Día del Himno Nacional: Mariquita Sánchez, una adelantada de su época

La tradición dice que en su salón se escuchó por primera vez la canción patria en mayo de 1813. Pero poco se conoce de su otro costado: el de activista política y precursora del feminismo.

Día del Himno Nacional: Mariquita Sánchez, una adelantada de su época

Más allá de ser recordada como una figura de alta sociedad y especialista en tertulias, Mariquita Sánchez de Thompson (1 de noviembre 1786 - 23 de octubre 1868) fue una mujer adelantada para su edad y transgresora que acompañó los cambios políticos y sociales de la época. Este costado poco conocido suyo contrasta con su tradicional rol de anfitriona del salón donde se habría cantado el Himno Nacional el 11 de mayo de 1813, hace hoy 204 años.

"Mariquita es un personaje producto de la Revolución de Mayo. Es el prototipo de la figura femenina de un tiempo de ruptura que a su vez propone cambios", relata Adriana Micale, licenciada, profesora y magister en Historia de la UNCuyo.

La historiadora recuerda que aquella mujer, siendo muy joven, les planteó a sus padres la voluntad de casarse con la persona amada en una época donde la mayoría de los matrimonios eran arreglados. "A ella la quieren casar con otro hombre, pero como estaba enamorada de su primo Martín Thompson, decide presentar un escrito al virrey Sobremonte pidiendo permiso y logra contraer matrimonio con su primo", detalló.

Micale la describe como una mujer polifacética y como la primera que se preocupa por el feminismo: "Ella está convencida de que la mujer se debe instruir. Cuando preside la Sociedad de Beneficencia del '30 al '32, trabaja y procura que las niñas se instruyan fundamentalmente a través de la escritura".

En este sentido, Micale remarca que ella misma se dedicó a escribir. “Tiene una cantidad de cartas que son muy interesantes, porque la revelan como una mujer preocupada por la cultura, por la educación, por la política”, enumera la historiadora, recalcando que fue una transgresora desde el punto de vista político. “Es por sobre todas las cosas una patriota que va a adherir a las ideas de la Revolución de Mayo, al liberalismo, a la abolición de títulos nobiliarios, entre otras”.

Mariquita era una excelente anfitriona o -como se la llamaba en ese momento- salonier, según Micale. "Ella adopta en su casa la costumbre europea de reunir gente en su salón donde se hablaba de política, de arte y se discutían las noticias que venían de Europa", detalla Micale, asegurando que sin dudas su salón era el más prestigioso de Buenos Aires.

Otro aspecto sobresaliente fue que estuvo exiliada durante el gobierno de Rosas, de 1829 a 1852. "Mariquita se enfrentó con él porque lleva adelante un gobierno autocrático y se tiene que ir al exilio", explica la investigadora de la UNCuyo, y cuenta que en esta etapa instala un salón en Montevideo y pasa un tiempo en Río de Janeiro: "Era una mujer que donde llegaba transformaba su entorno y fomentaba la discusión de ideas".

Para finalizar, Micale destaca que Mariquita falleció a los 82 años, lo que le permitió vivir prácticamente todo el siglo 19. "Nace en la colonia y se muere cuando está como presidente Sarmiento, lo que le permitió conocer desde el caballo y la carreta hasta los primeros tendidos ferroviarios".

Graciela Batticuore, doctora en Letras por la Universidad de Buenos Aires e investigadora del Conicet, también la describe en detalle en su libro "Mariquita Sánchez. Bajo el signo de la revolución", de la editorial Edhasa (2011). En el prólogo escribe: "Estamos acostumbrados a pensar en Mariquita Sánchez como un personaje vinculado al pasado nacional, a la historia. Se sabe de ella que fue una mujer prominente de comienzos del siglo XIX, asociada a la vida política y a las maneras en que se concebía y se practicaba la política en el Buenos Aires de esa época (...). Más concretamente, como una de aquellas damas de la elite que colaboraron con la causa revolucionaria donando sus joyas o cosiendo escarapelas".

Pero para la autora, su rol en la historia fue mucho más allá: “El compromiso de Mariquita con la revolución no concluye en un par de anécdotas pintorescas. E incluso, su faceta de mujer politizada no se agota en el contexto de Mayo sino que está presente antes y después en la cultura argentina”.

De hecho, cita como ejemplo su entusiasmo y actitud activa ante la movilización que se produce en la sociedad porteña con la llegada de los ingleses al Río de la Plata, en 1806 y 1807; también la describe moderna y comprometida con la causa rivadaviana en la década de 1820, cuando fue elegida como Presidenta de la Sociedad de Beneficencia (la primera institución gubernamental liderada por mujeres); o cuando le tocó emprender el exilio junto a J. M. Gutiérrez, J. B. Alberdi, E.Echeverría, D. F. Sarmiento. "O sea que está casi siempre inmersa entre círculos que se sienten a la vanguardia de su época y cuyos miembros la consideran como una colaboradora y una interlocutora valiosa: un referente entre los suyos, la única mujer letrada de comienzos de siglo que estaba calificada para opinar", recalca Batticuore.

Para la investigadora, Mariquita consigue ese reconocimiento a través del dominio de una sociabilidad que sabe ejercer con arte a lo largo de su vida, preferentemente puertas adentro de su casa. “Organizando tertulias, reuniendo personalidades locales o extranjeras, ejerciendo una ‘influencia civilizadora’ que prestigia y da razón de ser a la anfitriona”, señala.

La autora también destaca el papel de esta mujer como escritora prolífica: de cartas, de memorias, de diarios y poesías. “Una escritora que no alentó la publicación de sus escritos ni la fama literaria. Aunque ocasionalmente soñara con una obra o un proyecto personal: ‘escribir la historia de las mujeres de mi país’, le cuenta a su hija”, según Batticuore.

Cronología

6 de marzo de 1813: la Asamblea General Constituyente convoca a la creación de un himno que contuviera los ideales patrióticos de la Revolución de Mayo. Se reciben dos propuestas: una de Fray Cayetano Rodríguez y la otra de Vicente López y Planes.
11 de mayo: se elige por unanimidad la versión de López y Planes, que se complementó con la música de Blas Parera.
28 de mayo: se interpreta el Himno Nacional Argentino en un teatro con público.
1900: el presidente Julio Argentino Roca dispone que solo se canten los 4 primeros versos y el coro.

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