el Aconcagua, pero es como querer correr una maratón profesional sin haberse preparado o salir a correr antes. También les recomiendo que se junten mucho con la gente de la montaña, que tenemos ganas de enseñar y compartir. Es fundamental entender que ir a la montaña tiene que ser algo de disfrute y de alegría”.
Actividades de hoy
Cada 5 de agosto se celebra el Día del Montañés en coincidencia con el día de Nuestra Señora de las Nieves y conmemorando además al aventurero y a los hombres perdidos en la montaña.
Las actividades en Mendoza:
Las Leñas (Malargüe)
14 hs: Banda del del Ejército
15 hs: DJ Fernández
16.30 hs: show de Poncho
17 hs: demostración de escuelas de esquí y snowboard. Fuegos artificiales.
Cerro Arco
En la base Puerta de la Quebrada, habrá exposiciones de fotos, pinturas, espectáculo de danzas, comidas típicas, música en vivo y cerveza artesanal.