El flamante entrenador del seleccionado argentino, Edgardo Bauza, se reunirá hoy con Lionel Messi, en Barcelona, para "hablar de fútbol", según adelantó el técnico, y al cabo del encuentro poder celebrar su regreso al equipo albiceleste.
"Entiendo por qué dijo lo que dijo, sé que está frustrado por muchas cosas que pasaron, por eso quiero hablar tranquilamente con él", confió el Patón ayer, en la víspera de la crucial cumbre, que puede marcar un antes y un después en la historia de la Selección, aunque el propio DT insistió en que no intentará "convencerlo" de que reconsidere la decisión de no volver a vestir la camiseta nacional, medida que tomó tras perder la final de la Copa América Centenario ante Chile.
Lo que busca el DT, y para ello cuenta con recursos, es generar confianza en el astro rosarino respecto de su proyecto de Selección. Y su trato humano es muy cercano y cuida mucho la comunicación con sus jugadores, al punto que -dijo- tiene previsto llamar por teléfono a cada uno de los que convoque para los próximos compromisos de Eliminatorias, el 1 de setiembre ante Uruguay, en Mendoza, y el 6 vs. Venezuela, en Mérida.
Tras acudir ayer al Camp Nou como espectador de lujo del Trofeo Joan Gamper entre Barcelona y Sampdoria de Italia, ahora el Patón esperar para tener su momento con "El 10". Y en una charla con Télam, no dudó en cuanto a sus posibilidades. Y se mostró como un hombre de firmes convicciones a la hora de defender su filosofía de juego, que supone un cambio de paradigma respecto a su predecesor, Gerardo Martino.
No obstante, contó que para él “los jugadores son más importantes que el esquema”, y en eso también se encuentra en las antípodas de otros técnicos de la Albiceleste. Si cuenta con Messi ya sabe lo que hará, pero sin Messi también. Lo que significa que está abierto a adaptarse de acuerdo a las circunstancias.
Bauza piensa que “algo falló” en la etapa anterior porque Argentina tenía un equipo para ganar las finales que disputó y perdió. Y está dispuesto a trabajar para encontrar una solución. El sistema táctico que le gustaría implementar es un 4-2-3-1, y dice que quiere que los delanteros “achiquen” espacios para recuperar la pelota.
Para el final, al ser consultado sobre el mote de defensivo que muchos le cuelgan, dijo que siempre pretende que sus equipos se hagan fuertes ofensivamente por los laterales y dejó entrever que “el porvenir puede ser muy prometedor”. A nadie, y menos a él, se le escapa que la historia puede terminar con Messi levantando la Copa en el Mundial de Rusia de 2018.
Mereció mucho más
Messi quiere dejar atrás la frustración que le generó la derrota en la final de la Copa América Centenario, y por eso tiene la cabeza puesta en sus compromisos con Barcelona.
El domingo su equipo disputará la ida de la Supercopa de España ante el Sevilla de Jorge Sampaoli -la revancha será el 17-, y por eso se encuentran ultimando detalles para llegar de la mejor forma. Y con ese objetivo en mente, el equipo culé disputó el tradicional Trofeo Joan Gamper ante la Sampdoria, con triunfo 3-2 y la clara señal de que La Pulga está con todas las luces.
En primer lugar, una asistencia magistral del atacante rosaino permitió que Luis Suárez anote el primero. Posteriormente, él mismo comenzó una jugada típica del Barsa que terminó con un gambeta suya al arquero Viviano para definir con el arco vacío. Y como si eso fuera poco, luego llegó una obra maestra de tiro libre -previamente había descontado el equipo tano- para el tercero.
El segundo tiempo, en el cual el Barsa realizó muchas modificaciones (afuera Iniesta, Rakitic, Piqué y Messi), le permitió a la Samp quedarse a uno del empate, aunque finalmente el resultado se clavó en 3-2. Pero sin dudas, lo más positivo para el Barsa fue el nivel que mostró su máxima figura, Messi. Si logra mantenerlo y lo rodean como corresponde, los catalanes pueden soñar con cualquier cosa.
"Todos quieren ser Messi"
El fanatismo y la admiración que genera en todos los estratos sociales Messi, admirado por chicos y grandes, fue retratada por el fotógrafo argentino Guillermo Otero en la exposición “La máquina de mirar” que se inaugura hoy en Buenos Aires.
“Fieles y peregrinos: todos quieren ser Messi” es el título de una de las series de fotografías que integra la exposición de este fotógrafo que suele capturar momentos fugaces, espontáneos, en diferentes viajes realizados por el mundo. Una imagen en particular se viralizó en las redes sociales y dio una inesperada difusión a la muestra antes de que inaugure.
Se trata justamente de la capura que significó el puntapié de la serie: en una escuelita de fútbol, 16 niños sentados en el césped de la cancha, atentos al profesor, visten camisetas de la selección argentina y del Barcelona. Quince llevan la casaca de Messi y, al costado, uno la de Cristiano Ronaldo.
“La serie nació hace tres años, cuando llevé al hijo de mi novia, por primera vez, a una escuelita de fútbol. Y cuando ví que todas las camisetas de los chicos eran de Messi, más de la mitad de Barcelona y el resto de la Argentina, me llamó la atención. Y como viajo mucho por el mundo, a cada lado que iba empecé a notar lo que Messi genera en todos lados. Por eso titulé a estas fotografías ‘Fieles y peregrinos. Todos quieren ser Messi’”, manifestó ayer Otero.