Devaluación en Mendoza: más incertidumbre que certezas

Las subas masivas de precios en los insumos de producción, dejaron a los exportadores en una situación comprometida. Buenas perspectivas para el turismo receptivo.

Devaluación en Mendoza: más incertidumbre que certezas

Durante años el sector exportador mendocino reclamó por una mejora en el tipo de cambio que le permitiera ser más competitivo en el mundo. Hoy, luego de una devaluación mayor al 15% en una semana, los empresarios se encuentran conformes con el valor del dólar, pero piden medidas complementarias que contengan la inflación.

Referentes de distintos sectores consultados, coincidieron en que, tras la suba repentina del dólar, los precios de los insumos que cotizan en esa moneda subieron de forma inmediata entre un 25 y un 30 por ciento. Asimismo, proveedores que venden sus productos en pesos, también están aplicando incrementos.

Cabe recordar, que el dólar oficia valía $ 6,83 el lunes 20 de enero y cuatro días después, el viernes 24, cotizaba a $ 8 en casas de cambio locales. De esta forma, con un incremento del 17,13% en cinco días, se completó la semana con la devaluación más alta de los últimos 12 años y se compensó parte del atraso cambiario que tiene el peso en relación al dólar.

La reacción inmediata de los exportadores fue, por supuesto, positiva, pero la rápida aparición de las consecuencias de la devaluación, cambió el concepto de los exportadores sobre la política económica tomada por el gobierno.

Pros y contras

Pasada más de una semana desde que se produjo la fuerte devaluación del peso, es hora de pensar en frío y analizar quién gana y quién pierde con la suba del valor del dólar en el marco económico actual.

Dentro de los que pierden sin dudas están los trabajadores en relación de dependencia y los jubilados. Ya los gremios locales que negocian con el gobierno, como ATE, anunciaron que comenzarán pidiendo subas salariales del 40%.

Sin dudas la suba de precios ocurrida desde la semana pasada, el IPC que en enero superó el 4%, más allá del anuncio del ministro de Economía, Axel Kicillof, de que los precios de los electrodomésticos, entre otros, vuelvan al valor del 21 de enero, nadie duda de que el poder adquisitivo del salario cayó y esa situación la harán valer los gremios en las negociaciones.

Por otra parte, Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo (Ccecuyo), señaló que “hay mucha expectativa e incertidumbre a la vez”.

Por lo primero, el experto reconoció que el dólar a valor más alto favorecerá las exportaciones pero, al mismo tiempo, “hay desconcierto por lo que pueda ocurrir con el precio de los insumos y los acuerdos salariales”.

También la devaluación complica las arcas de la provincia por la deuda de 900 millones que tiene vinculados al valor del dólar. Si bien algunos ven esos números con temor, desde el Gobierno entienden que podrán beneficiarse porque se reactivará el turismo y confían en recibir $ 1.500 millones por regalías.

Exportaciones en duda

En líneas generales, Bustos Carra opinó que la perspectiva de exportación de los productos mendocinos es peor a la que existía previo a la devaluación abrupta.

En representación de la industria vitivinícola habló Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina. El dirigente describió con detalle cómo, en sólo tres días, el panorama del sector cambió rotundamente.

“El miércoles 22, con un peso que se venía devaluando a ritmo acelerado y constante (aproximadamente 3 centavos diarios), teníamos para 2014 una expectativa de ventas optimista en el mercado externo. Esperábamos obtener iguales o incluso mejores resultados en 2013”, señaló.

“El jueves, cuando el peso se devaluó de golpe y el valor del dólar oficial llegó incluso a los $ 8,50, las expectativas para exportar mejoraron considerablemente. Podríamos haber pensado en volver a exportar vino a granel y retomar las ventas de cajas de U$S 25”, continuó diciendo Pina.

“No obstante, desde el viernes 24, las bodegas están siendo bombardeadas con aumentos de precios de los proveedores. Los mismos están dolarizando sus insumos, acortando los plazos de pago y aplicando aumentos que van del 25 al 30 por ciento”, explicó el gerente de Bodegas de Argentina.

Bajo este panorama, el especialista del sector vitivinícola opinó que, a pesar del crecimiento de la cotización del dólar, las perspectivas de exportación son peores a las que existían con el tipo de cambio atrasado.

Además, calificó de “injustificado” el incremento aplicado por los proveedores. “Sólo una parte de su producción es importada. No se entiende que se traslade el porcentaje devaluado de forma lineal a sus precios”, comentó.

Algo más positiva fue la lectura de Mariano Ruggeri, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines (Asocam). “La devaluación sin duda será beneficiosa en el corto plazo, pero el contexto inflacionario tarde o temprano nos va a colocar en la misma situación en la que estábamos antes”, opinó.

“Todos los costos de empaque, servicio de transporte y cualquier insumo atado al valor del dólar, aumentará rápidamente. El efecto de la devaluación es positivo únicamente en aquellos productos que cotizan en pesos, pero también tienden a la suba”, lamentó Ruggeri.

Por su parte, haciendo un balance de la relación entre devaluación e inflación, el economista Daniel Garro indicó que la suba del dólar mejora algo los ingresos del sector exportador, pero todavía está muy lejos de igualar la tasa de inflación que avanzó durante los últimos años.

“Mientras la tasa de devaluación acumulada no iguale a la tasa de inflación acumulada, la mejora es ínfima, además de ser injusta porque implica traspaso de recursos de toda la ciudadanía al sector exportador”, agregó.

Coincidió con esta lectura el economista Jorge Day, quien destacó que “el dólar aumenta más que la inflación, por lo que algunos sectores se verán beneficiados más allá de las subas de precio”.

