Los jugadores, aunque luego terminaron recibiendo parte de la deuda que la dirigencia tenía con el plantel, aún no salen de su asombro.
Ayer, cuando parecía ser un día normal de entrenamiento, Alfredo Laferriere, presidente de la entidad, apareció acompañado de dos individuos (“eran patovicas”, dijo Rodolfo Juárez un rato después) y un par de efectivos de la policía y se metió en el vestuario donde se dio una tensa reunión.
Allí, según palabras de testigos, el directivo echó al goleador. “La dirigencia no te quiere”, dicen que le dijo al delantero. Acto seguido, sus compañeros decidieron solidarizarse con el delantero y también abandonaron el vestuario.
A partir de ese momento, las radios provinciales tuvieron de todo: acusaciones cruzadas de un lado y del otro; versiones encontradas respecto de lo sucedido y pocas certezas sobre el futuro del Jarillero.
El presidente, por la noche, bajó los decibeles a la disputa y confió en que hoy todos deberán presentarse a entrenar. Según se conoció, los jugadores cobraron el 90% de lo adeudado. ¿Y Rodolfo Juárez? “También deberá presentarse. Se lo dije. Discutí con el pero es jugador de Palmira”, confió.
“El partido ante Luján se juega”, finalizó Laferriere.