La "lealtad" era una de las "virtudes" que acuñó el peronismo a lo largo de su historia pero en el plano de la política se fue perdiendo en el tiempo, no así en el sindicalismo, donde el término cobra mayor poder. Hay códigos que deben ser respetados, especialmente entre los dirigentes con mayor trayectoria, a lo que se suma un hecho no menos importante, como es el que parte de la dirigencia es propensa a "cobijarse" con el gobierno de turno, sin importarle la extracción política de quien se encuentre al frente del Poder Ejecutivo, mientras otros priorizan la confrontación.
Los aspectos señalados tienen directa relación con lo que está sucediendo en el sindicalismo nacional, donde un sector importante está dispuesto a normalizar la central obrera con una conducción uninominal, dejando fuera a Barrionuevo y a los Moyano, mientras el dirigente de los camioneros impulsa la reconstrucción del Movimiento de Trabajadores Argentinos, contando para ello con el apoyo de algunos gremios chicos, uno importante, como Bancarios y sumando a las dos CTA -encabezadas por Yasky y Pablo Micheli y algunas organizaciones sociales que se sumaron a la convocatoria de Moyano durante la última movilización importante. En un tercer espacio se mueve -como siempre- el gastronómico Luis Barrionuevo junto a un pequeño sector que, si adopta criterios similares a lo que ocurrió en oportunidades anteriores, dejará pasar un tiempo para "ubicarse" donde más le convenga.
Entre los que están dispuestos a trabajar por una nueva conducción, sin Moyano, se encuentran los "gordos", liderados por el mercantil Armando Cavallieri; veteranos de viejas luchas, como West Ocampo y Héctor Daer (sanidad), Rodolfo Daer (alimentación), Andrés Rodríguez (UPCN) y el mendocino Antonio Cassia, entre otros. A ellos se suman quienes integran el denominado Movimiento de Acción Sindical, integrado por el ferroviario Sergio Sasia; el taxista Omar Viviani y los referentes del transporte Omar Maturano (La Fraternidad) y Roberto Fernández (UTA).
Los dirigentes mantuvieron una reunión y a su término el triunviro Héctor Daer dio a conocer una declaración casi de compromiso. Porque se limitó a decir que se habían juntado para comenzar a buscar los consensos necesarios para armar una nueva conducción y, en relación a la decisión de los camioneros de renunciar al cargo que ocupaba en la central obrera, respondió que se trata de una organización que no se va de la CGT, pero deja su lugar en la conducción.
Lo que nadie dice es que es muy factible que muchos dirigentes hayan decidido pasar factura Moyano por la forma en que se condujo durante años al frente de la CGT y de su gremio. Cabría recordar que Moyano sostenía que todo lo que se mueva sobre ruedas debe pertenecer a Camioneros, razón por la cual avanzó quitándole afiliados a comercio (por los supermercados) y a muchas otras organizaciones sindicales, entre quienes se encuentran algunos trabajadores de bodegas. Tampoco aceptan que el camionero haya decidido cortarse solo para organizar un acto del que participaron las dos CTA, algunos gremios y numerosas organizaciones sociales, en un momento en que su figura era puesta en el tapete por denuncias judiciales. Y, debajo de la superficie, también critican que la familia Moyano haya hecho alarde de su crecimiento patrimonial. "Moyano se cortó solo en la creencia de que muchos lo íbamos a seguir, pero cuando miró para atrás se dio cuenta de que estaba solo", confió a quien esto escribe un dirigente que participó de la reunión de Daer.
Esa falta de respeto a los códigos pesó en las decisiones, a lo que hay que sumar que, como ocurriera históricamente, es muy probable que surjan en el futuro dos centrales obreras: una "semi oficial" (como sucediera con la CGT Azopardo que conducía Jorge Triacca (padre) y la CGT-Brasil, que tenía como secretario general a Saúl Ubaldini. Ahora también aparecen dirigentes que no están dispuestos a confrontar con el gobierno, lo que pareciera darle la razón a un veterano dirigente demócrata de Guaymallén (Ariosto Falaschi), que en una oportunidad nos dijo que "a los dirigentes sindicales les gusta el calorcito oficial…".
El moyanismo
Todo lleva a presumir que los Moyano (Hugo y Pablo) no se quedarán de brazos cruzados ante la nueva iniciativa. Convocaron y reunieron a todos los sectores de la denominada "Coordinadora Sindical, que se conformó en el acto del 21 de febrero y que está integrada por los camioneros, los bancarios (conducidos por el mendocino Sergio Palazzo), las dos CTA (de Hugo Yasky y Pablo Micheli) y organizaciones sociales como Barrios de Pie y la Corriente Clasista Combativa. Sin que haya participado, pero por una cuestión de lógica en la estrategia, es muy posible que el kirchnerismo se sume a esta nueva propuesta, dejando de lado las diferencias que en su momento tuvieron Hugo Moyano con Cristina Fernández, especialmente.
Con miras al futuro, surge la probabilidad de que el conformado por Moyano sea el sector que se convierta en el mayor movimiento de oposición al Gobierno, por el hecho de que demostró que mantiene todavía un fuerte poder de movilización y porque le resultará más fácil moverse en la franja de las críticas si el gobierno no logra mejorar la situación social y especialmente la inflación, en su relación con los salarios. "Macri sigue teniendo una alta aceptación social pero la gente se va cansando porque el tiempo pasa y no ve resultados. Más aún cuando se equivoca y dice que esos resultados positivos todavía son invisibles”, nos indicó un dirigente encuadrado en el moyanismo, quien agregó que "ese es el flanco débil que nos abre las puertas para nuestra estrategia".
Hasta que se concrete la iniciativa de la nueva conducción va a pasar mucha agua bajo los puentes, porque no se trata sólo de estrategia, sino que también hay que buscar a quien se ponga al frente de la conducción. Y es en este último aspecto donde los sectores seguramente van a presionar.