Desde que el Gobierno nacional decidió impulsar las energías renovables, la provincia de Mendoza se movilizó para participar en los concursos de precios y conseguir las adjudicaciones de la mayoría de los proyectos. En estos casos, los mismos son elaborados por los técnicos de la Empresa Mendocina de Energía (Emesa), la cual luego se asocia con privados. Se desconoce los mecanismos para elegir cada socio.
Éste es el modelo considerado adecuado por el Gobierno provincial y es acompañado por toda la clase política de la provincia. Además, se ha conseguido financiamiento de la Nación para encarar importantes obras troncales, como la autopista Mendoza-San Juan o la construcción del corredor de cargas que saldrá desde Palmira hasta empalmar con la ruta internacional.
No obstante, la provincia registra un importante atraso en obras de infraestructura. Es una historia de vieja data. El gobierno actual tuvo baja inversión en 2016, año en el cual se ordenó el cúmulo de deudas con proveedores que tenían paralizadas la mayoría de las obras. El proyecto de presupuesto para 2018 prevé una inversión de aproximadamente $ 8.000 millones, un 10% del presupuesto, de los cuales $ 6.000 millones corresponden a obras.
En materia de electricidad, las inversiones del Estado deberían ser completadas por los privados y una de las falencias mayores está en el estado de las líneas de transporte y distribución, que corresponde a los distintos prestadores. La mayoría de los mismos son cooperativas y ahora están bien actualizadas en los valores del VAD, que es un tercio de la tarifa que paga el usuario.
Falta bastante por hacer en materia de accesos a la ciudad con anillos colectores que descompriman el tránsito que proviene de una urbanización cada día más extendida. También falta bastante por hacer en materia de agua y saneamiento, ya que hay muchas zonas que aún carecen de estos servicios.
Sería deseable que la inversión siguiera creciendo y pudiera llegar al 20% de Presupuesto, pero esto requiere mucha inteligencia de la clase política.
Por estos días, la oposición afirma que no prestará acuerdo al endeudamiento pedido por el gobierno, en una especie de “vendetta” por una actitud similar de Cornejo en el gobierno de “Paco” Pérez.
Las obras de infraestructura son de fuertes inversiones y, como serán disfrutadas por las generaciones futuras, es lógico que no sean financiadas con el Presupuesto sino con préstamos financieros a largo plazo.