No obstante, el experto también habló de la incógnita que existe sobre lo que pueda pasar de aquí en más. “Sabemos que se ha devaluado y no sabemos cómo sigue el futuro. Quizás los exportadores sientan que por el mismo dólar recibirán más pesos, pero no se sabe qué va a pasar con el dólar”, comentó el profesional.

Lo que sí está claro para el economista del Ieral, es que en la coyuntura económica actual, se beneficia en principio a los sectores exportadores. “El sector agroindustrial podría mejorar, pero se complica por la helada que impactó en ciruelas y duraznos”.

Otro rubro que mejora su posición, para Day, es el de turismo. Un dato a considerar es que, por la suba del dólar, visitar Argentina será ahora más barato para los turistas extranjeros. Por tanto, se puede esperar una mejora en el turismo receptivo que compense una posible caída del turismo emisivo.

Por otro lado, más allá de si la devaluación presenta una buena oportunidad para exportar o no, los hechos dan la razón a Day en cuanto a la situación de algunos productores agrícolas. Carlos Quintero, gerente de la Asociación de Productores de Duraznos de Mendoza, explicó que por incidencias climáticas se perdieron unos 150 millones de kilos de durazno en la presente temporada y la participación de ese sector en el mercado internacional está descartada.

En tanto, Luis Mansur, presidente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), señaló que la cosecha de aceituna también es baja y que “los productores locales, que tienen algo de aceituna, prefieren guardarla para comercializarla en el mercado interno”.

La inflación

La palabra de los profesionales deja claro entonces que la tan esperada devaluación, no deja al sector exportador como un claro ganador. Para que los beneficios de un dólar más alto se materialicen, los empresarios reclaman por un plan coherente que combata la inflación en el mediano plazo.

Mariano Ruggeri, de Asocam, apuntó contra la alta emisión monetaria. “La enorme cantidad de billetes impresos es la principal causa de la inflación y de los problemas que surgen a partir de las subas de precio. Si no frenamos esto, vamos a seguir en la misma espiral inflacionaria”, comentó.

Mario Bustos Carra, de Ccecuyo, coincidió en que la fuerte devaluación debe ser acompañada de un plan antiinflacionario. “Hay que reducir el gasto público e implementar medidas de control del déficit fiscal, entre otros puntos”, dijo.

Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, también señaló a la inflación como el principal responsable de los problemas de competitividad. “Las subas de precios contrarrestan la mejora en el tipo de cambio”, advirtió.

El economista Daniel Garro opinó sobre este punto y advirtió que la inflación no se genera como consecuencia de la devaluación sino que sucede exactamente lo contrario. “Es la inflación la que genera devaluación monetaria, ya que el precio del dólar es un precio más dentro de la economía, que estará impactado, como cualquier precio, por la tasa de inflación”.

Continuando con su análisis, Garro opinó que “la mejora en la competitividad se debe lograr con inversiones y menor presión tributaria y no con devaluaciones”.

Sin embargo, desde su punto de vista, el gobierno está muy lejos de aplicar medidas de este tipo. “Por el contrario, las idas y vueltas demuestran que el equipo económico no sabe qué rumbo tomar”, concluyó.

El comercio y la construcción

Para Alberto Minzer, titular de la Cámara, Empresaria, Comercio, Industria y Servicios, Cecitys, las ventas bajaron porque después del 15 de enero no quedó nadie en Mendoza debido a que las clases empiezan en febrero.

“Hay lugar para estacionar en cualquier lado”. Más allá de las subas de precios que se registraron esta semana en diferentes rubros, indicó también que los aumentos se van a ver esta semana y oscilarán entre “el 7 y 15%”. El dirigente está seguro de que la situación se va a estabilizar y dijo que “los comercios mantienen los descuentos y las liquidaciones también”.

Con relación a la mayor cantidad de turistas que pueden llegar a la provincia favorecidos por el tipo de cambio indicó que hay que ver qué consumen. “Quizás vienen chilenos que van a los restaurantes y no compran demasiado, o quizás sí compran. Hay que ver qué pasa, pero seguro que habrá más turistas por las calles de Mendoza”.

Desde la FEM, Adolfo Trípodi coincidió en que las ventas han bajado y apeló a la racionalidad de comerciantes y consumidores.

“Esta situación será temporaria, no hay razones para que suban 20% los precios. Hoy no se pueden tomar decisiones y cuando se baje la polvareda hay que volver a pensar porque, si no, corremos el riesgo de generar un caos innecesario. Por eso es importante hacer un llamado a la cordura para que la inflación no se coma los beneficios que puede generar la devaluación.

En este sentido entiende que la cordura pasa por ver cuánto incide en los costos la devaluación y tomar una decisión, porque si preventivamente se aumenta el 40%, es complicado. “La gente no debe convalidar los aumentos. Si el comerciante decidió subir 20, 30 ó 40% los precios y se los compran, están legitimando las subas”, indicó.

Al sector de la construcción no le llegó en buen momento la devaluación. Es que vienen reclamando que la Legislatura apruebe el Presupuesto para que puedan hacer obras públicas. De todas formas, saben que ahora el crédito será más caro y eso conspira contra la demanda para construir.

Además, el Estado paga tarde. A eso hay que sumar los aumentos de precios que están teniendo distintos materiales más allá de la intención del Gobierno de que el hierro y el aluminio no suban sus precios más del 7% al precio que tenían el 21 de enero.

Mientras tanto, habrá que esperar y ver cómo se van acomodando las cargas en los distintos sectores de la economía.

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